jueves, mayo 22, 2014

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En la librería nos alistamos para participar en una feria del libro de Arequipa. El asunto pinta muy bien, porque la feria tendrá lugar en los arcos de la plaza central de la ciudad. Me esperan días agitados pero ello no quiere decir que deje de postear en el blog.
Como dije, nos estamos preparando.
Hay dos cosas que me asustan de las ferias: el primer y el último día, en los que se vive el verdadero trabajo.
*
Me disponía a cerrar la librería. Me encontraba solo, hacía no más de un cinco minutos que Yesenia y su hermano David se habían retirado. Tomaba el último vaso de café del día y escuchaba en Radio Mágica tres canciones al hilo de McCartney.
Conversaba con un pata sobre El desierto y su semilla de Baron Biza, quizá una de las novelas más crudas y oscuras que haya podido leer. No sé qué más le decía a este pata cuando recibo la visita de Joseph y Juan, mejor conocidos como los Beats de San Marcos.
Tiempo que no veía a Juan.
Ambos me invitaron al Popeyes del Centro Cívico.
No pude decirles que no, aunque mi idea inicial era llegar cuanto antes a casa y ver en aparente tranquilidad la final entre Alianza y San Martín.
Pero no era mala idea ir al Popeyes con Joseph y Juan. Además, durante un par de horas no viviría al límite, puesto que si eres blanquiazul sabes muy bien lo que es vivir al límite, sentir que te desangras.
La decisión se vio reforzada al ver segundo gol de la San Martín, lo vi por el televisor del Queirolo.
Como si las huevas, me dije.
Estuvimos cerca de media hora en el Popeyes.
Y caminamos hasta la Plaza Bolognesi, conversando de poetas, lecturas, mujeres y cine.
Tomaría un taxi, pero demoré en hacerlo, porque nos cruzamos con el poeta/activista/narrador/ensayista Rodolfo Ybarra.
Joseph y Juan conocieron al Comandante.
Fue un gusto ver al Comandante después de tiempo y aproveché la ocasión para felicitarlo por su artículo en la última edición de Lima Gris.
Los Beats de San Marcos y yo seguimos nuestro camino.
Me despedí de ellos.
Al llegar a casa prendí la tv y sintonicé el partido.
Mierda. 2 – 2.
Gol de Montes. Golazo. Alegría. Grito de triunfo.
Pero la San Martín empata.
3 – 3.
Los penales.
No puedes disfrutar los triunfos de Alianza si no sufres.
Alianza campeonó.
El Perú está feliz.

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