tag:blogger.com,1999:blog-252464342024-03-23T13:29:40.350-05:00La fortaleza de la soledadLa marihuana era el tótem de humo de Rachel Ebdus. Inhalarla era una forma de conocimiento, de perdón y de dejarse abrazar por Rachel hecha humo. Dylan aprendió despacio, primero fingiendo cuando Mingus Rude le pasaba un porro, imitando ruiditos de succión alrededor de la boquilla húmeda mientras las volutas de humo le coronaban la cabeza. (De: LA FORTALEZA DE LA SOLEDAD, de Jonathan Lethem)
gabrielruizortega@gmail.com Gabriel Ruiz-Ortegahttp://www.blogger.com/profile/04772378156753239392noreply@blogger.comBlogger5145125tag:blogger.com,1999:blog-25246434.post-71795414392718120552023-11-17T15:55:00.001-05:002023-11-17T15:55:31.602-05:00Herbert Rodríguez: “La mayor parte de mi creación artística la he realizado en diálogo con la agenda social y política, de cada periodo en el transcurso de las décadas”<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES-MX" style="font-family: "Perpetua",serif; font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES-MX;">La reinstalación de la muestra <i>La paz es una promesa corrosiva</i>, bajo la curaduría de Jorge
Villacorta y Viola Varotto, en la Sala Juan Pardo</span><span style="font-family: "Perpetua",serif; font-size: 14.0pt; line-height: 107%;"> Heeren en la sede Lima
Centro del ICPNA hasta el 17 de diciembre, promete avivar la discusión sobre los años 80. Su artista
responsable, Herbert Rodríguez, conversa con CARETAS sobre su vigencia.</span><span lang="ES-MX" style="font-family: "Perpetua",serif; font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES-MX;"><o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><b><span lang="ES-MX" style="font-family: "Perpetua",serif; font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES-MX;"> </span></b></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><b><span lang="ES-MX" style="font-family: "Perpetua",serif; font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES-MX;">—Cuando esta exposición se presentó
en la Bienal de Venecia, se desató una polémica intensa. Un año después tenemos
su reinstalación en Lima. <o:p></o:p></span></b></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Perpetua",serif; font-size: 14.0pt; line-height: 107%;">En la reinstalación de <i>La paz es una promesa corrosiva</i> exhibo
un tótem digital, con capturas de pantalla de doscientos comentarios, que son
reacciones locales al primer conjunto de fotos del Pabellón Peruano en Venecia
2022, difundidas por Patronato Cultural del Perú en su Facebook. En amplia
mayoría son de un visceral rechazo a lo que mostraban las fotos. Al final de
ese grupo de opiniones, muestro dos artículos de revistas especializadas
internacionales. Uno opina que el Pabellón Peruano es una de las mejores
exposiciones de la Bienal, y, el otro, que es uno de los </span><span lang="ES-MX" style="font-family: "Perpetua",serif; font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES-MX;">pabellones nacionales imperdibles en Venecia</span><span style="font-family: "Perpetua",serif; font-size: 14.0pt; line-height: 107%;">. Este
contraste entre rechazo acá y valoración afuera, tiene que ver con la
inexistencia en el Perú de políticas públicas relacionadas al arte
contemporáneo, la igual inexistencia de museo público de arte actual, y,
además, la nula presencia de expresiones plurales de arte contemporáneo en
medios masivos de comunicación, como recurso para que el público amplio se
actualice. En este escenario de carencias, sostener una carrera artística
profesional actualizada, crear un arte con impacto social, exige una enorme
cuota de resistencia. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><b><span lang="ES-MX" style="font-family: "Perpetua",serif; font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES-MX;">—<i>La paz es una promesa corrosiva</i>
es pasado y presente. ¿Sigues siendo el mismo inconforme de los 80?<o:p></o:p></span></b></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES-MX" style="font-family: "Perpetua",serif; font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES-MX;">La mayor parte de mi creación artística la he
realizado en diálogo con la agenda social y política, de cada periodo en el
transcurso de las décadas. Un recurso de mi resistencia es el acopio de
documentos relacionados a cada proceso creativo, su sistematización y difusión
buscando el diálogo intergeneracional, por ejemplo, con la exposición y libro <i>Inteligencia Salvaje</i> de 2019. Y, claro,
sigo siendo reactivo al racismo cultural normalizado en la escena institucional
del arte peruano, y al hecho que la mayoría de las prácticas artísticas locales
existan en su nube artificial flotando distante de la realidad social.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><b><span lang="ES-MX" style="font-family: "Perpetua",serif; font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES-MX;">—¿Recuerdas por qué optaste por elementos
artesanales? <o:p></o:p></span></b></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES-MX" style="font-family: "Perpetua",serif; font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES-MX;">El artista no puede hablar de cuestionar el elitismo
en el arte, sea en las técnicas, soportes, contenidos y espacios de difusión,
si sigue sosteniendo las categorías de lo “bello”, “sofisticado” y “excepcional”
del arte oficial relacionado a los materiales convencionales de tienda de arte.
Y, claro que es arte la obra que está hecha con materiales perecibles y
baratos. Un dibujo o una composición, ¿deja de ser una obra de calidad
artística por estar hecho sobre papel periódico? Me resulta más expresiva,
creativa e innovadora, vital y pertinente. una obra hecha con técnicas mixtas y
experimentales. Por ejemplo, una que utiliza documentos que reflejan la
realidad social, poniendo en evidencia el problema del negacionismo hacia la
época de la violencia. ¿Dónde difundir ese tipo de creatividad?, pues, en la
calle, en parques y universidades, como fueron mis murales collage del 89, o
los murales del jirón Quilca en el tiempo del CC El Averno, y, cómo no, en las
salas de arte que respetan la autonomía creativa. La pregunta es ¿quiere el
artista ser un profesional situado en su época que produce de cara a la
comunidad amplia, o quiere ser un productor de obras de arte funcionales a un
reducido sector conservador? Ojo, no pierdan de vista la ola de reformas que se
vienen dando en los museos de la región y el mundo, que buscan ser foros de
debate ciudadano, y, por lo tanto, una de sus tareas es desmantelar los
obsoletos criterios de valor modernos, para recuperar prácticas artísticas
marginadas y estigmatizadas, ejemplo, el collage agit prop.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><b><span lang="ES-MX" style="font-family: "Perpetua",serif; font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES-MX;"> —Tu campaña Arte-Vida generó polémica. Te
enfrentaste a Sendero Luminoso. SL ha estado presente en la vida política
peruana en los últimos dos años.<o:p></o:p></span></b></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES-MX" style="font-family: "Perpetua",serif; font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES-MX;">Sí, considero que la opción política mesiánica y
totalitaria, que buscó “inducir genocidio” en el periodo de la violencia, es
una latente, potencial, amenaza. Desactivarla implica hacer realidad el eslogan
“La paz nace de la justicia”. Idea propuesta desde la sociedad civil en los 80,
para contrastar la opción violentista como recurso simplista para acabar con el
terrorismo. Tu pregunta me produce ansiedad y zozobra, porque en estos tiempos
de neoconservadurismo, ser artista crítico significa el riesgo de ser tildado
de “comunista-terrorista”. Me remito a algunos de los comentarios del tótem
digital, que mencioné antes, como análisis de caso de esta intolerancia. Y no
importa que, de manera explícita y con evidencias de fotos y documentos, haya
confrontado a Sendero en una universidad que ese grupúsculo terrorista buscaba
copar. Y, desde el otro extremo, apelando a la insidiosa posverdad, alguno me
acusa de ser funcional al aparato represivo del Estado. Bueno, desde los 80 esta tensión marca a
quienes queremos ver la realidad con los abiertos, ejerciendo autonomía
creativa.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><b><span lang="ES-MX" style="font-family: "Perpetua",serif; font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES-MX;">—Cuando no se discutía la violencia
de género, por ejemplo, tú ya lo hacías en tu obra. <o:p></o:p></span></b></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES-MX" style="font-family: "Perpetua",serif; font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES-MX;">Nos falta una memoria de las políticas culturales
relacionadas a las artes visuales. Mira esta lista de</span><span style="font-family: "Perpetua",serif; font-size: 14.0pt; line-height: 107%;">
esfuerzos colectivos que buscaron cambiar el escenario de debilidad de las
instituciones artísticas, la mayoría surgidas del propio sector de la cultura</span><span lang="ES-MX" style="font-family: "Perpetua",serif; font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES-MX;">: </span><span style="font-family: "Perpetua",serif; font-size: 14.0pt; line-height: 107%;">Congresos de las Artes, Congreso de
Políticas Culturales; Encuentro Nacional de Cultura, Somos Cultura, Picnic de
Día del Trabajador del Arte, Vota Cultura, Lunes de Crítica, Asamblea General
de Trabajadores de las Artes. Recordar cuándo se dieron y qué proponían, quiénes
fueron sus protagonistas y a quiénes convocaron, sería útil para evitar que
cada nueva generación de artistas se sume a un escenario de amnesia. Es
complejo el reto de ser un artista ciudadano en un contexto de desmemoria.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Perpetua",serif; font-size: 14.0pt; line-height: 107%;">...</span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Perpetua",serif; font-size: 14.0pt; line-height: 107%;">Publicado en CARETAS. Edición impresa 2689.</span></p>
<p class="MsoNormal"><o:p> </o:p></p>
<p class="MsoNormal"><o:p> </o:p></p>
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<!--AddThis Button END-->Gabriel Ruiz-Ortegahttp://www.blogger.com/profile/04772378156753239392noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-25246434.post-56631836779604460042023-11-17T15:48:00.004-05:002023-11-17T15:48:37.797-05:00Jaime Bayly: "Pasarán trescientos años antes de que los peruanos tengamos otro genio de la estatura de Vargas Llosa"<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><b><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 14.0pt;">El escritor y
conocido conductor de televisión agitó la FIL 2019 con <i>Yo soy una señora </i>(Alfaguara). Jaime Bayly conversó con CARETAS
sobre el cuento como género, Vargas Llosa, Bolaño y lo que es ser mujer.</span></b></p><p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><b style="text-indent: 35.45pt;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 14.0pt; mso-bidi-font-style: italic;">—</span></b><b style="text-indent: 35.45pt;"><i><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 14.0pt;">Yo soy una señora</span></i></b><b style="text-indent: 35.45pt;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 14.0pt;"> es tu primera incursión en el registro del cuento. Te
conocemos más como novelista. ¿Qué diferencia has experimentado en este
registro que tiene más de relojería, en donde cada elemento tiene una
justificación?</span></b></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 14pt;">Todos
estos cuentos los he escrito en los últimos quince años y han sido publicados
en diarios y revistas de América. Ninguno es inédito. La mitad de los relatos
han sido escritos en voz femenina, primera persona; la otra mitad, en voz
masculina, primera persona. En unos soy Jimena Barclays, casada con Silvio; en
los otros soy Jimmy Barclays, casado con Silvia. En todos soy la hija o el hijo
de Dorita, que es el gran personaje del libro, la gran señora, la madre pía,
risueña, ricachona. Ha sido fascinante y divertido escribir desde el punto de
vista de una mujer, una señora: he sido una señora alcohólica, una señora gorda
sin culpa, una señora adicta al sexo, una señora que pinta y no consigue vender
sus cuadros, una señora azafata de una aerolínea que sueña con jubilarse, una
señora melancólica que echa de menos a sus hijas. He sido y soy todas esas
señoras. No sabía que había tantas señoras en mí.</span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 14.0pt;"> </span><b><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 14.0pt;">—¿Has tenido algún referente?</span></b></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 14.0pt;"> </span><span style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 14pt;">Cuando
era joven, quedé deslumbrado por dos maestros del cuento: Borges y Cortázar.
Borges era la escuela racional (tuve la suerte de entrevistarlo brevemente, dos
años antes de que muriese); Cortázar era la escuela sentimental, oral,
coloquial. Luego descubrí a Ribeyro y a Manuel Puig. Ribeyro era un cuentista
prodigioso que combinaba sabiamente lo racional con lo sentimental. Puig, que
escribió obras maestras, era un torrente, un volcán en erupción, las palabras
le brotaban y se le derramaban como lava ardiente. Además, era un genio con los
títulos.</span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 14.0pt;"> </span><b><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 14.0pt;">—Roberto Bolaño tiene cuentos muy buenos.
