martes, septiembre 03, 2013

Sentimiento crema



A lo mejor este post no guste para nada a los seguidores blanquiazules del blog. Como sabes, querida/estimado, quien esto escribe es un blanquiazul hasta el tuétano. Pero siempre he tratado de no dejarme guiar por las pasiones, que solo las deposito en el genuino placer. Soy más bien cerebral, más todavía tratándose de la administración de un blog como este, en donde cada post pende de un hilo.
Pues bien.
Cuando se me pregunta por la presencia del fútbol en la narrativa peruana, no dudo en responder que este ha sido/es un elemento lateral en nuestra tradición, No obstante, no hay que negar que tenemos muy buenos libros sobre fútbol, y no necesariamente desde su lado feliz. Me vienen a la memoria esa maravilla titulada La ópera de los fantasmas de Jorge Salazar, como también la biografía novelada de Alejandro Villanueva Manguera de Guillermo Thorndike. Y claro, cómo olvidar esas voces que en el articulismo han dejado más de una perlita, como las que solía escribir Antonio Cisneros. Leía a Cisneros y me daban ganas de ser el hincha número 15 de Sporting Cristal.
En tiempos recientes hemos tenido publicaciones -muy pocas, la verdad- sobre el tema. Por ejemplo, la olvidable compilación Bien jugado de Jorge Eslava y el buen cuentario Este amor no es para cobardes de Martín Roldán Ruiz.
Me detengo un toque en MRR.
Aquí el autor escribe de la pasión aliancista vista por personajes desarraigados, que se mueven, principalmente, en la aventura y la pendejada barriales. En este sentido, saludo la aparición de La vida en crema (Edición de autor, 2013) de Fernando Dávila. Dávila parte desde donde MRR, el desarraigo, pero añadiendo un componente opuesto: la violencia introspectiva.
Para reforzar su apuesta, Dávila narra pequeñas historias desde el “yo”, pero este tipo de opciones más de una vez genera peligros, por ello se tiene que ir con cuidado, no caer en la cursilería, en la que contadas veces resbala el autor. Pero eso no importa,  La vida en crema tiene personajes que nos afectan, personajes  que han vivido lo que cada uno de nosotros en su momento. Ellos recuerdan con mucho dolor y angustia la infancia, la adolescencia y la juventud, bajo la sombra del sentimiento crema. Solucionan sus problemas en la confrontación personal, en una letal autoradiografía que los hace añicos, y que una vez convertidos en trocitos de mierda empiezan a recomponerse valiéndose de una pasión que los supera y en la que encuentran abrigo.
No estamos ante una publicación que pretende ser el testimonio oficial de los hinchas de la U, pero sí ante una que ha sido escrita con verdad y dolor. Y por eso vale, y mucho.

2 Comentarios:

Anonymous Anónimo dijo...

Para hablar de fútbol peruano en tanto que comentarista cultural, o crítico si lo prefieres, no puedes omitir la pieza teatral “Un misterio, una pasión”, de Aldo Miyashiro. Es una lástima que Aldo haya cedido a la peliculina, el salario y la putificación de la telebasura creyendo sin duda que se podría casar con Dios y con el diablo sin pagar por ello. El hecho que pretenden hacer creer los teatreros sumergidos en la televisión de que el teatro es poco menos que el non plus ultra de la cultura es, muy simplemente, una estafa acomodaticia. Es obvio que las palabras actor y sobre todo actriz se han devaluado lamentablemente en nuestra tele, se han putificado.

6:57 p.m.  
Anonymous Anónimo dijo...

Me llega al pincho el fútbol como espectáculo, en literatura tal vez lo único bueno es lo que ha hecho Martín Roldán. Este artículo está demás.

Pedro

6:21 p.m.  

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