116
Hábitos de lectura. Escucho, o quizá
leo, en los últimos días de los hábitos de lectura. Presto atención a los
especialistas que hablan del asunto, analizo al vuelo sus palabras, escruto en
la entonación de sus vocecitas, me fijo en los movimientos de sus manos.
Llego a una conclusión: estos huevas a
las justas han leído veinte libros en su vida. Como buenos hablan de los
hábitos de lectura.
Como todo en la vida, el hábito, en este
caso el de la lectura, se aprende del ejemplo, del copiar. Aunque no es una
ley, al menos se trata de un principio que podríamos calificar de general.
Conozco amigos, grandes lectores, que han forjado su gusto por la lectura sin
los inmediatos ejemplos caseros, motivados frecuentemente por la pasión lectora
de un profesor. Pero claro, hablo de ejemplos contados, ejemplos que reunidos
son nada en comparación al ejército de bestias que pueblan la ciudad, el país,
el mundo, el universo.
Los hábitos de lectura se forman y
potencian en la niñez. Vaya novedad. Los verdaderos lectores no están sujetos a
horarios dedicados a la lectura, los verdaderos lectores leen todo el tiempo,
en cualquier lugar, no programan las horas de lectura. Simplemente leen, juntan
minutos y horas muertas, repartidos a lo largo del día. El verdadero lector no
es el que se pasa horas de horas inmerso en un texto, que lee porque tiene que
hacerlo, sino aquel que en estos tiempos de apuros tiene la maña de sacarle la
vuelta precisamente a esos apuros y lo lleva a cabo no por saber más o mejorar
su culturita, no. El verdadero lector lee por placer, le es imposible ver y
entender la vida estando ajeno a la lectura.
1 Comentarios:
hola Anónimo
de acuerdo con lo que dice JCY, pero debería especificar a qué vendedores de libros se refiere. eso. SS
G
Publicar un comentario
Suscribirse a Comentarios de la entrada [Atom]
<< Página Principal