Tú sí fuiste su amigo.</span></b></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 14.0pt;"> </span><span style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 14pt;">Tuve
la suerte de ser amigo de Bolaño. Creo que Bolaño fue el más grande escritor en
lengua española después del boom. Se atrevió a ser un parricida, a matar a las
vacas sagradas del boom, creó una escuela propia, ahora tan llena de epígonos y
viudas, y escribió cuentos que ya son clásicos. Aunque dejó dos grandes
novelas, creo que Bolaño era, en su mejor registro, no un maratonista, sino un
corredor de distancias cortas.</span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 14.0pt;"> </span><b><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 14.0pt;">—¿Y qué es lo que recuerdas más de él?</span></b></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 14.0pt;"> </span><span style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 14pt;">Lo
que más recuerdo de Bolaño es que, cuando nos encontrábamos en Barcelona,
salíamos a caminar y me llevaba de una chocolatería a otra, haciéndome probar
los chocolates que más le gustaban. Aunque tenía el hígado destruido y le
habían prohibido tomar alcohol y comer chocolates, pasábamos horas caminando y
visitando chocolaterías. También recuerdo que leyó un discurso elogioso de </span><i style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 14pt;">Yo amo a mi mami</i><span style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 14pt;"> en una sala repleta de
lectores en Barcelona y me dijo que el gran personaje literario de aquella
novela, y quizás de todas mis novelas, era mi madre. Me animaba mucho a pasar
temporadas literarias en Cataluña, cerca de Blanes, donde vivía. Debí hacerle
caso. Por último, recuerdo que en uno de nuestros últimos encuentros, me dijo:
ten cuidado con los adjetivos, cuidado con la tentación de escribir como Chabuca
Granda. Nos reímos. Creo que esa fue la última vez que lo vi.</span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 14.0pt;"> </span><b><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 14.0pt;">—Los cuentos no son ajenos a la marca de
tu estilo: el humor y la ironía. Hay también mucha parodia.</span></b></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 14pt;">Todos
los cuentos de este libro están escritos en clave de humor. Cuando narra una
señora, el humor es más descarado o impúdico. Esos son los cuentos que más me
gustan: aquellos en los que soy una señora gorda, alcohólica, cincuentona,
putona, derechista, pistolera. Cuando, en cambio, narra el señor Barclays, el
humor es un desprendimiento casi natural de su idiotez, de su condición de
tonto probado, sin remedio, que va por la vida haciendo el ridículo. En
general, es un libro sin grandes pretensiones o poses literarias, que sólo
aspira a que el lector se ría y pase un buen rato.</span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><b><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 14.0pt;">—Mario Vargas Llosa fue el homenajeado en
la FIL. ¿Qué novela suya te gusta más?</span></b></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 14pt;">Pasarán
trescientos años antes de que los peruanos tengamos otro genio de la estatura
de Vargas Llosa, trescientos años antes de que tengamos otro premio Nobel. Como
no fui a un colegio militar (aunque mi padre me amenazaba con meterme al Leoncio
Prado) y no me enamoré de una tía, la novela que más me marcó fue </span><i style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 14pt;">Conversación en la Catedral</i><span style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 14pt;">: yo también
fui redactor imberbe de un periódico en el centro de Lima, también tuve una
relación espantosa con mi padre, también viví en carne propia el sufrimiento de
las pulsiones sexuales escondidas, prohibidas. Esa novela me marcó a fuego y me
iluminó una senda creativa: comprendí que el gran tema literario de mi vida era
la guerra sin cuartel con mi padre y mi afición erótica por los hombres.</span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><b><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 14.0pt;">—Un detalle de tu obra es la libertad,
tanto en tus personajes hombres y mujeres, estos hacen o intentan hacer lo que
quieren. Hoy en día somos testigos de abusos y maltratos a la mujer.</span></b></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 14pt;">Alguna
vez dije que, si no hubiese sido escritor, me habría gustado ser escritora. Por
eso he escrito este libro. Porque es una manera de atreverme a ser mujer, a
sentirme mujer, a contar la vida desde la mirada de una mujer. No ha sido
fácil, desde luego. No sé si lo he hecho bien. Pero tenía que hacerlo. Estos
días he estado en Seattle con la familia: nunca había visto a tantos hombres
vestidos de mujeres, paseando tan contentos o contentas por las calles, fumando
abierta y legalmente marihuana: una maravilla. Yo nunca me he atrevido a
vestirme de mujer, pero en este libro me visto de mujer con las palabras, con
el humor, con la coquetería y la impudicia.</span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 14.0pt;"> </span><span style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 14pt;">…</span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 14pt;">Publicado
en CARETAS. </span><span style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 14pt;">(Entrevista publicada en la
edición impresa 01/08/2019).</span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><br /></p>
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escritor —con mayor razón si este es uno de los grandes— hay una obra paralela
a la llamada obra mayor (compuesta por proyectos literarios de largo/mediano
aliento y no pocas veces orgánicos, como si fueran mundos cerrados que se
reservan el derecho de admisión), desplegada —con regularidad o no—
principalmente en diarios y revistas, mediante artículos, reportajes y ensayos.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><span lang="ES-MX" style="font-family: "Perpetua",serif; font-size: 14.0pt; mso-ansi-language: ES-MX;">La construcción de esta
obra paralela, que aún no es del todo aceptada por los autodenominados sabios
de las letras, pertenece a la tradición de los retazos. Escuchado y visto así,
se podría pensar que efectivamente nos estamos refiriendo a trabajos
secundarios, que no gozan de la atención debida a cuenta de su carácter fugaz.
En este sentido, la obra paralela del Nobel de Literatura 2010 Mario Vargas
Llosa le ha dado otro vuelo a esta tradición mal definida como “retazos”, no
solo por la densa transparencia de su escritura, sino también por lo acertado
que resulta en sus opiniones y análisis —en este punto, el tiempo casi siempre
le ha dado la razón a Vargas Llosa—, que van desde la literatura, el arte, la
política hasta candentes tópicos de actualidad social.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><a name="_Hlk130299695"><span lang="ES-MX" style="font-family: "Perpetua",serif; font-size: 14.0pt; mso-ansi-language: ES-MX;">Si
la obra y figura de Vargas Llosa tiene innumerables detractores, obedece
principalmente a sus opiniones en artículos y ensayos</span></a><span lang="ES-MX" style="font-family: "Perpetua",serif; font-size: 14.0pt; mso-ansi-language: ES-MX;">. En ellos está el Vargas Llosa no ficción, el intelectual capaz de
quedarse solo con tal de defender sus ideas (la mayoría de las veces
impopulares). Tampoco olvidemos que, en los últimos años, el Nobel peruano ha
estado en el fuego del ojo público, situación que fue aprovechada por sus
críticos y que Vargas Llosa dominó como si disputara un partido de
entrenamiento. ¿Por qué? Obvio: sabía que tarde o temprano, el tiempo pondría
las cosas en su lugar.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><span lang="ES-MX" style="font-family: "Perpetua",serif; font-size: 14.0pt; mso-ansi-language: ES-MX;">Cuando se anunció el año
pasado que sería un “Inmortal” en la Academia Francesa (siendo el primer
latinoamericano en esta institución gala), empezó la vuelta al orden de las
cosas, ergo: la obra sobre la vida personal. Tras ser incorporado a la Academia
—un logro a la par del Nobel de Literatura—, hubo un “silencio” cultural, pero
de esos que proyectan respeto y callada admiración. Bajo este contexto,
salieron a la venta dos libros que sustentan el actual momento privilegiado de
Vargas Llosa: <i>Un bárbaro en París. Textos sobre la cultura francesa</i> y <i>El
fuego de la imaginación. Libros, escenarios, pantallas y museos. Obra
Periodística 1</i>, los dos bajo la curaduría de Carlos Granés.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><span lang="ES-MX" style="font-family: "Perpetua",serif; font-size: 14.0pt; mso-ansi-language: ES-MX;">Como lo indican las señas
de los subtítulos de ambas publicaciones, se nos presenta a un Vargas Llosa
humanista, apasionado por la cultura, las ideas y con un evidente afán de
compartir conocimiento. Igual no se huye de la polémica argumentada. Pensemos
en los artículos de <i>Un bárbaro en París</i>, como “El último maldito” (sobre
el corrosivo Louis-Ferdinand Céline) y “Bataille o el rescate del mal” de <i>Un
bárbaro en París</i>, que incluye también su magnífico texto de ingreso a la
Academia, que configuran una actitud ante la cultura: si bien Vargas Llosa no
sintoniza en nada con las ideas de Céline y Bataille, aquello no le significa
obstáculo para leerlos y celebrar el tejido verbal de la prosa, la inventiva
que sostiene a la idea y el propósito que la conduce. Hablamos, pues, de un voraz
lector abierto, desprejuiciado de ideologías y con ganas de opinar para
precisamente polemizar (en YouTube hay una joya: Vargas Llosa discutiendo
alturadamente con Octavio Paz, Manuel Vázquez Montalbán, Jorge Semprún,
Fernando Sabater y Juan Goytisolo), hallando en ese fluido neuronal un
enriquecimiento para la vida que suma a la labor creativa y crítica a ser
expuestas. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><span lang="ES-MX" style="font-family: "Perpetua",serif; font-size: 14.0pt; mso-ansi-language: ES-MX;">A su manera, Vargas Llosa
es parte de esa tradición de escritores con activa participación pública, como
Victor Hugo en el XIX y André Malraux en el XX. Se deduce, la cultura francesa terminó
formando al Vargas Llosa público y multitemático. La realidad, los hechos
axiomáticos, han demostrado que lo consiguió. A la fecha varias generaciones
saben quién es sin necesidad de haberlo leído, en lo que vendría a ser una
canonización pública. Nada, pero nada mal.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><span lang="ES-MX" style="font-family: "Perpetua",serif; font-size: 14.0pt; mso-ansi-language: ES-MX;">Desde adolescente, Vargas
Llosa no ha dejado de escribir textos periodísticos. A saber, su columna Piedra
de Toque ya es histórica y se mantiene vigente incluso en sus tramos de
irregularidad (Vargas Llosa es humano también). Solo basta pensar en los miles
de artículos escritos a lo largo de su vida para tener idea de la tarea
titánica que significa publicarlos en su integridad (este autor seguirá
publicando artículos hasta el final de sus días). Por ello, <i>El fuego de la
imaginación</i> es un paso valioso en esa labor, porque se comienza a ordenar
por temas la imprescindible obra paralela de Vargas Llosa, con un primer
volumen dedicado a la cultura.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><span lang="ES-MX" style="font-family: "Perpetua",serif; font-size: 14.0pt; mso-ansi-language: ES-MX;">Como señalamos líneas
arriba, Vargas Llosa es un devorador de libros. Su historia
intelectual/literaria está marcada por la exquisitez, pero esta también se
nutre de lo popular. A saber: el artículo “Azorín”, que rescata del olvido al
magnífico escritor español y así subrayar que con plumas como la suya el
articulismo tiene peso literario. Más que acertado el Nobel. Del mismo modo
cuando desmenuza la trilogía <i>Millennium</i> de Stieg Larsson en “Lisbeth
Salander debe vivir”, que escribió tras ver la adaptación sueca de la primera
novela de la trilogía: <i>Los hombres que no amaban a las mujeres</i>. Aquí no
solo hallamos a un Vargas Llosa apasionado del cine (sin burdos eclecticismos),
sino también a alguien enamorado de las novelas de caballería y de aventuras,
ecos presentes en la trilogía novelística de Larsson. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><span lang="ES-MX" style="font-family: "Perpetua",serif; font-size: 14.0pt; mso-ansi-language: ES-MX;">De Azorín a Larsson,
muestra tajante de su pluralidad —a imitar por muchos señorones de la cultura
de discursos soporíferos—, cualidad que se refuerza más con “Héroe de nuestro
tiempo”, texto dedicado al protagonista de la serie televisiva <i>24</i>, Jack
Bauer. Cuando en 2006 salió ese artículo, muchos culturosos saltaron al techo.
