Los zorros
Más de una vez me he preguntado si
Marito es el escritor más leído del Perú.
Supongamos que sí.
Pues bien, si hay otro escritor peruano
que no deja de ser requerido por los lectores, buscado hasta el grado de locura
febril, aunque no sé si sea para leerlo, ese es José María Arguedas.
Admiro a Arguedas y lo tuve que admirar
a la fuerza.
Si mal no recuerdo, estaba en los
últimos años de colegio y me obligaron a leer sus cuentos. Lo hice con desgana,
y tiempo después volví a esas mismas páginas con algo más de seriedad y
voluntad. Me concentré como tenía que hacerlo y vaya que sí quedaron muchas
cosas suyas en mí, ese segundo acercamiento fue pues el primero, el que iba a
prevalecer. Pero tampoco fue un acercamiento determinante, de esos que te impulsan
a leer todo lo que puedas de un autor.
Ingresé a la obra de Arguedas mediante
un libro muy bien escrito pero tremendamente falso: La utopía arcaica de Marito.
No era ni soy un experto en indigenismo,
pero más allá de la gran calidad expositiva de nuestro novelista mayor, había
pues un discurso silente, una suerte de golpe de estado literario cuyo fin era
defenestrar a Arguedas como el escritor más representativo del Perú. De lo
leído aquí, sentí curiosidad por El zorro
de arriba y el zorro de abajo.
Y la verdad: no dejo de frecuentar este
extrañísimo título de Arguedas.
Y la verdad (también): no dejo de
preguntarme por qué no se reedita como sí Los
ríos profundos.
Hace un tiempo conversé muy ligeramente
con una sobrada mandamás de una transnacional, entre lo poco que hablamos, me
expresó su deseo de contar con toda la obra de Arguedas, menos la
antropológica, claro está. Le dije que no debería ser tan difícil, y se lo dije
con toda mi ingenuidad e ignorancia, porque de derechos editoriales y
tratativas similares soy un cero a la izquierda.
Cuando Arguedas escribía El zorro…, escribía el registro
literario del futuro (registro que no es del todo nuevo, sino que viene desde
mucho más atrás, pero para hablar de ello necesitaríamos otro post). Lo que
tenía que transmitir no lo podía hacer por los cauces formales de la narración
convencional, debía pues quebrar el curso, y lo hizo porque era la única manera
de poder amainar la tribulación existencial que lo carcomía. Más de una vez he
pensado que lo que contaba del auge pesquero en Chimbote y su repercusión en
sus habitantes no era más que un pretexto para lo que buscaba: la divulgación
de su intimidad a través del diario. El
zorro… es pues un texto genéricamente plástico e híbrido, y he allí el
motivo de su fresca actualidad.
Se extrañaba una nueva edición de esta
joyita de nuestra narrativa y ahora la tenemos gracias a Estruendomudo de
Alvarito “me dieron 800 cocos falsos” Lasso. La presente edición viene con un
estudio de Eduardo Chirinos y material fotográfico sobre Chimbote del propio
Arguedas. Viéndolo bien, y en frío, prefiero esta edición de Estruendo a las de Horizonte y
ALLCA.
4 Comentarios:
Por supuesto, no tienes ni idea de "El sueño del pongo" y esto te sirve para acomodarte con Lasso luego de haberlo jodido por publicar a la chica de Combate. Y como eres convenido, no vas a publicar esto.
Yo
querido Anónimo, lo último que quisiera es estar en buenas migas con alguien tan gris como Lasso. Por eso, te recomiendo que leas bien el post -el último párrafo- y así sepas que no mezclo criterios literarios con personales, si me dejara llevar por los criterios personales, no recomendaría esta reedición de "el zorro..."
Saludos
G
Lasso,ahora se cuelga de argueas paravender. Su catalogo ya parece arroz con mango.
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