sábado, febrero 22, 2020

relectura: "bodegón"


Hace algunos años apareció Bodegón. Poemas recuperados 1973 - 1976 (Vallejo & Co), un extraordinario trabajo de arqueología poética realizado por Renzo Porcile (amigo personal) sobre los poemas perdidos/extraviados de Enrique Verástegui en los años setenta.
La lectura de estos poemas confirma lo que ya no debería ser una verdad oculta: la genialidad del poeta, que quedó patentizada con En los extramuros del mundo, publicado en 1971. Aquel libro debut hizo que un jovencísimo Verástegui sea considerado incluso como uno de los poetas hispanoamericanos más llamativos del momento.
El tiempo ha transcurrido y el magisterio de Verástegui se ha fortalecido. Es por eso que acceder al Verástegui no “conocido” pasa a la categoría de imprescindible, porque nos revela los cambios que el poeta haría en los futuros registros que exploró después de esa década setentera tan rica en (muy) buenos poemarios.
Sensualidad, transgresión, intelecto, erotismo y cuestionamiento social y existencial deparan estos poemas rescatados/recuperados. Al respecto, pienso en la contundencia de “Transcripción de una borrachera en un bar de provincia”, “Dibuxo del venerable varón F.J de la C. (Beardsley Frontispieces: estampado en seda)”, “Visión de un joven sicótico”, “Encuentro con una Sioux en Bogotá”, “Asunto a tratar: Penelopea de Itaca pasó por Lima” y “Good / By Lady Splendor”.
Me resisto a pensar que haya poeta peruano que pase de esta obra tan rica en referentes, pero de lo que sí pasan muchos es de la actitud de Verástegui. Esa actitud es lo que eleva y fortalece los registros usados por el desaparecido autor. Me refiero a ese contacto con la realidad para transfigurarla, interrogarla y convertirla en sustancia del ejercicio poético. Talento aún hay, y mucho, pero lo que se impone es la cobardía, la menudencia expositiva, el yoísmo inocuo. 
Lean este libro.

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