No entendían cómo un intelectual de su talla invertía tiempo en una serie
aclamada por el mundo entero (como si una obra artística tuviera valor siempre
y cuando sea celebrada por una minoría). Así es él: libre y plural. Esa actitud
de vida es también parte del legado de Vargas Llosa.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><span lang="ES-MX" style="font-family: "Perpetua",serif; font-size: 14.0pt; mso-ansi-language: ES-MX;">...</span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><span lang="ES-MX" style="font-family: "Perpetua",serif; font-size: 14.0pt; mso-ansi-language: ES-MX;">Publicado en CARETAS. Edición impresa 2677.</span></p>
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<!--AddThis Button END-->Gabriel Ruiz-Ortegahttp://www.blogger.com/profile/04772378156753239392noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-25246434.post-23393250743536073792023-01-04T15:31:00.002-05:002023-11-17T16:12:33.977-05:00Gigantes veinteañeros<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><span style="font-family: "Perpetua",serif; font-size: 14.0pt;">¿Es
posible entender la literatura contemporánea en cualquier lengua sin Enrique Vila-Matas y Roberto Bolaño? Una sola
respuesta es insuficiente para quedar satisfechos, porque tanto el español como
el chileno siguen siendo cajas de resonancias que se renuevan con la llegada de
nuevos lectores que anhelan llevar a la vida lo leído en sendas poéticas,
nutridas de una enfermiza pasión por la literatura y una visión literaria de la
vida. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><span style="font-family: "Perpetua",serif; font-size: 14.0pt;">Enrique
Vila-Matas y Roberto Bolaño forjaron un magisterio adictivo en base a la
configuración y reinterpretación del espectro literario (formal, temático y
estilístico), retirándolo de los salones culturosos para instaurarlo en los
lectores como un modo de <i>estar</i> en el
mundo.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><span style="font-family: "Perpetua",serif; font-size: 14.0pt;">Sin
duda, son dos gigantes de nuestro tiempo, dueños de poéticas con más de una
puerta de entrada, cualidad que en honor a la verdad pocas plumas de prestigio
cumplen. Precisamente <i>Bartleby y Compañía</i>
de Vila-Matas y <i>Putas asesinas</i> de
Bolaño han cumplido veinte años de absoluta vigencia. El primero, que debió
celebrar este onomástico el año pasado —en plena pandemia que retrasó los
festejos—, y el segundo que sopla velas en este 2021, son más que excelentes
pretextos para volver a sus páginas o ser parte del asombro si es que aún no se
ha ingresado a ellas.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><span style="font-family: "Perpetua",serif; font-size: 14.0pt;"><br /></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"></p><p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><span style="font-family: "Perpetua",serif; font-size: 14.0pt;">Foto
inédita hasta hoy. Vila-Matas y Bolaño en Can Flores, un restaurante de Blanes.<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi1p7Cm3x_9sXrnd1nCEIq-7YmkSDi7r1AOpES6ygYfqhbv8w3ygzSqFBi-nD_c3iPMFpjpswxuExgq-VDxD1gfg-2v2ShqKfbwccA6IQQRyyr57aCTyL_Htx_HwUppDTLODIvtd4MbhNDw_gxolYnGTmaUuaC3SVMP8FeAT8xBGGlWJ38iWqlnRw/s3392/20210917_102507~3.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="3392" data-original-width="3015" height="371" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi1p7Cm3x_9sXrnd1nCEIq-7YmkSDi7r1AOpES6ygYfqhbv8w3ygzSqFBi-nD_c3iPMFpjpswxuExgq-VDxD1gfg-2v2ShqKfbwccA6IQQRyyr57aCTyL_Htx_HwUppDTLODIvtd4MbhNDw_gxolYnGTmaUuaC3SVMP8FeAT8xBGGlWJ38iWqlnRw/w284-h371/20210917_102507~3.jpg" width="284" /></a></td></tr></tbody></table></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><br /><span style="font-family: "Perpetua",serif; font-size: 14.0pt;"><br /></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><span style="font-family: "Perpetua",serif; font-size: 14.0pt;">Con
una trayectoria signada por la inteligencia, la ironía y el humor, Vila-Matas
entregó en el año 2000 un precioso libro híbrido, en el que especulaba sobre
los motivos que llevaron a autores de renombre a renunciar a una <i>continuidad</i> en la escritura sin tener en
cuenta la expectativa generada por sus libros ya publicados. Escritores del No,
en la estirpe del recordado protagonista de <i>Bartleby</i>
de Herman Melville, como Juan Rulfo, Robert Walser, Augusto Monterroso e
incluso Julio Ramón Ribeyro, que si bien fue creador de una obra prolífica,
nunca dejó de tener una relación ambivalente con la escritura. Lo que llamó la
atención de este libro fue el tejido narrativo que se imponía a las fronteras
genéricas. Si el híbrido anunciaba su posible influencia para los años venideros,
con <i>Bartleby y Compañía</i> se rubricó su
legitimidad para los lectores y autores del nuevo siglo.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><span style="font-family: "Perpetua",serif; font-size: 14.0pt;">Del
mismo modo, a inicios de este siglo, el nombre de Bolaño era una bola de fuego
a razón de la monumental novela <i>Los
detectives salvajes</i> (1998) y cuando en setiembre de 2001 apareció <i>Putas asesinas</i> más de uno quedó
descerebrado y estupefacto, al menos esto es lo que recuerdo con nitidez de esa
época. Aparte de sus evidentes virtudes narrativa, este cuentario exhibía un
extraño poder de seducción que calzaba con la furia juvenil del lector: la
posibilidad de jugársela por una vida en estado de poesía. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><span style="font-family: "Perpetua",serif; font-size: 14.0pt;">En
el difícil terreno de las distancias cortas, Bolaño supo integrar en trece
cuentos la riqueza diáfana de su estilo (“El Ojo Silva”, “Últimos atardeceres
en la tierra”, “Encuentro con Enrique Lihn”, “Carnet de baile” y “El retorno”)
y su poliédrico mundo pop mediante personajes que compartían las mismas señas
de los recordados Arturo Belano y Ulises Lima, personajes estelares de Bolaño:
la poesía vital del desarraigo. Aún recuerdo a varios amigos y conocidos que
tras esta lectura quisieron ser como Bolaño. Todo es posible en la imaginación.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><span style="font-family: "Perpetua",serif; font-size: 14.0pt;">...</span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><span style="font-family: "Perpetua",serif; font-size: 14.0pt;">Publicado en CARETAS. Edición impresa. Septiembre de 2021.</span></p>
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<!--AddThis Button END-->Gabriel Ruiz-Ortegahttp://www.blogger.com/profile/04772378156753239392noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-25246434.post-33492931107786743852020-07-23T22:41:00.003-05:002020-07-24T01:05:12.915-05:00"sueños bárbaros"<br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span lang="ES-PE" style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 14.0pt;">Hay una sentencia
que ya no la escucho como antes. No sé a qué se deba esa extraña desaparición,
a lo mejor muchos se han arrimado a las mentiras del volátil presente debido a
la pandemia. Lo cierto es que la frase “solo el tiempo pone las cosas en su
lugar”, aparte de la certeza que proyecta, puede ser un peligroso consuelo para
quienes no alcanzan el reconocimiento, ya sea en la vida y en la literatura.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span lang="ES-PE" style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 14.0pt;">En cuanto a lo
segundo, una breve mirada a la producción narrativa de los últimos años nos
arroja una realidad por demás agobiante: cada año se publican libros que son de
la putamadre. En esta ocasión no voy a desgranar esta observación, puesto que
me interesa recomendar una novela que no ha envejecido nada desde que salió
publicada en 2010 y que la relectura que hice de ella hace un par de semanas la
confirma vigente y, felizmente, por muchísimo tiempo más.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span lang="ES-PE" style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 14.0pt;">Me refiero a <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Sueños bárbaros</i> (Planeta, 2020) de
Rodrigo Núñez Carvallo. Los que tienen buena memoria, recodarán que al salir
publicada por primera vez, los saludos críticos estuvieron a la orden del día.
Del mismo modo los comentarios de los lectores, que hicieron correr el rumor de
las virtudes narrativas de la novela y la historia representada, que podría ser
una dura y festiva metáfora de una generación (80/90) que le tocó vivir una
etapa de crisis signada por la violencia y la hiperinflación. Lo que RNC nos
presenta es la lucha de un sueño imposible en Perú en aquellos años de horror:
hacer cine. Para ello, se centra en un personaje que existió, llamado Rafael
Delucchi, un inquieto joven hiperactivo que anhela hacer una película. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span lang="ES-PE" style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 14.0pt;">La realización de
la película de Delucchi es el escenario emocional de la novela, pero su sabor
yace en la interacción de los personajes. Si la novela de RNC es lo que
conocemos, se debe principalmente a esa interacción mediante la cual el lector
asiste a una fiesta de circunstancias y azares que tienen a la política y el
sexo como canales conductores. Hay que decirlo: en una página de sexo de <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Sueños bárbaros</i> hay más sexo que en casi
toda la narrativa peruana última del presente siglo. RNC no ha descubierto
ningún secreto: las novelas son historias y las historias dependen de sus
personajes. </span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 14pt; text-indent: 35.45pt;">Tampoco dejo en el
aire un factor que refuerza mi teoría (personal): la vitalidad que exhiben nuestros
narradores mayores se agradece, y espero que los narradores más jóvenes se
percaten de que ser soporífero, correctito, </span><i style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 14pt; text-indent: 35.45pt;">asexuado</i><span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 14pt; text-indent: 35.45pt;">,
poserazo y otras maravillas de la ramplonería egocéntrica no es epifanía
literaria. La imbecilofilia no es el camino.</span></div>
<br />Gabriel Ruiz-Ortegahttp://www.blogger.com/profile/04772378156753239392noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-25246434.post-56231341371498429032020-07-10T09:25:00.002-05:002020-07-10T09:25:13.496-05:00"la casa de cartón"<br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span lang="ES-PE" style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 14.0pt;">Una de las cumbres
de la literatura peruana del siglo XX es, sin duda alguna, <i style="mso-bidi-font-style: normal;">La casa de cartón</i> de Martín Adán.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span lang="ES-PE" style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 14.0pt;">Para muchos
lectores y especialistas este libro es la puerta de entrada a una de las
poéticas más radiactivas de nuestra tradición. A la fecha, Adán está
considerado como uno de los más grandes poetas hispanoamericanos y su vida no
deja de acrecentar su leyenda vital, de la que se ha escrito mucho para el placer
de los diletantes literarios, que ya vienen reclamando una biografía monumental
sobre el escritor. Una biografía ambiciosa de Martín Adán no solo dejaría
contento al llamado conocedor de su obra, también a los que buscan entender en la
trastienda vital a una figura cultural por demás desconcertante y, por ello,
atractiva. Lo dicho es un deseo que lamentablemente está muy lejos de ser
cumplido debido a que tenemos una laxa tradición de biógrafos. A la fecha,
sobre Martín Adán hay retazos, compilaciones básicas y un discurso críptico que
aturde/aburre.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span lang="ES-PE" style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 14.0pt;">¿Por qué es
importante la reedición del primer libro de Martín Adán? La respuesta puede
generar varias impresiones. Pensemos, por ejemplo, en cómo un clásico como este
no gozaba de sucesivas ediciones (su lectura debe ser obligatoria en colegios y
universidades). Conozco a muchos lectores que han tenido que sudarla para
adquirir un ejemplar de <i style="mso-bidi-font-style: normal;">La casa de cartón</i>,
no por caro sino por inhallable. Sin embargo, lo que interesa ahora es que
contamos con una edición, a cargo de Revuelta Editores, la cual ostenta diez
óleos del reconocido artista plástico Enrique Polanco. Los óleos recorren los
escenarios barranquinos por los que transita el narrador protagonista de la
novela, generando en el lector una empatía inmediata con un escenario urbano a
la fecha mítico. Además, la relectura del libro confirma (verdad de Perogrullo)
la actualidad de los temas que Martín Adán expone en esta novela catalogada de
vanguardista por los expertos, como la crítica social, el espíritu disidente y
un afán cuestionador que traspasa la esfera de la lectura para insertarse en el
corazón del lector. También la musicalidad del estilo mediante frases breves,
que dejó magisterio en estilistas como Oswaldo Reynoso.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span lang="ES-PE" style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 14.0pt;">Siendo muy joven,
Martín Adán supo de su talento, el cual fue reconocido por dos gigantes de la
cultura peruana del siglo pasado y que también aparecen en esta nueva edición:
Luis Alberto Sánchez en el prólogo y José Carlos Mariátegui en el colofón. </span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 14pt; text-indent: 35.45pt;">No hay razón para
