Sobre el liliputiense rojo Diego Trelles
Ya que el chato Diego Trelles, picándose como todo posero, en un alarde de valentía que solo depara el medio virtual -claro, es lo que le queda y le permite su patético metro cincuenta de estatura (con elevate shoes incluido)- se ha mandado un extenso rollo sobre mí en El Hablador.
Seguramente muchos esperarán una respuesta de mi parte, pues bien, no responderé porque considero que la vida es tan corta e intensa como para ir desperdiciándola en genuinas pequeñeces intelectuales y ejemplos de doble moral posmo.
Algo me dice que a la antología Disidentes le va a ir muy bien. Y para ello, no voy a necesitar llevar a cabo las prácticas hechas por el liliputiense rojo Trelles como cuando tuvo que promocionar El círculo de los chifados cojuditos, novela autobiográfica, por lo que he podido leer.
Pero hagamos un pequeño aclare a este matoncito virtual, a este verdadero lobbista chicha (ya me contaron, enano inútil, la llamada que le hiciste al periodista X a la medianoche, preguntándole si te iba a reseñar o no El círculo de los chifados cojuditos. A ver liliputiense rojo: ¿eso lo hace un bolañista? Ni cagando. Eso lo haces tú, un lobbista chicha. Oye Trelles, sácame de una duda: ¿Por qué saltas cuando caminas? Qué extraña costumbre, ah.
Cuando le consulté a este liliputiense sobre si deseaba ser parte de la antología, este babosito me respondió de la manera más insultante. El buen Cagancia, batizado así en el bar Juanito, creyó que lo estaba invitando a un tono y no a un proyecto. El famoso “No quiero estar en la antología porque ex amigos tuyos y ahora amigos tuyos atacan a mis amigos” está consignado en mis archivos de mail. No haré público ese mail (al igual que otro que tengo guardado) porque no soy un imbécil que actúa a la loca y, de paso, porque lo veo como toda una bajeza y bajezas de mi parte jamás, pues. Lo que hice, sí, fue reenviarle ese mail para que así este triste liliputiense se acuerde de lo que me respondió en su momento, y vea él, con sus propias palabras, las verdaderas razones que lo llevaron a no ser parte de la antología que en ese momento no tenía título pero sí una clara intención integradora. El contenido de los mails tira por los suelos su rollito con falso tufillo a integridad. Imagino que lo debe haber escrito en esta postura: con las patitas a más de medio metro de altura, moviéndolas de atrás hacia adalente.
Yo creo que si alguien es consecuente, aún en sus manifestaciones de figureti, pues debe ser lo suficientemente ético para mantener lo que declara tanto en privado como en público. Por eso, estimado Cagancia, esa respuesta de asustado, palteado, asustado y ahuevonado, que graficó tu condición de seudopendejo, inmoral y mentiroso, que recibí ni bien te reenvié tu verdadera negativa, quedará en la memoria de ambos... Y debes estar agradecido, de ser otra persona, tenía más de un motivo para hacerte una denuncia penal, pero basura y rata como tú no soy. ¿Cómo voy a arruinarte tus visitas a Perú desde tu cubículo de Cuba? Ah chucha, no, me equivoco: desde Venezuela...
Lo siento por aquellos que esperaban una respuesta más larga, pero viendo las cosas con claridad, creo que tengo muchos motivos para estar satisfecho.
Ahora, si gusta el liliputiense rojo, podríamos solucionar el asunto hablando, pero eso sí: no hagas payasadas para llamar mi atención, me dices dónde y cuándo y yo estaré allí, bajaré mi ángulo de visión y buscaré entre las cucarachas y ratitas.
Seguramente muchos esperarán una respuesta de mi parte, pues bien, no responderé porque considero que la vida es tan corta e intensa como para ir desperdiciándola en genuinas pequeñeces intelectuales y ejemplos de doble moral posmo.
Algo me dice que a la antología Disidentes le va a ir muy bien. Y para ello, no voy a necesitar llevar a cabo las prácticas hechas por el liliputiense rojo Trelles como cuando tuvo que promocionar El círculo de los chifados cojuditos, novela autobiográfica, por lo que he podido leer.
Pero hagamos un pequeño aclare a este matoncito virtual, a este verdadero lobbista chicha (ya me contaron, enano inútil, la llamada que le hiciste al periodista X a la medianoche, preguntándole si te iba a reseñar o no El círculo de los chifados cojuditos. A ver liliputiense rojo: ¿eso lo hace un bolañista? Ni cagando. Eso lo haces tú, un lobbista chicha. Oye Trelles, sácame de una duda: ¿Por qué saltas cuando caminas? Qué extraña costumbre, ah.
Cuando le consulté a este liliputiense sobre si deseaba ser parte de la antología, este babosito me respondió de la manera más insultante. El buen Cagancia, batizado así en el bar Juanito, creyó que lo estaba invitando a un tono y no a un proyecto. El famoso “No quiero estar en la antología porque ex amigos tuyos y ahora amigos tuyos atacan a mis amigos” está consignado en mis archivos de mail. No haré público ese mail (al igual que otro que tengo guardado) porque no soy un imbécil que actúa a la loca y, de paso, porque lo veo como toda una bajeza y bajezas de mi parte jamás, pues. Lo que hice, sí, fue reenviarle ese mail para que así este triste liliputiense se acuerde de lo que me respondió en su momento, y vea él, con sus propias palabras, las verdaderas razones que lo llevaron a no ser parte de la antología que en ese momento no tenía título pero sí una clara intención integradora. El contenido de los mails tira por los suelos su rollito con falso tufillo a integridad. Imagino que lo debe haber escrito en esta postura: con las patitas a más de medio metro de altura, moviéndolas de atrás hacia adalente.
Yo creo que si alguien es consecuente, aún en sus manifestaciones de figureti, pues debe ser lo suficientemente ético para mantener lo que declara tanto en privado como en público. Por eso, estimado Cagancia, esa respuesta de asustado, palteado, asustado y ahuevonado, que graficó tu condición de seudopendejo, inmoral y mentiroso, que recibí ni bien te reenvié tu verdadera negativa, quedará en la memoria de ambos... Y debes estar agradecido, de ser otra persona, tenía más de un motivo para hacerte una denuncia penal, pero basura y rata como tú no soy. ¿Cómo voy a arruinarte tus visitas a Perú desde tu cubículo de Cuba? Ah chucha, no, me equivoco: desde Venezuela...
Lo siento por aquellos que esperaban una respuesta más larga, pero viendo las cosas con claridad, creo que tengo muchos motivos para estar satisfecho.
Ahora, si gusta el liliputiense rojo, podríamos solucionar el asunto hablando, pero eso sí: no hagas payasadas para llamar mi atención, me dices dónde y cuándo y yo estaré allí, bajaré mi ángulo de visión y buscaré entre las cucarachas y ratitas.
3 Comentarios:
Deberías publicar ese mail de Trelles,de ser cierto que no acepto por esos motivos, tu tendrias razon
como te debe arder su nominacion al romulo gallegos y la posterior apareción en decenas de noticias de hablahispana, huevonazo
jajajajaja.
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