sábado, octubre 26, 2013

¿Boom literario peruano?/¿Nuevas voces de la literatura peruana del siglo XXI?


Un par de notas llaman mi atención.
La primera, publicada en el semanario Siete hace ya buen tiempo, y la segunda, hace muy poco en la web de RPP.
Cuando las (re)leo me es imposible no pensar en lo que más de uno piensa y calla por estrategia: cualquiera puede dedicarse al periodismo cultural. Googleas y listo.
Si a esta facilidad para trabajar, le sumamos un ánimo condescendiente, pues más de un interesado podría resultar engañado de la verdadera realidad, de esa verdadera realidad que absolutamente nadie está dispuesto a poner en el tapete. ¿Se imaginan si empezáramos hablar de ella? Yo sé lo que pasaría: tendríamos un suicidio colectivo de narradores y poetas que se han creído durante toda una vida lo que no fueron, no son, ni serán.
Pero vayamos primero a las notas de Carlos Amorós y Joel Maldonado, que no son más que un producto natural de ese mundo de mentiras que es nuestro circuito literario. En sus entregas no hay mala entraña, no hay argolla, ni preferencia solapada, pero a través de ellas sí es posible detectar sus pocas lecturas, su escaso criterio y un excesivo entusiasmo para con tan poco. No es necesario que sean críticos literarios de oficio, ni hablar, pero al menos se hubieran dado el trabajo de buscar (leer) y comparar, un poquito más, cosa que nos evitábamos sus zafarranchos.
Veamos:
¿Acaso los premios son un indicativo de que estamos yendo por un buen camino, cuando lo cierto es que los premios en Perú no son garantía, en lo literario, de nada (a ver, a lo Ferrando: regalo  A la busca del tiempo perdido, en 3 tomos en Valdemar (500 maracas es el precio), a quien me cite una novela, cuentario y poemario galardonado en los últimos 25 años; novela, cuentario y poemario que haya marcado un antes y un después en nuestro devenir literario)? ¿Hablar de nuevas voces del siglo XXI nombrando a Rodolfo Ybarra, Victoria Guerrero y José Carlos Yrigoyen, cuando más de uno sabe que provienen de las canteras noventeras del ¡siglo pasado!? ¿Sugerir que estamos ante un Boom -o preguntarnos al respecto- de nuevos narradores y no mencionar, ni a pie de página, Los caminantes de Sonora, publicación que reúne a los ganadores y finalistas de la última bienal de cuento de Petroperú, en la que tenemos un estimable número de jóvenes narradores a los que habría que seguir la ruta, detalle que hay que consignar pese a la irregularidad del libro?
Si el criterio del premio es el factor que guía mi reportaje, ¿por qué no investigar más en lugar de quedarme con esos paquetes de aire que son los premios de Víctor Ruiz, Diego Trelles, Alejandro Neyra y Olney Goin? Y lo digo con todo respeto a estos autores (incluyendo al salado): no pasa nada con ninguno de esos libros premiados. ¿Por qué no investigar más y así llegar a la narradora peruana más coherente que tenemos (con varios premios, por cierto)? No sabes de quién hablo, acá te paso el yara: Karina Pacheco. Uno más, el tapadito: Giancarlo Poma.
¿Qué paso? ¿Telefónica te cortó la señal de internet y por eso googleaste a medias?
¿Cómo es posible que hables de las nuevas voces del siglo XXI, te preguntes por un Boom, y no consignes al “Granta Boy” y Luis Hernán Castañeda? Yushimito, quizá una de nuestras prosas más dotadas, y Castañeda, el más prolífico de su generación. ¿Eres suicida, no? Ambos nombres tienen que figurar de todas maneras en cuanto reportaje/nota/artículo se haga sobre narrativa peruana última, no importa si acaba publicándose en El Trome o en El Men. Y claro, poco puedo esperar a que sepas de Martín Roldán, Orlando Mazeyra y Jennifer Thorndike.
Tomen nota: Roldán solito tiene más convocatoria que todos los premiados y consignados por Amorós y Maldonado. La segunda edición de Generación Cochebomba es un suceso. Este pata, al igual que Bellatin, no tiene lectores, tiene hinchas. Mazeyra la viene rompiendo con Mi familia y otras miserias, su último libro de relatos. Estamos pues ante el Jugador de la fecha de la narrativa peruana actual. Y Thorndike, nuestra narradora de mayor proyección, cuya novela (Ella), que aparte de conseguir buenas reseñas, estuvo nominada a Mejor Libro 2012 (ajá, el año pasado nomás) en El Tromercio (a mí me resbala lo que haga El Comercio, pero pongo el dato para reforzar la idea de que no hablo de una pluma desapercibida). Ojo, no te nombro autores ocultos, aislados del sistema, en absoluto. Te menciono plumas ubicables, cuyos libros están a la mano y que por flojera no los has leído.
¿Si existe o no un Boom literario? ¿Las nuevas voces del siglo XXI? Muchacho, para la próxima, si intentas hacer algo parecido, hazlo, pero antes lleva a cabo lo fundamental: cambia de bar, lee más y no tengas miedo a decir lo que piensas.
(Continuará…)

3 Comentarios:

Anonymous Anónimo dijo...

Gabriel, sinceramente, qué opinas de obra la obra de Víctor Ruiz y la de Ybarra. Imagino por lo que has manifestado, la lectura de sus libros te son (o fueron) muy cercanas.

(Tal vez estas peticiones merezcan uno o dos posts aparte).

3:55 a.m.  
Blogger Gabriel Ruiz-Ortega dijo...

Hola, no creo que sea necesario dedicar un post para decir lo que pienso de las poéticas de Ybarra y Ruiz.
No son malos escritores, pero sin duda tienen una obra irregular, en especial Ybarra. Pero es natural tener esa irregularidad cuando se es muy prolífico y para eso es necesario tener una mirada atenta a sus libros que vayan a quedar, porque de hecho algunos van a quedar.
Ruiz es el mejor editor de poesía de Perú. Su catálogo en Lustra es no menos que un lujo. Como poeta es bueno, pero haría bien en soltar un poco más de nervio, intensidad, sacrificar el logro formal, aunque sea un poco. Ojalá que como narrador, pronto a estrenarse, no cargue con estos reparos que veo en su poesía. Es un autor joven que seguirá creciendo.
Saludos
G

2:24 p.m.  
Anonymous Anónimo dijo...

hablar de boom literario en un Perú que no lee, suena tan descabellado como hablar de derechos humanos y pacificación en los barrios marginales de Trujillo. Por favor, a quien se trata de engañar. Aquí no hay nada parecido a un boom, a lo mucho, tal explosión sería como la de un cohetecillo navideño reventado la mañana del 1° de enero, cuando todo acabó ya. Y para colmo, estos "críticos", han salido del montón, estoy seguro que no han leído ni dos libros en lo que va del año. Estamos lejos de ser Chile, o Colombia, mucho más de Argentina y Brasil. estamos, como en todo lo demás (salvo la comida), en el último peldaño de las estadísticas.

9:05 a.m.  

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