no releer </span><i style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 14pt; text-indent: 35.45pt;">La casa de cartón</i><span style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 14pt; text-indent: 35.45pt;">. No hay
razón para no descubrirla para aquellos que aún no han accedido a estas
páginas.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<br /></div>
<br />Gabriel Ruiz-Ortegahttp://www.blogger.com/profile/04772378156753239392noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-25246434.post-3498352234478028592020-06-29T15:55:00.003-05:002020-06-29T15:55:47.524-05:00"medio siglo con borges"<br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span lang="ES-PE" style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 14.0pt;">El último libro
del Premio Nobel de Literatura Mario Vargas Llosa, <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Medio siglo con Borges</i> (Alfaguara, 2020), es una invitación por
partida doble: por un lado, va dirigido al público lector aún no del todo
familiarizado con la obra del argentino; y en menor medida para los lectores
conocedores de esta poética literaria que no deja de suscitar discusión y
admiración.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span lang="ES-PE" style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 14.0pt;">Jorge Luis Borges
es un autor muy alejado de los resortes intelectuales y emocionales que
identifican a la obra del peruano. Entonces, ¿en qué punto confluyen ambas
miradas?, ¿cuál es el factor que lleva a Vargas Llosa a reunir ensayos,
entrevistas, conferencias y reseñas sobre un autor del que cada año no dejan de
aparecer libros sobre él? No sorprende que preguntas como estas sean formuladas
por lectores conocedores, que en algunas ocasiones pecan de soberbios sin darse
cuenta de que este tipo de libros, los de difusión, cumplen una función que hay
que agradecer: la formación de nuevos lectores.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span lang="ES-PE" style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 14.0pt;">Medio
siglo con Borges</span></i><span lang="ES-PE" style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 14.0pt;"> pudo ser un libro más “analítico” (no olvidemos que
Vargas Llosa se encontraba en Princeton enseñando sobre novela y Borges cuando
en la mañana del 7 de octubre de 2010 recibe la llamada de Suecia en la que se
le comunicó que acababa de obtener el Nobel de Literatura) y recursos le sobran
al autor para haberlo encaminado por ese sendero. Por eso, es notoria la
intención de Vargas Llosa de privilegiar su asombro de lector que le producían
la figura y los libros de Borges. A saber, en una de las entrevistas, ambos
llegan a conversar sobre el poeta peruano José María Eguren y de la relación
emocional de Borges con el Perú, entre otros aspectos. Y fiel a su estilo,
Vargas Llosa manifiesta la importancia del legado literario del argentino (ya
calificado de clásico para el gran futuro), sin dejar de subrayar algunos
puntos de apreciación literaria con los que no estaba de acuerdo con él. A
saber, la visión sesgada de Borges en cuanto a la cultura occidental.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span lang="ES-PE" style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 14.0pt;">Esta publicación
guarda un lazo a destacar con <i style="mso-bidi-font-style: normal;">La utopía
arcaica</i> (admirar a un autor con el que no se sintoniza en absolutamente
nada en cuanto a poética) y muy en especial con <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Cartas a un joven novelista</i>. Si en <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Cartas</i>… se privilegiaba la dimensión de la escritura literaria, en <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Medio siglo con Borges </i>se exalta la
dimensión de la lectura como único medio para <i style="mso-bidi-font-style: normal;">estar </i>en la vida. Al respecto, resulta curiosa la reseña sobre <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Atlas</i>, que Borges escribió con su esposa
María Kodama. En este texto, en onda con los de <i style="mso-bidi-font-style: normal;">La verdad de las mentiras</i>, Vargas Llosa nos brinda un ángulo
distinto del Borges habitual, un Borges en conexión con la vida y sus
circunstancias, a kilómetros del Borges libresco ya instaurado en el imaginario
literario.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span lang="ES-PE" style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 14.0pt;">En su brevedad, <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Medio siglo con Borges</i> cumple su
propósito, contagia pasión por leer absolutamente todo. </span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 14pt; text-indent: 35.45pt;">Librazo.</span></div>
<br />Gabriel Ruiz-Ortegahttp://www.blogger.com/profile/04772378156753239392noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-25246434.post-8146036944823959662020-06-22T23:07:00.001-05:002020-06-22T23:22:52.274-05:00"los cojudos"<br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span lang="ES-PE" style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 14.0pt;">A fines del año pasado
Planeta publicó la reedición de <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Los cojudos</i>
(por cierto, el libro estuvo a cargo de este servidor) de Luis Felipe Angell,
más conocido como Sofocleto. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span lang="ES-PE" style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 14.0pt;">Seguramente, los
lectores peruanos más jóvenes (y que recién están empezando a leer con
frecuencia) no conozcan a Sofocleto. Al respecto, hay que enfatizar que
Sofocleto fue uno de los escritores peruanos más leídos del siglo XX. Dueño de
una inacabable curiosidad que lo llevó a explorar más de un género literario, en
los que plasmó inteligencia, humor y sarcasmo. El Perú (su esencia cultural
vista desde todos los ángulos) fue uno de sus temas recurrentes, lo que le
generó miles y miles de lectores que iban a la caza de sus libros mientras
devoraban sus columnas periodísticas. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span lang="ES-PE" style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 14.0pt;">Sin duda, <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Los cojudos</i> es uno de sus libros más
conocidos, el cual también puede servir como puerta de entrada para los
lectores de hoy a su extensa y magnífica obra. En esta publicación, Sofocleto
llevó a cabo lo que en teoría parecía imposible: explicar la identidad peruana.
Lejos del discurso señorial, de las mentiras de la data que no refleja la
realidad y de la impostura opinativa, Sofocleto compromete al lector hacia un
viaje interior signado por el cuestionamiento festivo, haciéndole partícipe de
una indagación por los resortes del ADN peruano, de aquello que no se quiere
averiguar (por vergüenza y por inminente de burla que sufrirá quien se
atreva a descifrar esos resortes) pero de lo que se habla hasta por los codos
cada vez que nos comunicamos entre nosotros.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span lang="ES-PE" style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 14.0pt;">Los
cojudos</span></i><span lang="ES-PE" style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 14.0pt;">
se ha impuesto como un clásico de la cultura peruana. Su legitimidad parte del
favor del lector, como tiene que ser. A saber, agotó existencia entre diciembre
(2019) y enero de este año. Y ahora vuelve con la misma luz (humor, sabiduría,
ironía e inteligencia) en una segunda edición a la búsqueda de (muchos más) nuevos lectores<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span lang="ES-PE" style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 14.0pt;">No debe
sorprender. Así era/es Sofocleto: radiactivo.<o:p></o:p></span></div>
<br />Gabriel Ruiz-Ortegahttp://www.blogger.com/profile/04772378156753239392noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-25246434.post-57114187015438582182020-04-06T00:13:00.003-05:002020-04-06T00:13:51.248-05:00"dos soledades"<br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span lang="ES-PE" style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 14.0pt;">Una de las
publicaciones que atesoro en mi biblioteca, no por tratarse de una obra maestra,
sino por su dimensión anímica por decirlo de algún modo, es <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Dos soledades</i> (INC, 1974) de Emilio
Adolfo Westphalen y Julio Ramón Ribeyro.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span lang="ES-PE" style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 14.0pt;">Compré el libro
hace muchos años y confieso que no lo he releído con la frecuencia que merecía.
Quiso el azar que lo encuentre días atrás mientras buscaba en los anaqueles <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Cuentos pretéritos</i> de Manuel Beingolea. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span lang="ES-PE" style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 14.0pt;">Cuando el mundo
regrese a la normalidad, y si estuviera en mí la posibilidad de propiciar un
rescate editorial, pensaría en esta maravilla, no porque sea un librito (88
págs.) que vaya a generar dinero, sino porque su lectura ayudaría a ordenar la
geografía emocional del escritor confundido y alucinado, además, enriquecería
la visión de vida del lector verdadero, aquel que busca en la lectura un fin en
sí misma (cualidad cada vez más escasa, por cierto).<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span lang="ES-PE" style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 14.0pt;">Esta publicación
reúne dos conferencias, mediante las cuales sus autores nos brindan una
aproximación a sus respectivas poéticas. Pero esta intención no es lo esencial,
sino lo que hay debajo de la forma, ese río sensorial que nutre y dota de
verdad al discurso.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span lang="ES-PE" style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 14.0pt;">No por nada, la
publicación se llama <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Dos soledades</i>.
Especulo que pudo ser Julio Ortega el que puso el título, puesto que él firma
la presentación con la que contextualiza los momentos (1973 (Ribeyro) / 1974
(Westphalen)) en que se leyeron estas conferencias.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span lang="ES-PE" style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 14.0pt;">En <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Poetas en la Lima de los años treinta</i>,
Westphalen diserta sobre su condición de poeta en relación a sus compañeros
generacionales, como Estuardo Núñez, Martín Adán, entre otros. Se podría pensar
que su propósito fue ofrecer un panorama de época para la poesía peruana, que
lo cumple en parte, porque lo que le importa <i style="mso-bidi-font-style: normal;">sin importar</i> es la exposición de sus cotos emocionales. En no pocos
pasajes sugiere que toda su vida ha sido un antisocial, o para ser más preciso,
se ha sentido inclinado hacia la evasión, la base en la que dispone sus
materiales poéticos. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span lang="ES-PE" style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 14.0pt;">Por su parte,
Ribeyro en <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Las alternativas del novelista</i>
realiza un recorrido por la tradición de la novela. Y al igual que Westphalen, Ribeyro
apela a la importancia de la galaxia anímica, con la diferencia de que lo hace
con no pocas capas conceptuales, lo que no genera un esfuerzo por parte del
lector (la mágica tersura de la escritura de Ribeyro, obvio), que no demora en
colegir la estrategia del conferencista: hablar de las virtudes de los otros
(maestros de la narración) para declarar su preferencia por el método clásico
de narración. Obviamente, nos enfrentamos al detrás de escena de un Ribeyro de
ficción, que no guarda relación con el otro Ribeyro, extraño y hechicero en la
indefinición de registros. </span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 14pt; text-indent: 35.45pt;">Como sugerí líneas
arriba, no sería nada descabellado proponer un rescate de este libro para
contextos más propicios. En fin, el dato está, con la esperanza de que algún
loco asuma el reto.</span></div>
<br />Gabriel Ruiz-Ortegahttp://www.blogger.com/profile/04772378156753239392noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-25246434.post-90061373902925426992020-03-25T21:00:00.003-05:002020-03-25T21:00:51.844-05:00"Hunter. La vida salvaje de H. S. Thompson"<br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span lang="ES-PE" style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 14.0pt;">Una de las
publicaciones a las que recurrí hace unas semanas ni bien supe que ya estaba en
librerías limeñas: <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Hunter. La vida
salvaje de H. S. Thompson</i> de E. Jean Carroll (Tusquets, 2019).<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span lang="ES-PE" style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 14.0pt;">Sobre la misma, ya
escribí un texto largo para una revista de libros, que imagino aparecerá cuando
las cosas vuelvan a la normalidad.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span lang="ES-PE" style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 14.0pt;">Esta es una
biografía especial por varias razones. Una de ellas, se trata de un homenaje al
creador del periodismo gonzo, pero uno que no es presa ni de la leyenda ni del
lugar común, que tanto ha seducido a escritores y aspirantes a tales en el
mundo entero, la mayoría confundiendo actitud con matonería, y en el colmo de
la ignorancia llamando gonzo a cualquier cojudez escrita en primera persona.
