El Monumental fue suyo

Sobre el genial  y mágico concierto de Paul McCartney en el estadio Monumental, este artículo de Ángel Páez en La República.

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Desde la primera canción, el mensaje fue directo: sería una noche mágica. Sir Paul McCartney apeló a un clásico beatle, “Hello good bye”, del disco “Magical Mistery Tour” (1967)

“Hola, Perú”, exclamó Paul con cierto alivio. “Por fin estoy aquí, en Perú”, ratificó. Su sinceridad era evidente: deseaba algún día cantar en nuestro país.

La pegajosa “Jet”, que grabó con los Wings, el combo que entre 1971 y 1981 lideró con su esposa Linda, fue el segundo número que andulzó especialmente a los de la base cuarenta y cincuenta. El estadio era suyo.

Entonces nuevamente sacó del canon beatle otra joya de la familia, “All my loving”, del disco “With the Beatles” (1963), el segundo de la banda de Liverpool.

No podría ser de otro modo para un hombre que en cuarenta días cumplirá 69 años. Los recuerdos lo persiguen.

“Esta noche voy a hablar en español”, advirtió. “Pero voy a hablar más en inglés”, añadió e hizo que todo el estadio lanzara una risotada. Se sacó el saco turquesa y se quedó en camisa blanca y pantalones con tirantes para seguir zambulleno a las tribunas en un pasado maravilloso.

Hay gente que ha venido con sus setlists, pero es rebasada por las ocurrencias de este músico multipropósito. “¡Viva el Perú, carajo!”, gritó y enloqueció al respetable. Así que les regaló “Let me roll it”, un hit de los Wings. La maccamanía en todo su esplendor.

Antes de tocar el tema 23 de la noche, se dejó llevar por las tribunas y le puso fondo de guitarra al impresionante coro de olé, olé, olé, como si se tratara de un tema suyo. Qué raro, no parecía cansado, ni sudado. Estaba fresco como ninguno y se puso a tocar ese bocatto di cardinale de los beatlemaniacos “A day in the life” y, cuando estaba a la mitad, introdujo el coro de “Give a chance to peace”, de John Lennon. Todos cantaron con emoción y rabia “No a la guerra”.

Con el público hechizado, Sir Paul se puso al piano y ejecutó “Let it be”, del álbum del mismo título, con el que Los Beatles se despidieron como banda. Es el presagio del final de una noche cerrada de corazones exaltados.

Para un músico que ha grabado 13 álbumes con The Beatles, 12 en solitario y siete con los Wings, todavía era poco. En medio de fuegos artificiales hizo saltar a todos con “Live and let die”, de Wings y siguió con una que todos cantaron con el compositor que ha batido todos los récords Guinnes: “Hey Jude”.

Al término de su tema más popular, se retiró del escenario e, inesperadamente, volvió con una bandera peruana en un asta y preguntó: “¿Están listos para más?”. Entonces las tribunas se vinieron abajo y la noche continuó con la más indescriptible maccamanía.

Si en el futuro alguien escribiera sobre la historia de los conciertos que remecieron la Ciudad de los Reyes, deberá comenzar con lo que sucedió aquí esta noche, en el Monumental: la memorable presentación de Sir Paul McCartney.

No fue sólo una noche de nostalgia por los Beatles, por los Wings, por los muertos como Lennon, Harrison o Linda McCartney. Fue un huracán de genio y vitalidad de un hombre que lucha contra el tiempo, irónicamente con viejas canciones de amor.

Reacciones

"Estoy satisfecho por haber firmado tan importante acuerdo. Vamos a llamar a Paul McCartney para que también firme el Acuerdo Nacional”.

Ollanta Humala
Candidato de gana Perú bromea tras estampar firma.

"Cada artista tiene momentos únicos y mágicos en su carrera. Paul McCartney no compone una buena canción desde
hace 25 años”.

Julio Iglesias
Al anunciar su próxima presentación en Bogotá, Colombia.

Jornada previa

La espera. Decenas de seguidores de Paul McCartney se apostaron desde tempranas horas de ayer afuera del Miraflores Park Plaza, pero tuvieron que esperar hasta las tres de la tarde, cuando el cantante hizo su aparición, saludó al público y se despidió para dirigirse de frente al Estadio Monumental de Ate. Ahí hizo las respectivas pruebas de sonido.

Rumor. Varios periodistas informaron que Paul McCartney había salido a trotar por los alrededores de su hotel. Sin embargo, esa información se desmintió de inmediato. “Imagínate, si hubiera salido a correr por acá, la gente se le iba encima”, dijo un organizador.