miércoles, diciembre 08, 2010

Un policial con sueños de opio

Un policial con sueños de opio es el título de la reseña, publicada en El Comercio, de Ricardo González Vigil a la última novela de Isaac Goldemberg, ACUÉRDATE DEL ESCORPIÓN (Fondo Editorial IGV, 2010).
Hago memoria sobre las novelas policiales publicadas en Perú. Creo que esta de Goldemberg es la que más se amolda a los criterios del género policial. La recomiendo.
Hay que tener cuidado, el policial es tan poroso que cualquier novela puede ser catalogada como tal.


Tal era su destreza en la dosificación de variados recursos narrativos que a Isaac Goldemberg Bay (Chepén, 1945) le bastó su primera novela, “La vida a plazos de don Jacobo Lerner” (1978), para consagrarse internacionalmente como uno de los narradores hispanoamericanos más dotados surgidos después del ‘boom’ de los años 60. No le escatimaron elogios Mario Vargas Llosa, Alfredo Bryce Echenique, Tomás Eloy Martínez, José Emilio Pacheco, entre otros. Sus siguientes novelas han confirmado su talento fuera de lo común.
De manera precisa y aguda, Margo Glantz (una destacada escritora mexicana, con varios premios internacionales en su haber) ha logrado caracterizar su reciente obra: “Acuérdate del escorpión”. Se trata de una novela negra, ya que no estamos ante el policial racionalista con detectives superdotados que deducen infaliblemente los casos más enigmáticos, sino ante un policial que nos sumerge en las tinieblas del corazón humano y que muestra también el engranaje corrupto del poder económico (entremezclado con el político) que estorba e, incluso, impide la acción de la justicia. En las últimas décadas, abundan en el Perú e Hispanoamérica las novelas negras; empero, pocas poseen la consistencia artística de “Acuérdate del escorpión”.
Eso que tiene que ver con los rasgos que apunta Glantz: “Obra delirante, paródica, eficaz; reúne todos los estereotipos del género y rinde homenaje a sus antecesores, tanto en la literatura como en el cine”. Glantz menciona la semejanza entre su memorable y cocainómano protagonista Simón Weiss y el personaje interpretado por Robert de Niro bajo la dirección de Sergio Leone. Añadamos aquí un homenaje al símbolo mayor del policial racional (normalmente opuesto a la novela negra): Sherlock Holmes; y no solo porque en un pasaje Weiss es llamado burlonamente Sherlock, sino porque el inolvidable personaje de Conan Doyle también acude a las drogas y se concentra tocando música (Weiss canta valses de Felipe Pinglo, en particular “Sueños de opio”, y boleros).
En lo tocante a su componente delirante (pesadillas, traumas, presagios angustiantes, junto con complejas relaciones sexuales del protagonista con una prostituta mayor que él y con una joven casada a la que acaba de conocer, vínculos que exorcizan sus carencias a nivel de las figuras centrales del hogar infantil), Glantz atina a señalar que, al leer la novela, aprendemos que el amor es dulce y desgraciado como en los boleros y valses sentimentales. Y que los sueños son en realidad profecías. Y es que, a la vez que un policial, Goldemberg nos entrega una novela de amor, la pasión dominante en la mayoría de los personajes, incluidos los dos miembros de la Policía de Investigaciones del Perú que la protagonizan; lo ha enfatizado, en una entrevista concedida a Pedro Escribano: “Desde pequeño he tenido especial predilección por este género y siempre he querido escribir un policial romántico” (“La República”, 22-8-2010).
A lo observado por Glantz, que nos ha servido de eje para nuestro comentario, cabe añadir el espesor del contexto social de las experiencias colectivas; sobresale el horror del holocausto judío. La condición de judío acriollado de Weiss se percibe en todo lo que hace. Repárese en que, simbólicamente, la intriga se sitúa en los días siguientes al terremoto de 1970, mientras la selección peruana cosechaba triunfos en el Mundial de Fútbol de México. Es decir, de un lado una realidad en emergencia (“un país que siempre se anda cayendo a pedazos”, pág. 102) y, de otro lado, el “sueño de opio” del orgullo nacional alimentado, entonces, por el fútbol.

2 Comentarios:

Blogger Giovanni Anticona dijo...

¿Sabes dónde venden esa novela? Saludos

3:04 p.m.  
Blogger Gabriel Ruiz-Ortega dijo...

Imagino que en las librerías, en El Virrey de hecho
G

4:05 p.m.  

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