Otro motivo, este libro se publicó en 1993, es decir, 12 años antes del
suicidio de Thompson.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span lang="ES-PE" style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 14.0pt;">¿Por qué me gusta
más esta publicación que las otras sobre Thompson escritas tras su muerte?<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span lang="ES-PE" style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 14.0pt;">Como ya indiqué en
el párrafo anterior, en estas páginas no hay alabanzas, menos sobadas, sino una
exposición sobre las virtudes y bajezas de Thompson, que por momentos parecen
un río de aguas cristalinas para luego ser tiznado de lodo y mierda. En este
sentido, especulo en que sí le pudo gustar mucho a Thompson. Para alguien
acostumbrado a provocar y a encontrar acicate en los insultos que también le
espetaban, lo ofrecido por Carroll debió ser como un orgasmo para su ego. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span lang="ES-PE" style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 14.0pt;">Pero lo que lleva
a la publicación a los niveles de perdurabilidad es su estructura. Carroll
acertó con ofrecernos una biografía coral, tarea que no solo se suscribió a la
búsqueda de las personas que conocieron a Thompson, sino también a la caza de
textos que lo graficaban como alguien genial y a la vez miserable. En este
aspecto, algunos testimonios tienen el poder de erizar la piel y generar
indignación. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span lang="ES-PE" style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 14.0pt;">Como vivimos en
tiempos de corrección política, estoy convencido de que una lectura como esta
despertará la indignación de más de una feminista debido al trato que Thompson
tenía con las mujeres. Algunas de las convocadas por Carroll se quejan, otras
no. Pero habría que subrayar la participación de la autora, la otra gran
protagonista de esta biografía coral, mas su luz es la ideal, el perfil bajo. La
estrella no era ella. </span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 14pt; text-indent: 35.45pt;">Un libro que ladra
y muerde, sin duda.</span></div>
<br />Gabriel Ruiz-Ortegahttp://www.blogger.com/profile/04772378156753239392noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-25246434.post-72495536261277490522020-03-13T12:32:00.004-05:002020-03-13T12:32:28.345-05:00"el futuro es una máquina que nunca se acaba"<br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span lang="ES-PE" style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 14.0pt;">De las novelas
peruanas publicadas el año pasado, una que apareció a fines del mismo despertó
mi atención: <i style="mso-bidi-font-style: normal;">El futuro es una máquina que
nunca se acaba </i>(Alfaguara) de Erick Benites. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span lang="ES-PE" style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 14.0pt;">Benítez debutó en
la década anterior con <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Caja negra</i>, un
sugerente libro de cuentos que se nutría de los referentes de la cultura
popular. De aquella experiencia a esta su última novela, es posible percibir el
trabajo del autor en cuanto a la morfología de la prosa, expuesta en una claridad
que como tal no deja de destacar por su <i style="mso-bidi-font-style: normal;">peso</i>
anímico, cualidad difícil de lograr y que es producto de una febril
reescritura.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span lang="ES-PE" style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 14.0pt;">En principio nos
hallamos ante una novela generacional, aquella comprendida entre el segundo
lustro de los 80 y el curso de los 90. Acierta Benites con mostrarnos un
mosaico emocional que parte de un nihilismo existencial, del que el autor se
sirve para entregarnos tres protagonistas (el narrador protagonista, Mauricio y
Javier) cómplices en cuanto la dimensión amical pero que a la vez entran en
conflicto por saber de la muerte de uno de ellos (No Spoiler), entre otras
inquietudes de la edad, signadas por la frustración social (aunque no dicha, lo
cual es meritorio porque si en algo brilla Benites es precisamente en un claro
divorcio del mimetismo del lugar común, detalle en el que resbalan no pocos
exponentes peruanos últimos).<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span lang="ES-PE" style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 14.0pt;">Benites conduce su
novela mediante la sugerencia. Todos los conflictos que presenta yacen en la
especulación de lo que pudo haber pasado, y no solo sobre la muerte de
Mauricio, sino también indaga en el impacto que suscita en el narrador
protagonista (y los<i style="mso-bidi-font-style: normal;"> otros</i>) el cáncer
que aquejó a su padre. En otras palabras, los conflictos parten de los
personajes para insertarse en el lector, convirtiéndolo en un cómplice en pos de
una verdad que lo cuestiona, es decir, en una experiencia literaria y humana
que sería bueno ver con más frecuencia en la narrativa peruana de los últimos
tiempos, que ha caído en un aburguesamiento imbécil teñido de urgencias
frívolas. </span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 14pt; text-indent: 35.45pt;">En su brevedad, </span><i style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 14pt; text-indent: 35.45pt;">El futuro es una máquina que nunca se acaba</i><span style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 14pt; text-indent: 35.45pt;">
dice mucho más de lo que expone. Benites cuenta una historia, pero esta no es
más que un pretexto, en sus páginas la que se lleva los aplausos es la poética condensación
de su escritura. Hay que estar atentos a lo próximo que haga Benites. No
importa cuánto tiempo demore en publicar.</span></div>
<br />Gabriel Ruiz-Ortegahttp://www.blogger.com/profile/04772378156753239392noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-25246434.post-74818972921905391412020-02-22T14:21:00.002-05:002020-02-22T14:21:26.683-05:00relectura: "bodegón"<br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span lang="ES-PE" style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 14.0pt;">Hace algunos años
apareció <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Bodegón. Poemas recuperados 1973
- 1976</i> (Vallejo & Co), un extraordinario trabajo de arqueología poética
realizado por Renzo Porcile (amigo personal) sobre los poemas
perdidos/extraviados de Enrique Verástegui en los años setenta.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span lang="ES-PE" style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 14.0pt;">La lectura de
estos poemas confirma lo que ya no debería ser una verdad oculta: la genialidad
del poeta, que quedó patentizada con <i style="mso-bidi-font-style: normal;">En
los extramuros del mundo</i>, publicado en 1971. Aquel libro debut hizo que un
jovencísimo Verástegui sea considerado incluso como uno de los poetas
hispanoamericanos más llamativos del momento.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span lang="ES-PE" style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 14.0pt;">El tiempo ha transcurrido y el magisterio de Verástegui se ha fortalecido. Es por eso que acceder
al Verástegui no “conocido” pasa a la categoría de imprescindible, porque nos
revela los cambios que el poeta haría en los futuros registros que exploró después de esa década setentera tan rica en (muy) buenos poemarios.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span lang="ES-PE" style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 14.0pt;">Sensualidad,
transgresión, intelecto, erotismo y cuestionamiento social y existencial
deparan estos poemas rescatados/recuperados. Al respecto, pienso en la
contundencia de “Transcripción de una borrachera en un bar de provincia”, “Dibuxo
del venerable varón F.J de la C. (Beardsley Frontispieces: estampado en seda)”,
“Visión de un joven sicótico”, “Encuentro con una Sioux en Bogotá”, “Asunto a
tratar: Penelopea de Itaca pasó por Lima” y “Good / By Lady Splendor”.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span lang="ES-PE" style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 14.0pt;">Me resisto a
pensar que haya poeta peruano que pase de esta obra tan rica en referentes,
pero de lo que sí pasan muchos es de la actitud de Verástegui. Esa actitud es
lo que eleva y fortalece los registros usados por el desaparecido autor. Me
refiero a ese contacto con la realidad para transfigurarla, interrogarla y
convertirla en sustancia del ejercicio poético. Talento aún hay, y mucho, pero
lo que se impone es la cobardía, la menudencia expositiva, el yoísmo inocuo. </span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 14pt; text-indent: 35.45pt;">Lean este libro.</span></div>
<br />Gabriel Ruiz-Ortegahttp://www.blogger.com/profile/04772378156753239392noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-25246434.post-34238173730699804722020-02-14T00:58:00.001-05:002020-02-14T00:58:54.374-05:00calderón fajardo<br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span lang="ES-PE" style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 14.0pt;">Días atrás,
mientras andaba perdido por las salas del MALI, me topé con un lector, que no
puedo considerar mi amigo pero con quien llevo un trato muy cordial. Este me
preguntó por algunos posts del blog y si alguna vez había escrito sobre Gastón
Fernández.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span lang="ES-PE" style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 14.0pt;">Sí recuerdo haber
escrito de él, lo que no es el espacio (físico o virtual) en el que se publicó
el texto. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span lang="ES-PE" style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 14.0pt;">Como fuere,
resulta gratificante recordar y ser testigo de la emoción del interesado
mientras le brindaba mis impresiones de <i style="mso-bidi-font-style: normal;">relatos
aparentes</i>, publicado por More Ferarum a mediados de la década pasada, si
mal no recuerdo.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span lang="ES-PE" style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 14.0pt;">A este lector, a
quien en adelante llamaré Tatú, tiene una fijación especial por la
tradición literaria de los <i style="mso-bidi-font-style: normal;">raros</i>, que
son aquellos escritores que no pueden ser ubicados en rubros ya canónicos. A
Tatú le gustan todos los<i style="mso-bidi-font-style: normal;"> raros</i>,
aunque no sé si llamar raro a Carlos Calderón Fajardo sea lo apropiado.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span lang="ES-PE" style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 14.0pt;">Recuerdo que a CCL
le gustaba mucho Fernández y del mismo modo aceptaba que se le considere <i style="mso-bidi-font-style: normal;">raro</i>.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span lang="ES-PE" style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 14.0pt;">Le di toda la
razón a Tatú: hay que ver la posibilidad de reeditar a Fernández, aunque sea en
un tiraje modesto, de 300 ejemplares. Quien lo haga será alguien valiente y
romántico de las causas imposibles, porque lo más probable es que se venda muy
poco, pero qué importan las ventas cuando se trata de una poética que justifica
la experiencia de la lectura.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span lang="ES-PE" style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 14.0pt;">Horas después de
despedirme de Tatú, pensé en Fernández y CCF. Se entiende que no hablo de
calidad literaria, en lo personal son dos escritores excepcionales, pero
siempre he mostrado mis reparos a la nomenclatura, antojadiza e irritante, de
llamarlos <i style="mso-bidi-font-style: normal;">raros</i>, lo que refuerza mi
teoría de que el problema no es la poética, sino el discurso de sus difusores.
