martes, agosto 20, 2019

magisterio mvll


Acabo de leer “El hombre de negro”, el cuento que Mario Vargas Llosa ha publicado en Letras Libres.
Si aún no lo has leído, entra aquí.
Imposible no entusiasmarse con la inquietud vital de este hombre de 83 años, que sigue produciendo, manteniendo una calidad y mostrando en el discurso de la ficción una maestría de la que cualquier interesado podría aprender sobre cómo contar una historia. Este tipo de gestos, alejados del escueleo imbécil, me dicen más de la persona de lo que se habla de ella. Hay pues una actitud de humildad a la hora de poner en bandeja los elementos creativos con los que se trabaja. Lo suyo no tiene nada que ver con el caletismo cojudo de aquellos que siendo jóvenes escriben con la arrogancia de quien anhela imponer a lo bestia una referencialidad.
La revelación es la otra seña de este cuento. No solo basta la maestría de la ejecución para ser parte de la experiencia de literaria, sino también es necesaria las dosis de verdad que pueda transmitir el texto. 
Vargas Llosa enseña.



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