martes, agosto 28, 2018

apoyo a ale wendorff / actualización: domingo de ramos


En la madrugada me entero de la denuncia de la artista y activista Ale Wendorff, quien acusa de intento de violación al poeta ochentero Domingo de Ramos.
El texto de Wendorff es largo y pautado por el detalle de los acontecimientos. No hay mucho que decir: le extiendo todo mi apoyo moral y la felicito por su valentía porque su testimonio es antipopular, más en el circuito cultural peruano, tan entregado al ahuevamiento amical y el silencio cómplice, en especial en quienes asumen el discurso de la superioridad moral como bandera representativa.
Lo sucedido con este poeta es una metáfora del abuso de poder de artistas con trayectoria sobre mujeres y hombres que los ven desde la admiración. De Ramos es un personaje más que poeta, le reconozco cierta relevancia por su poemario Pastor de perros, solo por ese libro, porque lo que ha publicado después ha sido chapuza y media. La medianía de su poesía era compensada por el “don humano” que solía mostrar: dicharachero, anecdótico, festivo, culinario, cervezófilo y demás hierbas de la criollada local. Si le queda algo de reserva moral, debe pedir disculpas públicas y enfrentar la condena social por sus actos.
Seguramente sus defensores, aquellos infaltables imbéciles, brindarán razones paralelas a la médula de la acusación de Wendorff, el efecto distractor para llevarnos a la lástima, como el conocido alcoholismo del poeta, o lo que es peor: relativizar el testimonio de la artista exigiéndole un proceso legal.
Lo que transmite esta denuncia es un saludable anuncio: las mujeres en el circuito están perdiendo el miedo a protestar. Ya vamos teniendo varios ejemplos de mujeres que están señalando a sus agresores sin importar su grado de influencia. Lo vimos hace poco en el caso de Reynaldo Naranjo. 
Wendorff viene recibiendo el apoyo de gente ligada a De Ramos. Gratifica ser testigo de esa apuesta por los principios, como lo estoy viendo en Roger Santiváñez y el Comando Plath. Ojalá podamos ver esa misma actitud en José Antonio Mazzotti. Hacerse el loco no es el camino.


ACTUALIZACIÓN

Siendo las nueve de la noche del día miércoles 29, termino de confeccionar una entrevista a un excelente narrador mexicano, y me pongo a revisar el descargo del poeta Domingo de Ramos.
Al respecto, debo decirte Domingo que te pasaste de pendejo. Esa es una de las razones por las que no te toman en serio a menos que desempeñes el rol que la platea espera ver de ti.
Supongamos que sea cierta tu versión, pues bien, en coherencia a la misma deberías mostrar las pruebas completas, como sí lo hizo Wendorff, cosa que así tendríamos una idea completa de tu testimonio, barajaríamos más de una opción para considerar tu descargo. Y claro, te faltó hombría para pedir disculpas. Viejo, pedir disculpas no mata a nadie, ni te hace menos débil. Si las pedías, con maneras pero con firmeza, así hayas tenido o no la culpa, en estos momentos se estaría hablando de tu caballerosidad. 
En otras palabras, ponte serio, tío: te están acusando de intento de violación. No es para que te pongas en plan de joda, eso déjalo para los bares, para el rollo lastimero, para las palmaditas de Paolo Gómez y el Like solidario de Mazzotti. Chato, deja de mirar la chela de Paolo y presta atención, repito: te están acusando de intento de violación: solo te faltó cerrarla con “y todos nos fuimos a chupar”. Hasta las huevas.




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