En este aspecto, pienso más en los promotores de CCF, que hicieron mucho daño a
los interesados en su obra, pintándola de inasequible, secreta y que requería
de lectores con kilómetros de lecturas. Hago un repaso fugaz de su obra y esta
no tiene nada de extraña, por el contrario, una de sus características era su
apego por el asunto/argumento, intención que vimos repotenciada en su tetralogía
de Sarah Helen. A ello, añado su propósito de no encasillarse en un determinado
género narrativo. En su poética están casi todos los temas. </span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 14pt; text-indent: 35.45pt;">Mucha chancaca
discursiva para un autor que siempre buscó la magia de la claridad en su
escritura. Mucha posería estéril en sus difusores. Ojalá en estos tiempos se le
difunda de otra manera. CCF lo merece.</span></div>
<br />Gabriel Ruiz-Ortegahttp://www.blogger.com/profile/04772378156753239392noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-25246434.post-68551702147810772502020-02-04T12:38:00.002-05:002020-02-04T12:38:50.114-05:00«tema libre»<br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span lang="ES-PE" style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 14.0pt;">Desde hace un
tiempo estoy interesado en la obra del escritor chileno Alejandro Zambra. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span lang="ES-PE" style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 14.0pt;">A diferencia de
muchos, mi entusiasmo es tardío. Lo he leído, sin embargo, cuando lo hice no
sentí una identificación, sin dejar de reconocer que es un tremendo autor, que
ha forjado un mundo hermético y no menos revelador. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span lang="ES-PE" style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 14.0pt;">No sé a qué se
deba este repentino apego. A lo mejor se deba a la edad. Como fuere, cada
lector es dueño de su conexión con los libros, a lo mejor a esta edad estaba destinado
a conectar con Zambra.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span lang="ES-PE" style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 14.0pt;">Tema
libre</span></i><span lang="ES-PE" style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 14.0pt;">
(Anagrama, 2019) es su último libro. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span lang="ES-PE" style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 14.0pt;">Desde el título se
anuncia la intención del autor (propósito que será detectado ya por sus
seguidores): la escritura sin cotos genéricos. Bajo este principio, Zambra ofrece
una serie de “ficciones, ensayos y crónicas” que de manera clara o subalterna
son un reconocimiento al acto de escribir. Pero no se trata de un <i style="mso-bidi-font-style: normal;">arte poética</i>, porque a Zambra (en esta
ocasión) no le interesa el recuento creativo, sino las herramientas en las que
descansan las inquietudes artísticas y el <i style="mso-bidi-font-style: normal;">medio</i>
por el que se las debe conducir. A saber, en textos tan disímiles como el homónimo
de la publicación y “El cíclope”, resulta posible constatar la madurez de una <i style="mso-bidi-font-style: normal;">mirada</i>, o de cómo esta se ha ido
fortaleciendo desde que Zambra se diera a conocer como autor de ficción. En
apariencia, en lo que escribe el chileno no suceden grandes acontecimientos, al
menos no como sí leemos en muchos otros autores. Para Zambra, el oficio es tan
importante como la mirada (actitud, apego por el detalle, modo de acercamiento
a la curiosidad), incluso tras la lectura de <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Tema libre</i> podría aventurarme a decir que la mirada es más</span><span style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 14pt; text-indent: 35.45pt;">importante que el oficio, principio que haría rabiar a los celadores de la ortodoxia narrativa, tan preocupados en la forma que en el nervio o la epifanía textual. </span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 14pt; text-indent: 35.45pt;">En su brevedad, </span><i style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 14pt; text-indent: 35.45pt;">Tema libre</i><span style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 14pt; text-indent: 35.45pt;"> es un libro mágico, en el que Zambra consigue una vez más destruir las barreras entre ficción y realidad, lo que conquista al lector, al que ya no le interesa si lo escrito yace o no en la parcela de la verosimilitud. La clave es disfrutar. Llámalo experiencia literaria.</span><span style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 14pt; text-indent: 35.45pt;"> </span></div>
<br />
<br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<br /></div>
<br />Gabriel Ruiz-Ortegahttp://www.blogger.com/profile/04772378156753239392noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-25246434.post-9149013266513672182020-01-22T05:38:00.000-05:002020-01-22T05:38:38.720-05:00una librería<br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;">En los meses de verano me dedico
exclusivamente a la relectura. Esto es algo relativamente conocido por el
seguidor del blog. Rara vez me sumerjo en las novedades, sin embargo no pude
ser ajeno a una maravilla llamada <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Nuestras
riquezas. Una librería en Argel</i> (Libros del Asteroide) de la escritora
argelina Kaouther Adimi.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;">Como lo sugiere el título, esta novela
va de una librería, llamada<i> Las verdaderas riquezas</i>, fundada en 1929 por Edmond
Charlot, histórico librero y editor que tuvo la oportunidad de publicar los
primeros libros de Albert Camus, y cuya librería no tardó en convertirse en un
punto de encuentro para autores como André Gide y Antoine de Saint-Exupéry. No
era para menos, Charlot supo forjar una leyenda de librero y gran lector que
incentivaba la creación literaria en los jóvenes. En este sentido, Adimi nos ofrece
un retrato atractivo de Charlot, pero también un testimonio de época y una
radiografía generosa de lo que tendría que mostrar siempre todo librero (y
editor): pasión por la vocación.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;">A la par de esta historia, Adimi presenta
el recorrido del joven francés Ryad, que en 2017 debe encargarse del local en
donde se ubicó <i>Las verdaderas riquezas</i>, pero su interés en el mundo del libro
es prácticamente nulo y ve la tarea encomendada como un asunto meramente
pecuniario. Tiene que reparar el local de la librería porque el actual
propietario la quiere convertir en una buñolería.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;">Adimi se vale la funcionalidad del
lenguaje sin afeites para brindarnos acercamientos verosímiles a estas
sensibilidades. Por un lado, el idealismo de Charlot y por el otro la
practicidad de Ryad. En este contrapunto, Adimi encuentra una potencia de
estilo que le permite al lector acercarse a un testimonio de época, a una
suerte de exploración a la cotidianidad de Charlot previo al estallido de la
segunda guerra mundial; del mismo modo en la configuración de la materialidad
que signa a Ryad. Este último, a medida que va avanzando en las reparaciones del espacio de la librería, va enterándose de su historia y leyenda, lo que
deviene en un asombro de primerizo que es aprovechado por Adimi para mostrarnos
el conflicto intelectivo de Ryad. </span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 14pt; text-indent: 35.45pt;">Por lo expuesto, el lector se halla ante
una novela idealista con ribetes escépticos, la cual nos muestra una mirada con
cable a tierra de esa locura que es sacar adelante una librería pese a las
adversidades y del valor silencioso de la misma capaz de abrirse espacio en el
tiempo y en las sensibilidades más reacias a reconocer su valor.</span></div>
<br />Gabriel Ruiz-Ortegahttp://www.blogger.com/profile/04772378156753239392noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-25246434.post-42622050219136987792020-01-09T16:23:00.001-05:002020-01-09T16:49:38.264-05:00listas (poesía peruana última)<br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span lang="ES-PE" style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 14.0pt;">Hace algunos días algunos amigos me enviaron un par de listas que daban cuenta de los poemarios/poemas
peruanos más destacados de la década. Hay que reconocer la ambición, del mismo modo el arrojo, más cuando nos presentan el lisérgico número de 50 (y
pico).<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span lang="ES-PE" style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 14.0pt;">Para algunos, este
asunto puede parecer una pérdida de tiempo o una tremenda cojudez, en cambio
para otros, como este servidor, sí se trata de una chambaza más allá de si haya
trampa o no, o sobre cuáles sean las verdaderas intenciones en esta clase de selecciones en las que encontramos carne y hueso, o llámese
también tráfico de intereses. En las parcelas de la especulación todas las
sospechas resultan razonables y más cuando se habla de poesía peruana última.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span lang="ES-PE" style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 14.0pt;">Imagino pues el
ejercicio de memoria del colectivo Sub 25 (<a href="http://poesiasub25.com/ranking/50-mejores-poemarios-de-la-decada/">1</a> y <a href="http://poesiasub25.com/ranking/los-50-mejores-poemarios-de-la-decada/">2)</a> y el poeta Julio Barco (<a href="https://lenguajeperu.pe/2019/12/31/anti-lista-los-50-poetas-mas-olvidados-de-la-decada-10-autores-que-debemos-conocer-contra-una-mirada-limitada-de-la-poesia-peruana-ultima-julio-barco-2010-2020/?fbclid=IwAR1y8nkUpaxqjm2CQNGxmcix94etwJFSr8PmfHSfBBI_SXTdzJQXX3ecl58">1</a>). La relevancia
de sus listas la dirá, apelando al lugar común, el tiempo. Ahora, me gratifica
haber encontrado más de una voz atractiva (yo hice mi tarea, salí a la búsqueda
de muchos poemarios/poemas (no pude encontrar todos) para
dejar atrás algunos vacíos, además, lo bueno es que aparecieron en días de
encierro forzado por las fiestas de fin de año, es decir, hubo tiempo extra
para leer lo no planificado). </span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 14pt; text-indent: 35.45pt;">Más que Likes, la
poesía peruana reciente urge de lectores y no voy a negar que estas antologías
al vuelo pueden ayudar a un debate o un seguimiento, o sea, brindar la sugerencia
de una cartografía para el eventual lector. Bien sabemos que el circuito
poético (al igual que en todos lados) es muy pequeño. Podemos ver las reyertas
y olímpicas payasadas de la mayoría de sus integrantes, a los que habría que
agradecer por alegrarnos durante la digestión, pero subrayo: lo más importante
es recoger la recomendación y de esta manera saber quién es quién en poesía
peruana última mediante la experiencia del texto. En cuanto a mí, lo agradezco.</span></div>
<br />Gabriel Ruiz-Ortegahttp://www.blogger.com/profile/04772378156753239392noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-25246434.post-56193747328395069532020-01-04T23:09:00.000-05:002020-01-04T23:28:09.195-05:00«palabras de otro lado»<br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span lang="ES-PE" style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 14.0pt;">Una de las novelas
que debería figurar más en nuestros apurados recuentos literarios es <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Palabras de otro lado</i> (Galaxia
Gutenberg) de Alonso Cueto. La novela, para más señas, resultó también ganadora
del II Premio de Narrativa Alcobendas Juan Goytisolo.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span lang="ES-PE" style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 14.0pt;">Cueto vuelve sobre
sus marcas creativas, como la exposición de hombres y mujeres cuestionados por
una revelación de último momento. Esto es lo que sucede con Aurora Carhuana,
cuya madre antes de morir le confiesa que no es hija del padre que ella siempre
creyó. Partiendo de este suceso, el autor comienza a armar una trama atractiva,
lo que para sus (no pocos) lectores no es novedad, incluso es posible intuir
cómo sería su desarrollo, sin embargo, lo que ofrece la novela no es una trama
cerrada, sino un despliegue humano en la interacción de los personajes. En este
sentido, la lectura depara no pocos sucesos en la búsqueda de Aurora de su
padre, los cuales están enhebrados por los encuentros y la empatía entre estos,
lo que lleva a Cueto a descollar en la introspección de los mismos y, en
especial, en la sensibilidad de Aurora. Este ingreso a las zonas de lo dicho y
lo no dicho, a los circuitos de la especulación, es lo mejor de <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Palabras de otro lado</i>, novela en la que
cada acción viene sustentada por una carga reflexiva que sabe detenerse a
tiempo y en la que sus personajes quedan expuestos en sus más escondidas vergüenzas,
pero esta exhibición de atrocidades anímicas no depende de la dimensión
descriptiva del discurso, sino de la capacidad de Cueto para llevar el orgullo
dinamitado a la galaxia emocional e intelectiva del lector. Esta luz <i style="mso-bidi-font-style: normal;">deformada</i> está presente en muchas páginas
y tiene el poder suficiente para rescatarnos aún de las falencias de la novela
(diálogos).<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span lang="ES-PE" style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 14.0pt;">Palabras
de otro lado</span></i><span lang="ES-PE" style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 14.0pt;"> ya se ubica entre las mejores novelas del autor,
junto a <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Grandes miradas</i>, <i style="mso-bidi-font-style: normal;">La hora azul</i>, <i style="mso-bidi-font-style: normal;">El susurro de la mujer ballena </i>y <i style="mso-bidi-font-style: normal;">La Perricholi</i>. </span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 14pt; text-indent: 35.45pt;">Otro aspecto que
me atrajo del libro es su frescura, la actualidad temática convertida en
protagonista alterna. Imposible no pensar en nuestros nuevos o no tan nuevos
escritores, que han hecho del chancaquismo discursivo, de los horrores superfluos y del aburrimiento, las
marcas del prestigio sin lectores (o sea, doblemente hasta las huevas), del
triunfo de la otra literatura legitimada por el lobby y otras maravillas
parecidas. Uno no piensa así porque sospecha mal y cree que todo está hasta las
patas.<i> No qué va. </i>No hay motivo para pensar así.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<br /></div>
<br />Gabriel Ruiz-Ortegahttp://www.blogger.com/profile/04772378156753239392noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-25246434.post-671056256027183052019-12-30T04:25:00.002-05:002019-12-30T04:25:53.261-05:00germán marín<br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;">En la mañana de ayer domingo me entero
de la muerte del escritor chileno Germán Marín. A lo largo del día recorrí
algunas webs de diarios chilenos que daban cuenta del fallecimiento de uno de
los autores referenciales de la literatura chilena contemporánea. Por esas
cosas del azar, desde el día viernes había separado para releer la novela más
conocida de este autor: <i style="mso-bidi-font-style: normal;">El palacio de la
risa</i>, publicada en principio en 1995, aunque mi ejemplar pertenecía a
