Discurso de Mario Vargas Llosa - Museo de la Memoria
Encuentro en mi bandeja de Yahoo un envío de David Abanto tomado del diario La República. Se trata del discurso que Mario Vargas Llosa leyó en la inauguración del Museo de la Memoria. No tengo la más mínima duda de que el novelista es la persona idónea para llevar a cabo tan necesario proyecto contra el olvido colectivo por la sangre derramada en la guerra interna que azotó a todos los peruanos. Por el momento, es todo lo que diré al respecto.
“Que sea casa de todos los peruanos”
Agradezco a ustedes honrar con su presencia esta ceremonia. Se trata de un acto sencillo pero de alto significado cívico y simbólico mediante el cual el Perú decide enfrentar una experiencia dolorosa de su pasado reciente con espíritu crítico y la voluntad de trascenderla de modo que no vuelva a repetirse.
El Museo de la Memoria no será una institución arqueológica destinada solo a preservar el pasado sino algo vivo y actual, un lugar de exposición, estudio, diálogo y reflexión que sirva para reforzar nuestras instituciones, promover la paz y la convivencia entre los peruanos, y enseñe a las nuevas generaciones los estragos que causan el fanatismo ideológico y la transgresión de la ley.
Para ninguno es un secreto que la creación de este Museo o lugar de la Memoria ha sido y es objeto de temores y controversias que me gustaría, una vez más, tratar de disipar. Sé, desde luego, que no voy a convencer a quienes tienen las manos manchadas de sangre porque cometieron crímenes intolerables para cualquier conciencia civilizada ni a sus cómplices.
Pero ellos son una pequeña minoría. Me dirijo sobre todo a esas peruanas y peruanos honestos y bienintencionados a quienes una campaña impregnada de exageraciones y mentiras ha hecho creer que el Museo de la Memoria servirá para atenuar o justificar el terrorismo de Sendero Luminoso o del Movimiento Revolucionario Túpac Amaru, para atacar y desacreditar al Ejército, o para servir de refugio y tapadera a extremistas que, blandiendo el pretexto de los Derechos Humanos, quisieran acabar con nuestra precaria democracia.
Nada de eso es cierto. Todo eso es falso de toda falsedad. Por el contrario, el Lugar de la Memoria servirá para mostrar, con rigor y elocuencia, la responsabilidad primera y mayor de Sendero Luminoso y su demencial ideología maoísta fundamentalista en el estallido de la violencia política que llenó de sangre, de muertos y de injusticia nuestra Patria a partir de 1980, justamente cuando el Perú recuperaba la libertad y el Estado de Derecho luego de doce años de dictadura militar.
Este hecho, la responsabilidad del terrorismo de Sendero, el MRTA y otros grupúsculos fanáticos, en la tragedia que vivió el Perú en aquellos años, quedó probado hasta la saciedad en la investigación, muy injustamente criticada, que llevó a cabo la Comisión de la Verdad que presidió el doctor Salomón Lerner y que muchos de cuyos objetores –dicho sea de paso– no se han preocupado siquiera de leer.
No digo que no haya en ella vacíos o errores. Digo que, si los hubo, no fueron errores y vacíos de mala fe, sino de falta de tiempo, de recursos o de testimonios.
Y, precisamente, el archivo del Museo de la Memoria enriquecerá y perfeccionará con el concurso de todos los peruanos, sin excepción, el estudio de ese pasado trágico para entender sus causas, corregirlas e impedir que se repitan como una pesadilla recurrente en los años venideros.
Es verdad que, en la lucha contra el terror, se cometieron crímenes intolerables contra los derechos humanos que un Estado de Derecho y una conciencia democrática no pueden excusar ni silenciar. Ocurrió porque ni nuestra sociedad ni nuestras instituciones estaban preparadas para librar una guerra tan feroz y tan cruel como la que desataron los terroristas y porque una larga tradición de dictaduras hizo creer a algunos insensatos que el arma más eficaz contra el terror revolucionario es el terror de Estado.
No es así. El fin no justifica los medios. Confiamos en que las salas de exhibición y de estudio del Museo sirvan para mostrar, como decía Albert Camus, que en una verdadera sociedad libre son los medios los que justifican los fines y no al revés.
Quisiera tranquilizar a los soldados, marinos, aviadores y policías que ven con aprensión la creación de este Lugar de la Memoria. El sacrificio y el heroísmo que tantos militares mostraron durante los años del terror estarán presentes en sus salas al igual que el dolor de los civiles, porque el Museo será la casa de todas las víctimas sin ninguna excepción, sin ningún prejuicio, sin ningún parti-pris ideológico o político.
Para no seguir entrematándonos por culpa de la intolerancia y el odio, necesitamos reemplazar la irracionalidad y la inquina por el diálogo, la razón, el sentido común y la solidaridad. Que ésta sea la casa de todos los peruanos de buena voluntad que quieren vivir en paz y sin miedo, respetados en sus diferencias, sus creencias y sus anhelos, dentro de la ley, la libertad y la tolerancia. De esta manera el Lugar de la Memoria nos ayudará a alcanzar el verdadero desarrollo político y la prosperidad.
Muchas gracias.
Imagen, MVLL
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