sábado, noviembre 17, 2007

J. G. Ballard - "Noches de cocaína" & Perfil

“El imperio del sol”, “La exhibición de atrocidades” y por supuesto “Crash” son las únicas novelas que había leído del británico J. G. Ballard (Shangai, 1930). Seguramente muchos llegamos a “Crash” gracias a la conocida adaptación de David Cronenberg, si no es así, si sólo te has quedado en la película, pues la novela aún puede encontrarse.

Desde hace muy buen tiempo veía a “Noches de cocaína” en los anaqueles de Crisol (ese supermercado de libros donde se permite todo menos fumar), y simplemente lo dejaba pasar y pasar, llevado, quizá, por el prejuicio de que el desarrollo de la novela ya estaba escrito desde el título de la misma. Esto no ocurrió el miércoles último, porque ya cansado que el lomo de “Noches de cocaína” me mirara y mirara, lo cogí, y lo compré.

Con la idea de avanzar las primeras cincuenta páginas, para luego terminar la lectura de la novelaza “Fabulosas narraciones por historias” de Antonio Orejudo, me sumergí en lo que es un genuino vértigo que me llevó a devorarla en la madrugada del jueves, marcado por el insomnio (que ingenuamente creí superado) y el sonido atonal de la trompeta de Chet Baker, que me dejó con un gran sentimiento de culpa por el tiempo que dejé de leer a este escritor, de quien no soy un conocedor de su obra, pese a haber disfrutado muchísimo con las tres novelas citadas a inicio del post.

Los personajes de Ballard tienen esa inclinación por la autodestrucción, saben que van a quedar dañados, tanto físicamente como emocionalmente, saben que sus objetivos existenciales y materiales no tienen razón de ser si es que no tienen la sombra del fatalismo, como si la felicidad o la tranquilidad fueran pestes a las que sí o sí evitar.

Charles Prentice es un cronista de viajes que llega a Estrella del mar, localidad de Costa del Sol, con el fin de saber qué es lo que ocurre en la cabeza de su hermano Frank, quien se autoinculpa por la muerte de cinco personas en un incendio, cuando lo cierto es que las pruebas y testimonios lo eximen de tal responsabilidad. A diferencia de muchos personajes de novela marcados por el crimen, el delito y la estafa, los de Ballard no se refugian en sus escondites, dan la cara, asumen sus responsabilidades a tiempo, no se amparan en la lástima de los afectados, le hacen ascos a toda vestidura de víctimas. La pulsión por lo prohibido supura en casi todos los personajes de esta suculenta novela y, como tiene que ser, también las ganas de saber el por qué realizarlo es tan adictivo:

“ - ¿El delito?”
- El delito y la conducta transgresora... es decir las actividades que no son necesariamente ilegales, pero que nos invitan a tener emociones fuertes, que estimulan el sistema nervioso y activan la sinapsis insensibilizadas por el ocio y la inactividad. –Sanger hizo un gesto hacia el cielo del anochecer como un conferenciante que señala en un planetario el nacimiento de una estrella.- Mire alrededor ... la gente de Estrella del Mar ya ha dado la bienvenida a todo esto. "


Como Ballard es un escritor que piensa en el lector, un escritor de asunto, en “Noches de cocaína” no hay ningún amago formal, ninguna gambeta experimental, seguramente porque lo suyo es contar una historia, una muy buena historia, apelando a la estructura clásica de la novela.

En Youtube pueden encontrarse muchos videos sobre J. G. Ballard. Busqué uno sobre esta novela, pero no encontré. Aún así, me quedo con este perfil que preparó la BBC. Imperdible.


1 Comentarios:

Anonymous Anónimo dijo...

He leido Noches de cocaina, y es una novela magnifica, con un impactante final que no todas las obras pueden cumplir. Su desarrollo es simplemente...magnifico!!! es mi novela favorita; aunque tambièn debo decir que es la primera que leo de Ballard, pero espero no sea la ùltima =)

1:48 p.m.  

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