Ediciones UDP, de 2014. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;">Separé esta novela de Marín movido por
la curiosidad de retorno a los densos recovecos de su prosa. El argumento de la
novela, metáfora brutal de Villa Grimaldi, conocido centro de torturas de la
dictadura pinochetista, no era lo que en esta ocasión llamó mi atención. Me
interesó, en principio, volver a la mezcla de registros que llevó a cabo Marín
en este proyecto. Hay, pues, lo que llamamos narrativa del yo pero sin ser yo,
y mediante esta incertidumbre discursiva Marín brinda un relato social sobre el
periodo más oscuro de Chile en el siglo pasado. En lugar de discurrir por la
exposición de atrocidades, el autor opta por lo no dicho, abocado a la
sugerencia, extraña y que<i style="mso-bidi-font-style: normal;"> corrompe</i> la
prosa y, por ende, la sensación del lector. Es precisamente esta sensación, la
búsqueda de esta, lo que me llevó a buscar el libro. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;">Marín es diáfano pero a la vez complejo,
pero ante todo veraz en lo que cuenta, y cuando me refiero a <i style="mso-bidi-font-style: normal;">veraz</i> no pienso en verosimilitud, sino a
una inmersión en la desazón personal y (como ya indiqué líneas atrás) colectiva
de la sociedad de su país. A medida que se avanza en este artefacto rotulado de
novela, resulta inevitable no caer presa de un extrañamiento presente en todas
sus páginas: la sombra del peligro por medio del recuerdo y la correspondiente
reflexión mientras se transita por los interiores y exteriores de Villa Grimaldi. </span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 14pt; text-indent: 35.45pt;">Sobre la vida y obra de Marín se
escribirá mucho en los próximos días. Marín llevaba una vida de perfil bajo y
pertenecía a ese selecto crisol de autores que muchos consideramos perennes. Lo
es ya en su literatura, </span><i style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 14pt; text-indent: 35.45pt;">El palacio de la
risa</i><span style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 14pt; text-indent: 35.45pt;"> es una irrefutable prueba de ello.</span></div>
<br />Gabriel Ruiz-Ortegahttp://www.blogger.com/profile/04772378156753239392noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-25246434.post-26464335252232535782019-12-27T15:47:00.002-05:002019-12-27T15:47:36.315-05:00listas<br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;">No esperaba postear nada hasta el
próximo año, pero la conmoción que suscitan los Premios Luces me obliga a salir
de mi zona de confort (relecturas) para brindar algunas palabras esclarecedoras
al respecto, si es que a alguien le interese mis palabras, como siempre tan
saludadas y denostadas. Pero bueno, a lo que iba y para ello me valgo de la
pregunta que me hizo el joven narrador Bebé Sinclair en la mañana, mientras
disfrutaba de un sabroso pan con chicharrón en el local Palermo de Balconcillo:
«¿cuán serios son estos premios del Comercio?».<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;">Los Premios Luces, lo sabemos, son una
tremenda cojudez, pero como tal no menos atractivos para sus protagonistas. No
importa lo imbécil que pueda ser la metodología del galardón, lo que seduce es el lucro emocional y eventualmente económico que se pueda sacar ni bien el
autor lee su nombre entre los nominados. Urge madurez para manejar los
vaivenes del fugaz estrellato, una gotita de desahuevina sería ideal en esos
momentos que sientes tocar las nubes y, en tal posición de privilegio, ver a la
recua que la suda para sobrevivir. Pero ya vemos que las artes del buen
comportamiento sucumben ante las redes de la huachafada bienintencionada
(prefiero pensar que es así), detalle del que son conscientes nuestros autores,
que sabiendo de los peligros del mal gusto, son suicidas y se hipotecan sin más
al ruego de votos, a las dádivas de Likes y los oscuros misterios del rebote. </span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 14pt; text-indent: 35.45pt;">No hay que ser un dotado de la deducción:
nos hallamos ante una mentira. Sin embargo, en esta ocasión la farsa, a
diferencia de años anteriores, está delatada por el apuro en la confección de
las listas, porque eso es lo que prefiero pensar y no (me aferro a la
ingenuidad) en negociados llevados por lo bajo. En la confección de listas
resulta imposible dejar contentos a todos, no hay suficientes presas para tan
alta demanda, pero al menos un poco de responsabilidad (repaso al vuelo de lo
más destacado, tiempo que no demanda más de tres bocados de pan con chicharrón
del Chinito) podría suscitar el acontecimiento: que estén los que merecen
estar, al menos hacer el intento.</span></div>
<br />Gabriel Ruiz-Ortegahttp://www.blogger.com/profile/04772378156753239392noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-25246434.post-72709229528069649752019-12-24T22:08:00.001-05:002019-12-24T22:09:20.679-05:00cuentarios peruanos 2019<br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 14.0pt;">Ya cerrada la temporada editorial 2019, debo
decir que, en lo literario, ha sido un año mucho mejor que el anterior. En este
sentido, pienso en el género que ha sido protagónico, el cual suscitó interés y
anuencia en los lectores: el cuento.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 14.0pt;">Me alegra, y mucho, por tratarse de un
género no pocas veces maltratado, mirado de reojo, que no despierta esa
algarabía que sí la novela, al punto que se piensa (y mal) que cuando se habla
de narrativa peruana actual se hace referencia a la novela.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 14.0pt;">Curiosamente, los títulos más destacados
han sido publicados por editoriales grandes. Hasta hace un tiempo se solía
creer que si algún refugio tenía el cuento, este se lo podía brindar el
espectro de las editoriales independientes, que dicho sea, han demostrado un
año más su evidente crisis de catálogo, al menos antes los independientes salían
a buscar.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 14.0pt;">El libro de cuentos del año se reparte
entre tres títulos: <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Resina</i> (Seix
Barral) de Richard Parra, <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Todo es
demasiado</i> (Emecé) de Christian Briceño y <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Algunos cuerpos celestes</i> (Peisa) de Augusto Effio Ordóñez. Hasta
hace algunos meses, ubicaba lo de Briceño como el cuentario más sólido (que a
decir de muchos buenos lectores lo es), pero no voy a negar que lo de Parra y
Effio sí me generan razones para expandir el entusiasmo por este género tan
difícil y a la vez muy incomprendido, usado por varios autores como puente a la
novela. El cuentario, lamentablemente, es una especie de tarjeta de
presentación en sociedad, requisito indispensable para seducir a los editores
de turno con el proyecto de novela. En estos tres títulos hallamos no solo
oficio, sino también una mirada del mundo de los autores, la cual no se
resiente por efectismos y amaneramientos verbales con inclinación al bostezo.
Además, mediante la configuración moral de sus personajes es posible conocer
los circuitos anímicos y temáticos de los que se nutren sus autores. No hay
satisfacción más saludable que encontrarse con plumas con personalidad, que no
dudan en exponer la vergüenza interna, la humillación silenciosa y caprichosa,
y en especial, ese afán por querer comunicar <i style="mso-bidi-font-style: normal;">algo</i> a los lectores.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 14.0pt;">También subrayo la aparición de <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Los ríos de marte</i> de Yeniva Fernández, <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Nunca seremos tan jóvenes como hoy</i> de
Carlos Arámbulo, <i style="mso-bidi-font-style: normal;">La otra orilla </i>de
Alejandro Susti y <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Jamás en la vida</i> de
Fernando Ampuero. Estos tres libros han tenido rebote desigual en prensa, del
mismo modo saludos críticos encontrados. Pero esa es la idea, suscitar diversas
opiniones. En el caso de Fernández, su libro (que contiene una novelita y cuentos
de su primer libro <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Trampas para incautos</i>)
ayuda a visibilizar una propuesta que transita entre el detallismo y el
registro fantástico. En el caso de Arámbulo, su cuentario lo asumí como un
eslabón más de la cadena de intereses que lo configuran como autor de ficción.
Basta leer su producción para darnos cuenta de que como creador no se queda en
un solo estilo; sus dos cuentarios y la novela que lleva publicados son prueba
de este braceo, el cual realiza con oficio y fidelidad a su tema: la intensidad
de la vida. Si hay un autor peruano a quien debemos leer íntegramente, ese es
Arámbulo. En cuanto a Susti, no podemos dejar de destacar que su cuentario
(ganador del Premio José Watanabe 2018 de la APJ) derrocha una transparente fineza
estilística. Para Susti no existen las reglas clásicas del cuento, para él lo
que importa es el <i style="mso-bidi-font-style: normal;">cómo</i>, el tejido
narrativo y la exposición de sensaciones no dichas de sus personajes, como en
los cuentos «El balneario» y «Después de la batalla». No es un autor que tienda
a lo comercial, más bien, su poética exige de un lector entrenado. Susti es
dueño de una obra con variados intereses (también es editor, ensayista y
músico) y en el plano de la escritura de ficción este es su título más
importante. Si bien es cierto que el último cuentario de Ampuero no está como
conjunto entre lo mejor de su rica producción, hay que indicar que estos
cuentos exhiben un estado de gracia que solo se adquiere en años de
experiencia, pero lo que me fascina más es la proyección de la vitalidad que se
cuestiona y que impone revelación y hechizo en la irregularidad, detalle que no
puede ser obviado por los perfeccionistas. Sin embargo, en esta irregularidad,
hay una joya del cuento peruano del presente siglo: el homónimo de la
publicación. Este cuentario se inscribe en un contexto estelar para el autor, que
desde hace algunos años viene siendo testigo de un unánime reconocimiento
literario, local e internacional. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 14.0pt;">Me gustaron mucho dos cuentarios
reeditados: el primero pertenece a la narradora Mariela Sala, <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Desde el exilio</i>, y el segundo a Antonio
Gálvez Ronceros, <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Los ermitaños</i>. Se
trata de una excelente oportunidad para los nuevos lectores de literatura
peruana de conocer a una narradora con mucho por decir como lo es Sala; en el
caso de Gálvez, no podemos dejar de saludar los esfuerzos que se hacen para que
su obra llegue a todos los lectores posibles. Si hay un autor al que debemos
considerar ya un clásico viviente, ese es AGR.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 14.0pt;">Aunque <i style="mso-bidi-font-style: normal;">podría</i> ser una reedición, pienso en la magia de <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Pajarito</i> de Claudia Ulloa Donoso. Esta
es uno los libros que transmite la luz natural del talento. Aquí hay relatos de
la autora que pudimos leer en el celebrado <i style="mso-bidi-font-style: normal;">El
pez que aprendió a caminar</i> más otros de reciente aparición. </span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 14pt; text-indent: 35.45pt;">Y para terminar, el título de uno de los
nuevos narradores peruanos más representativos: </span><i style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 14pt; text-indent: 35.45pt;">El que golpea primero golpea dos veces</i><span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 14pt; text-indent: 35.45pt;"> de J.J.Maldonado. Maldonado ya nos había dado luces de su talento en su primer cuentario </span><i style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 14pt; text-indent: 35.45pt;">Los Buguis</i><span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 14pt; text-indent: 35.45pt;"> y en esta ocasión refuerza
con ventaja las impresiones que se tenían (y se esperaban) de él. Asistimos
pues a la marca de agua de Maldonado, la nervura del estilo y personajes
ensimismados en la oscuridad. Para Maldonado, el asunto/argumento es
importante, pero más lo es el cómo, en este caso, creer sin reservas en el
protagonismo del lenguaje (no es lugar común, y hay que subrayar la cualidad
porque no me refiero a si el lenguaje es correcto o trabajado, sino a su
dimensional moral en su configuración).</span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<br /></div>
<br />Gabriel Ruiz-Ortegahttp://www.blogger.com/profile/04772378156753239392noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-25246434.post-58905981130908959852019-12-02T11:23:00.001-05:002019-12-02T11:23:52.563-05:00juego de favores<br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;">Un <a href="https://elcultural.com/premios-nacionales-2"><span style="color: blue;">artículo</span></a> de Ignacio Echevarría me
lleva a uno que escribí para Caretas (edición impresa 2616). Ambos textos muestran una
inquietud en común: la conformación de los jurados de los premios nacionales de
literatura.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;">Como ya sabrá el lector atento, el Premio
Nacional de Literatura de España lo ganó <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Lectura
fácil</i> de Cristina Morales. Esta es una novela que se alzó también con el Herralde
2018 y que confirma no solo el constante buen momento de la autora, sino
también un proyecto que, en mi opinión personal, es uno de los más sólidos del
imaginario narrativo hispanoamericano actual. Echevarría incide en que habría
que mejorar los mecanismos de selección de los jurados en cuanto a su preparación
para los textos escritos en catalán y euskera. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;">Imposible, entonces, no pensar en los
ganadores del último PNL peruano en sus tres categorías (Literatura Infantil y
Juvenil, Cuento y Poesía), que no han despertado el entusiasmo de nadie. Este
galardón del Ministerio de Cultura tiene todo para convertirse en el más
importante del país, por la sencilla razón de que transita por títulos ya
valorados por la crítica y los lectores. Pero claro, si hablamos de este
ministerio, no podemos dejar de pensar en su dejadez cíclica, la cual viene
condimentada con una soberbia burocrática, que nos lleva a un despilfarro de
dinero y a una mentira: que sus libros premiados son los mejores en sus
respectivas categorías. </span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 14pt; text-indent: 35.45pt;">Al Mincul no le interesa trabajar en pos
de una claridad, le importa poco (o nada) filtrar los nombres recomendados por
las instituciones académicas y culturales que proponen a sus representantes
para la conformación del jurado del PNL. Todo indica que su labor es servir chizitos,
gaseosas y panes con atún. En otras palabras, sus funcionarios creen que están
en su chacra y pasan por alto el evidente juego de favores que llevan a cabo
las instituciones al proponer a sus «</span><span style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 14pt; text-indent: 35.45pt;">especialistas»</span><span style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 14pt; text-indent: 35.45pt;">.
