viernes, septiembre 03, 2010

Artículo de Carlos Calderón Fajardo: El Irrealismo lógico. Fresán, hijo de la cópula entre Borges y el espejo

A continuación el artículo El Irrealismo mágico. Fresán, hijo de la cópula entre Borges y el espejo, de Carlos Calderón Fajardo.
Se trata de la última colaboración de CCF para el blog Letra Capital.
No, no es que el autor de PLAYAS vaya a dejar de publicar en blogs, lo que pasa es que lo hará, en las próximas semanas, en su propio blog: El que pestañea muere.
Por mi parte, será un gusto seguir reproduciendo sus artículos.


Estimados amigos. Está es mi última nota de mi Bloc de notas en Letra Capital. Al llegar la primavera emprenderé la aventura del blog propio. Agradezco a Carlos Sotomayor por haberme alojado generosamente un tiempo en su casa. Me voy a mi madriguera personal a mi propio blog El que pestañea muere.


Rodrigo Fresán, a propósito de la publicación de libros suyos en la reentré francesa que se producirá en octubre el 2010 (Le Monde, 20 de agosto 2010), ha hecho declaraciones que son muy interesantes, sobre todo viniendo de uno de los narradores latinoamericanos más influyentes en la literatura joven peruana (y de otros países latinoamericanos). Aquí algunas de estas declaraciones:
-“Tengo más afinidad con los esquimales que con mis compatriotas novelistas”.
-“No veo por qué, bajo el pretexto de ser argentino, debo escribir sobre la dictadura y sobre personas desaparecidas”.
-“Mis lecturas preferidas desde que tenía 18 años han sido y son: Drácula, (cuya edición argentina ha sobrevivido a todas las mudanzas) de Bram Stocker, Dickens, Jack London, Flannery O´Connor, autores de ciencia ficción como Philip K. Dick, y J.G Ballard, Kurt Vonnegut”.
-“Me fascinan las series de televisión, y Red Serling es uno de mis héroes. Incluso hoy considero a “La cuarta dimensión” la mejor escuela para entender los mecanismos de la narración”.
-“Me han dicho que “Vidas de santos” es el Código Da Vinci reescrito por Thomas Pynchon. Lo que me interesaba era aislar el gen huidizo de la creencia. Quería comprender cómo una leyenda se convierte en una leyenda para imponerse después como un sistema de pensamiento”.
-“Tengo horror de la ciencia ficción actual, con planetas desconocidos, robots, platillos voladores, naves inter-espaciales. Me gustaría escribir una novela proustiana de ciencia ficción, en la que los recuerdos son partículas en aceleración constante y creciente y donde la neuronas funcionen como máquinas para reconstituir el tiempo”.
-“Me interesa escribir una ciencia ficción del pasado”.
-“Lo que escribo se sitúa dentro de un irrealismo mágico.
Por la primera declaración podemos inferir que Fresán se siente distinto a novelistas como Piglia, Aira, Fogwill, Pauls, Martínez (los dos Martínez: Tomas Eloy y Guillermo), ¿Qué tan cierto es esto? Un escritor puede negar sus verdaderas influencias como un mecanismo de defensa. La narrativa argentina es muy rica y para cualquier novelista es difícil encontrar dentro de ella una posición singular. A pesar de esta riqueza los novelistas argentinos tienen rasgos comunes: La autonomía de lo real, una relación feble entre novelas y compromiso social. Estas características la encontramos de Macedonio Fernández, Borges, Bioy, Cortázar y Sábato, a Puig, Saer, Néstor Sánchez y Libertella. La novelística argentina tuvo características distintas a otras literaturas como la española, con muchas novelas sobre la guerra civil española, o a la peruana, con acento en el tema de la violencia subversiva. No se han escrito novelas importantes sobre la dictadura de Videla y el drama de los desaparecidos. Lo medular de la novela argentina contemporánea demuestra que los problemas históricos más trágicos no son ineludibles -aunque tampoco, valga decirlo, totalmente prescindibles, como lo demuestra la excelente novela de Tomas Eloy Martínez sobre Eva Perón, o la de Fogwill sobre la guerra de Las Malvinas.
La admiración del Drácula de Bram Stocker, clarifica lo dicho por Fresán en su célebre artículo “De palo y estaca”. Fresán, que en este artículo arremete contra las novelas de vampiros, evidentemente se refería a autores best-sellerizados como Anne Rice (“Entrevista con el vampiro”) o Stephanie Meyers (“Crepúsculo”) y no a los clásicos góticos como Bram Stocker o Mary Shelley. Las lecturas de Fresán, en la que no aparecen Coetze, Roth, Auster, Vila-Matas, Murakami, nos muestra un lector fiel a otros faros de influencia más antiguos.
Todos los narradores latinoamericanos de literatura fantástica nacidos después del 40 somos hijos del programa televisivo “La Cuarta Dimensión”.
Cuando Fresán nos habla de una ciencia ficción del pasado nos trae a la mente de inmediato el nombre de Isaac Asimov, probablemente el autor más importante de ciencia-ficción, que además de sus obras conocidas en este género escribió su “Historia Universal, ASIMOV” en catorce volúmenes.
Pero de las respuestas de Fresan aquella que mas convocó nuestro interés fue en la que se propone así mismo como un escritor clasificable dentro del “irrealismo lógico”. Aunque la palabra “irrealismo” no existe en el diccionario, sí existe irrealidad, que tiene las acepciones de: ficción, engaño, fantasía, artificio, imaginación, sueño. Entonces si hablamos de la palabra irrealidad y la unimos con lógico, el “Irrealismo-lógico” se carga de sentidos, uno de ellos el de ser irónico con respecto al llamado “realismo mágico”. ¿Pero es el irrealismo lógico nuevo en la literatura universal? ¿Es Lewis Carroll, en su “Alicia en el País de las Maravillas”, un irrealista lógico? Lewis Carroll fue una especialista en lógica-matemática que escribió tres novelas. Alicia, está repleta de alegorías enigmáticas. Harold Bloom en un ensayo sobre Lewis Carroll nos decía que Lionel Trilling hablaba del mundo de los sinsentidos, inventada por los ingleses del siglo XIX, de Lewis Carroll y Edward Lear (En mi Libro “Playas” le dedico un cuento a Edward Lear: “The Old Man of Perú”) y como el sin sentido es inexplicable, y como igual como la tragedia causa placer, el sin sentido es fascinante para un lector. Lewis Carroll escribía fusionando la lógica con la maravilla. Lo irreal tomado como algo lógico, fuera de la literatura es un sin-sentido, pero no lo es dentro de la ficción. Cuando en la literatura latinoamericana se habla de las paradojas de la lógica, y en Lewis Carroll, (el autor de “A través del espejo”) y en el Lewis Carroll de los personajes soñados, ¿en quién pensamos?, en otro escritor para quien en el espejo vive el oscuro doble, el sombrío cazador de sus fantasmagorías: Jorge Luis Borges.
¿Borges? La realidad con Borges se cargó de ficción, de sueños, de artificios, de engaños y fantasía. Nos dijo que del laberinto sólo es posible salir extremando la lógica hasta que se haga irreal. Todo está dicho en la mítica Uqbar, (“Tlön, Uqbar, Orbis Tertius”): “los espejos y la cópula son abominables, porque multiplican el número de hombres”. Borges escribió: “Cada escritor crea a sus precursores”. De la cópula entre Borges y el espejo nace Rodrigo Fresan y su obra.

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