Respuesta al patético escritorzuelo Max Palacios

Me han dicho que no debo responderle al escritorzuelo Max Palacios, pero viendo los niveles de bajeza a los que este ha llegado, es imposible no decirle algunas cuantas verdades, porque se ve que aún le duele haber sido desplazado de la antología que acabo de publicar.

Por un lado, Palacios pretende burlarse de mí, pero lo hace de una manera tan patética, que su supuesta sorna no es más que el reflejo de su carencia de talento y formación, he allí una de las razones por las que casi nunca ha llamado la atención de la crítica, y eso que en su haber tiene tres libros. Si en este detalle estoy equivocado, le invitaría a que me refute indicándome las fuentes donde se valora su obra, sea para bien, para mal, no importa. Yo, así sin roche, con toda la leyenda negra que se teje a mi alrededor, puedo decir que tengo más reseñas y comentarios que muchos que se alucinan la encarnación minimalista de Carver. Podría pavonearme de ello, pero no lo hago por una cuestión de amor propio.


Como abogado que es, Palacios es conciente de que bien le puede caer un juicio por difamación. Claro, seguro él se defenderá a su manera, sin privilegiar la reflexión y el pensamiento, creyéndose muy “vivo”, con la suficiente calle para sortear los obstáculos; ojalá la calle y la viveza le hubiesen ayudado cuando fue abollado en una discoteca bar hace varios meses, bajo el pretexto de acosar a una chica llamada V. A. No pues, no es una infidencia lo que cuento, el abollo del que se hizo merecedor este escritor que en alcohol se alucinó galán (sin éxito, vaya novedad), “Mamacita, me encantas”, fue presenciado por más de cuarenta personas, muchas de ellas conocidas en el ambiente literario, más el testimonio de V.A. que entre risas y copas de vino me contó la fracasada proeza del popular Maxito, el feo que se cree bonito. La verdad, Raymond Carver bamba, eres para llorar, puro floro la de este escritorzuelo sin talento que ni siquiera es consignado en los recuentos anuales.


Pues bien, podría decir más, pero no quiero manchar el goce que cada semana me depara DISIDENTES, uno de los libros más leídos, comentados y reseñados de este 2007.