Se entiende, pues, que el problema de los jurados es doble: su escaso
conocimiento de las publicaciones y su ética. Ante esto, ¿los funcionarios del
Mincul deben hacer algo? Por supuesto, porque para eso se les paga de nuestros
impuestos, para que protejan los intereses de los lectores peruanos, o en todo
caso, hacer menos vergonzoso el juego de argolla institucional que sugiere al </span><i style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 14pt; text-indent: 35.45pt;">causa</i><span style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 14pt; text-indent: 35.45pt;"> como jurado.</span></div>
<br />Gabriel Ruiz-Ortegahttp://www.blogger.com/profile/04772378156753239392noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-25246434.post-32273984399850446232019-11-20T05:11:00.001-05:002019-11-20T05:11:06.262-05:00clásicos<br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 14.0pt;">Hace varios meses tuve la oportunidad de
entrevistar al literato italiano Nuccio Ordine a razón de su ya referencial <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Clásicos para la vida. Una pequeña
biblioteca ideal</i> (Acantilado). <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 14.0pt;">Ordine es un defensor de la educación
tradicional, aquella que se justifica en la memoria y la reflexión, que para
ser eficiente requiere de la participación de un maestro apasionado en la
formación del alumno, al que tiene que guiar y estimular en la lectura de los
clásicos. Para Ordine no hay otro camino para la educación de calidad que no
sea por medio de la lectura de los clásicos. En este sentido, es un defensor
acérrimo de la importancia de los mismos, ya que son fuentes inagotables de
respuestas. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 14.0pt;">Hasta aquí, lo dicho no podría pasar del
lugar común. Sin embargo, habría que preguntarnos cuánto estamos leyendo a los
clásicos. Claro, se trata de una inquietud ingenua. Por ejemplo, los clásicos
vienen siendo ninguneados de los programas escolares de lectura (o llámese Plan
Lector) que, literalmente, han convertido en millonarios a no pocos
mercachifles impresores mediante textos que son axiomática basura. Estos
mercachifles han diseñado un plan de promoción y posicionamiento (con la ayuda
de mafiosos burocráticos del Ministerio de Educación) en los colegios, el cual
les permite excluir todo programa que aborde a los clásicos como se debería, es
decir, desterrando los manuales y resúmenes. </span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 14pt; text-indent: 35.45pt;">No niego que leer a los clásicos requiere
de un esfuerzo, no importa si se tiene experiencia o no como lector. Ingresar a
los clásicos puede significar en principio una ardua tarea, pero no hay otra
que cumplirla. Como todo en la vida que vale la pena, en este caso el esfuerzo
deviene en conocimiento real.</span></div>
<br />Gabriel Ruiz-Ortegahttp://www.blogger.com/profile/04772378156753239392noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-25246434.post-83429659106106626322019-11-14T01:23:00.001-05:002019-11-15T13:55:29.718-05:00tres decepciones<br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 14.0pt;">Este año se han publicado algunas buenas
novelas, como <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Cementerio de barcos</i> de
Ulises Gutiérrez, <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Adiós a la revolución</i>
de Francisco Ángeles, <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Balada para los
arcángeles</i> de Luis Fernando Cueto y <i style="mso-bidi-font-style: normal;">La
Perricholi</i> de Alonso Cueto. Pero también de las otras, de las que en
principio tenía expectativas por lo que venía «leyendo», cuándo no, en la redes.
Me sumergí en ellas, con toda la buena intención, pero la decepción se impuso
como un inesperado tacle en una pichanga nocturna. Lo curioso es que son
novelas que pudieron funcionar mejor, tener otro destino y no la desazón que me
invadió tras leerlas.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 14.0pt;">Solo
vine para que ella me mate</span></i><span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 14.0pt;"> (Planeta) de Charlie Becerra, quien había brindado
algunas luces de su talento narrativo en su libro de no ficción <i style="mso-bidi-font-style: normal;">El origen de la hidra</i>, comete el craso
error de caer en un efectismo discursivo que plastifica la dimensión humana que creemos nos propone: el autorreconocimiento de sus personajes. El argumento es
atractivo, pero se impone el desconocimiento de los géneros que se funden en un
proyecto que descuida precisamente la densidad que le da sentido a la
configuración moral de los personajes, los que a fin de cuentas nos llevan a la <i style="mso-bidi-font-style: normal;">verdad</i>
textual, inexistente en estas páginas.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 14.0pt;">Compórtense
como señoritas</span></i><span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 14.0pt;">
(Paracaídas), de Karen Luy de Aliaga, tenía todo para imponerse como una
publicación por demás importante. Sin embargo, el tema de la orientación sexual
en un contexto represivo no es suficiente para alterar los sentidos del lector.
La autora trastabilla en el tratamiento y no nos referimos a la furia anímica
de su narrativa, sino a la ausencia de metáforas que representen la molestia en
pos de la libertad (revisar a Marosa Di Giorgio y Alda Merini, a saber). Si en
futuras incursiones, Luy de Aliaga deja de abusar de la enunciación literal,
podría llegar a marcar un magisterio que no dudaremos celebrar. </span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 14pt; text-indent: 35.45pt;">Algo sucede con Raúl Tola. Lo digo con
pesar por tratarse de un autor experimentado. En </span><i style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 14pt; text-indent: 35.45pt;">La favorita del Inca</i><span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 14pt; text-indent: 35.45pt;"> (Alfaguara) no solo tropieza con la inverosimilitud
(vista también en </span><i style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 14pt; text-indent: 35.45pt;">La noche sin ventanas</i><span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 14pt; text-indent: 35.45pt;">),
sino que es evidente una caída que un escritor de su trayectoria no debería
tener a estas alturas: el apuro, pues.</span></div>
<br />Gabriel Ruiz-Ortegahttp://www.blogger.com/profile/04772378156753239392noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-25246434.post-58806447447131604252019-11-10T15:40:00.000-05:002019-11-10T15:40:39.392-05:00«carta al teniente shogún»<br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 14.0pt;">Una de las publicaciones peruanas que
quería leer y leí hace un mes (cuánto tiempo ha pasado): <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Carta al teniente Shogún</i> (Debate, 2019) de Lurgio Gavilán.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 14.0pt;">Desde hace un tiempo vengo señalando
que, al menos este año, la producción libresca local viene mostrando una media
de calidad relativamente estimable. De lejos, este 2019 es muy superior a
temporadas editoriales pasadas. Esta última entrega de Gavilán confirmaría la
impresión, pero ahora hablamos de las parcelas de la no ficción, y en este caso
que nos cita, la que se relaciona con la memoria.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 14.0pt;">Gavilán se hizo conocido por <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Memorias de un soldado desconocido</i>
(2012), publicación a la fecha icónica, no solo como documento sobre los años
de la llamada violencia política, sino también como muestra de las grandes
posibilidades de la literatura testimonial. En este libro, el autor nos contó
su paso por las huestes terroristas, el ejército peruano y la Iglesia. Bajo
todo punto de vista, Gavilán es un personaje excepcional.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 14.0pt;">En su último libro, Gavilán vuelve a transitar
por los caminos de la autobiografía. En estas páginas nos habla del teniente
que lo rescató de la trampa senderista, pero aquí aplica un registro rico en
posibilidades pero a la vez peligros en la administración de sus alcances
expresivos: la epístola, como aliento, no como forma.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 14.0pt;">Hablamos de narrativa del yo. Pero de un
«yo» de verdad, sin melindro discursivo y lejano de efectismo ramplón como
lamentablemente exhiben (por confusión e ignorancia) algunos autores de esta
aldea.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 14.0pt;">Gavilán nos lleva a sus orígenes.
Escribir de estos lo motiva a brindarnos una radiografía ontológica del militar
que lo rescató. Para ello, se vale de las armas de la especulación, porque más
allá del hecho que significa Shogún para Gavilán, este último no llegó a
conocerlo del todo. La prosa es tersa y diáfana, no libre de cierto barniz
lírico, que siempre se agradece. Sin embargo, nuestro autor tropieza en las
peligrosas aguas del impresionismo, convirtiendo, por momentos, su relato en un
insoportable reguero sentimental (que no es igual a sensibilidad), que nos
revela una ingenuidad que no podemos justificar en un autor <i style="mso-bidi-font-style: normal;">maduro</i>. Gavilán debió aprovechar otras
licencias del registro, como la reflexión. </span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 14pt; text-indent: 35.45pt;">Más allá de este reparo, </span><i style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 14pt; text-indent: 35.45pt;">CTSH</i><span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 14pt; text-indent: 35.45pt;"> es un documento necesario, una
inmersión en la barbarie que a Gavilán le tocó vivir.</span></div>
<br />Gabriel Ruiz-Ortegahttp://www.blogger.com/profile/04772378156753239392noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-25246434.post-81590967082047094692019-11-02T15:02:00.000-05:002019-11-02T15:02:13.541-05:00reseñismo de competencia<br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;">Después de un tiempo, regreso a las
redes literarias del lindo Perú. No son pocas las sorpresas que uno encuentra,
pero una de ellas llama mi atención, no por ser sorpresa positiva, sino por su
evidente lastre, es decir, la negatividad que <i style="mso-bidi-font-style: normal;">pocos</i> asumen como rigor.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;">Así es, el reseñismo. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;">Si existe el reseñismo amical (el que
domina por estos pagos), del mismo modo el argollero y el infaltable vengativo,
no podemos dejar de pensar en el reseñismo de competencia.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;">Aquí el celador aborda la obra de turno desde
el ánimo destructor y no tiene la más mínima intención de brindar luces sobre
el título que escribe. Lo que le importa al celador es dinamitar para lucirse.
No veo nada de malo en el lucimiento de la tradición personal, menos cuando
esta se relaciona con la dinámica del estilo en la reseña; tampoco subrayo el
hecho de que un escritor desgrane la obra de otro. Sin embargo, para que estos
criterios se cumplan, urge dinamitar el lugar de competencia desde el que se
escribe. Con mayor razón cuando la obra del celador irradia una prosa
amaneradamente imbécil con evidente inclinación al aburrimiento. </span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 14pt; text-indent: 35.45pt;">Lamentablemente, esta práctica inmoral desestima
el ejercicio de la reseña, proyectando una injusta idea de la misma. Y claro, nos
dice mucho de quien se lanza a destruir una obra cuando la suya propia es una
mierda al lado de esta.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<br /></div>
<br />Gabriel Ruiz-Ortegahttp://www.blogger.com/profile/04772378156753239392noreply@blogger.com0