martes, junio 01, 2010

Artículo de Carlos Calderón Fajardo: Leonardo Padura (II): Cuando la novela policial se traslada a la novela histórica. EL HOMBRE QUE AMABA A LOS PERROS


La semana pasada reproduje en el blog el artículo El miedo y la violencia. La literatura policial en América Latina, de Carlos Calderón Fajardo, que todos los lunes publica en su columna Bloc de Notas en Letra Capital. El publicado ayer es la continuación de dicho artículo: Cuando la novela policial se traslada a la novela histórica. EL HOMBRE QUE AMABA A LOS PERROS.
Como podrá colegirse, para esta ocasión CCF analiza la última novela del narrador cubano Leonardo Padura. Esta nueva entrega de Padura ya no tiene como protagonista a su personaje fetiche el jubilado teniente Mario Conde, por ende ya no es un policial, sino una ambiciosa novela histórica de casi 700 páginas sobre los tejes y manejes en el asesinato de Trosky.
Como aún no leo esta novela, me abstengo de opinar. Sin embargo, de lo leído de las novelas del ciclo policial con Conde, tengo motivos más que suficientes como para considerar a Padura un estupendo novelista de raza, de los de a la vieja usanza, como dirían los verdaderos letraheridos. Por lo que relata CCF, EL HOMBRE QUE AMABA A LOS PERROS serviría de paradigma para que no pocos escritores peruanos se animen a ficcionalizar a los protagonistas de nuestra historia política contemporánea. En este sentido estoy más que de acuerdo. Por ejemplo: me extraña que habiendo sufrido una dictadura de diez años, bajo el amparo de un servicio de inteligencia arreado por Vladimiro Montesinos, no tengamos una novela que cumpla con los rasgos típicos de la novelística de espionaje (variante de la novela histórica). Y eso que solo estoy mostrando uno de los muchos casos que nuestra historia política involuntariamente no deja de regalarnos.
Por otro lado, aprovecho el post para comunicarles que los próximos artículos de CCF serán quincenales, publicados en principio en Letra Capital y que seguiré reproduciendo en este blog, pero ya no los martes, sino los viernes.


Leonardo Padura (Cuba, 1955), como vimos en la nota anterior, nos decía que la novela policial iberoamericana había pasado de la novela de enigma y de detectives a una novela del crimen y violencia. Las primeras novelas de Padura son novelas de enigma, cuatro novelas dentro de su “Cuarteto de los estaciones”, en la que un detective, el teniente Mario Conde, resuelve el enigma de un crimen. La última novela de este tipo es Adiós, Hemingway (2001), el retirado teniente Mario Conde es llamado cuando en la remodelación de la casa de Hemingway en Cuba se encuentra dentro de la casa del escritor un cadáver enterrado. En esta novela la ficción y la realidad se entremezclan. En un diálogo dentro Adiós, Hemingway Padura parece anunciar el giro que va a producirse en su posterior narrativa. Le preguntan a Conde: “¿Tú eres policía o qué coño eres?” A lo que Conde, ya retirado de la policía, responde: “No, no soy policía. Soy escritor”.
En la última novela de Padura, de casi 700 páginas, trata sobre el asesinato de Trosky. El hombre que amaba a los perros (Tusquets, 2009). La novelística de Padura pasa del policial a la novela histórico-política, donde la característica de la novela como la historia de crímenes continúa, pero ha desaparecido el detective Mario Conde, y también la mezcla entre la ficción y la realidad. Es una novela histórica realista, con una información abundante y extraordinaria. La novela está conformada por cuatro bloques, que se entremezclan: la Cuba de 1977, año en que se escribe la novela, la Unión Soviética de Stalin, el de la guerra civil española, y la de las peripecias vinculadas al asesinato de León Trosky. La novela es muy interesante porque es una crítica muy fuerte de Padura a los regímenes comunistas, sobre todo considerando que Padura vive en Cuba y escribió la novela en Cuba, y aún ahora siendo un intelectual crítico no es un disidente.
El hombre que amaba a los perros es una novela sobre un crimen, pero ya no se trata de una novela policial sino de una novela histórica, en donde todo lo que se narra son hechos históricos, y lo que diferencia a la novela del libro de historia es que Padura narra, además de relatar con una extraordinaria cantidad de información la época del estalinismo y el asesinato de Trosky, qué es lo que sienten personajes. Padura, como otras novelas históricas, cuenta sobre lo que la historia no puede o no quiere decir.
El gran tema de esta novela monumental sobre un crimen histórico es el miedo. En primer lugar el miedo de Padura de escribir una novela sobre Trosky en Cuba donde sólo mencionar a Trosky en 1977 era muy peligroso. El miedo que alcanza un nivel apocalíptico en la época de Stalin. Padura nos cuenta como Stalin mata y asesina en la Unión Soviética, a todos los jerarcas bolcheviques de la vieja guardia de Lenin. Es de una gran calidad literaria como Padura narra la muerte (el asesinato) del más importante teórico de la Unión Soviética, Bujarin. El miedo de Bujarin que confiesa delitos no cometidos con la esperanza de ser perdonado por Stalin es un punto muy alto de la novela. Stalin mata a intelectuales y artistas y hasta a sus propios seguidores más leales, simplemente por sospechas en la cabeza del monstruo. El hombre que amaba… es una gran novela sobre el miedo. Pero también es Padura extraordinario al narrar lo que pasa en la mente de Ramón Mercader de Trosky, el “miedo” de Mercader, y excelente como Padura nos narra lo que Trosky siente ante el peligro de ser asesinado, el miedo de Trosky.
Si bien esta novela de Padura, es fascinante de leer, por la cantidad de información que brinda, y por la maestría que describe el miedo, sin embargo, pensamos que la novela policial pierde su valor como producto estético y se acerca al bestseller de calidad. Tanta información mata artísticamente a una novela tan ambiciosa. Es una novela realista en la que la realidad apabullante vence a la ficción, mejor dicho el arte novelístico. El exceso de información no es trasmutada en literatura, mejor dicho en una metáfora literaria que convierta la información histórica en expresión artística.
Esta novela es interesante de leer por los escritores de nuestro país, porque nos presenta un paradigma de tipo novela, a partir del cual se puede o se podría narrar personajes históricos peruanos tales como Montesinos, Fujimori, o Abimael Guzmán, todos personajes históricos que esperan ser novelados, ser personajes de novelas que de seguro algún día se escribirán.

1 Comentarios:

Anonymous Anónimo dijo...

Hola Gabriel

Saludos, te escribo desde Iquitos. Mandale mis saludos y felicitaciones a Calderon Fajardo, el mes pasado compre playas y me gusto mucho

Eduardo Carrasco

6:02 p.m.  

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