Un (gran) ejemplo de la literatura de No Ficción
Consumo mucha literatura de no ficción. Semanas atrás me acerqué a las páginas de El Reino y El Poder (Grijalbo, 1973) de Gay Talese. Esta lectura refrendó una vez más mi libertad de lector promiscuo. Es decir, no me importa en absoluto el género en el que se inscribe el texto al que me enfrento. Se pierde mucho cayendo en la racionalidad de las taxonomías. Si eres lector tienes que dejarte llevar. Leer, a fin de cuentas, es una experiencia sensorial.
Llevo tiempo interesado en el tema del poder. Y fue bajo el flamígero influjo de Talese que busqué en mi biblioteca un lomo similar, que tuviera al poder como fuerza centrípeta. De esta manera me puse a revisar Sexo & Poder. El extraño destape chileno (Planeta, 2004) del cronista Juan Pablo Meneses. Era mi segundo acercamiento a la publicación y valió la pena haber dejado de lado algunas lecturas.
En Sexo & Poder nos topamos con la radiografía del escándalo sexual que movió las cimientes del país más conservador de América Latina. Esto ocurrió en el 2002, cuando el influyente magnate Claudio Spiniak fue procesado por pedofilia. En aquel entonces Spiniak llevaba tiempo ofreciendo auténticos bacanales en su residencia, a la que concurrían las personalidades (políticos, en especial) más poderosas del imaginario chileno. Como es de suponer, un hecho como este captó la atención de la prensa, se convirtió en el tema de cada día de los sureños. No había alma que no quisiera saber lo que Spiniak hacía en su cama. Y como buen cazador de historias, Meneses no fue ajeno a relatar este escándalo.
El presente trabajo de Meneses destaca por su monumental investigación invisible, o sea, no se nota el filtro de información, y ello en no ficción es más que un buen indicativo, porque no se trata de aplastar al lector con innumerables datos, fechas y testimonios, sino de adentrarlo en el tópico sin que este se dé cuenta. Al igual que sus maestros Mailer y Talese, el cronista se vale de la narración en primera persona para forjar el primer contacto con el lector, en donde la fuerza narrativa descansa en el asesinato del ego, el no hacerlo equivale a resentir, desviar, cualquier empresa (ejemplo mayor: el bodrio La cuarta espada de Roncagliolo); por otra parte, y siguiendo en la escuela de sus mentores, el tema lleva al gran tema, y en Sexo & Poder lo es la doble moral delatada por las ansias de poder, tanto en los que abusan como en los abusados, y de los que juzgan y miran sin pasar más allá de la fugaz indignación. Meneses nos muestra la otra cara de la sociedad chilena, la preocupada en ocultar la mierda de perro bajo la alfombra, aún sabiendo que muy pronto esta empezará a oler, pero que prefiere soportar el hedor con tal de que esa mierda no se vea.
Podría pensarse en la necesidad de conocer mejor el contexto chileno para entender la publicación. No es necesario. Y lo es gracias a los buenos oficios de Meneses, que nos adentra en los tejes y manejes de su historia, haciéndonos partícipes de sus personajes, desnudándolos, proyectando sus miserias en nosotros, y por qué no, también las nuestras en las de ellos.
Cerré el libro y pensé en las oportunidades perdidas de los cronistas peruanos. No es que no haya nivel, para nada, tenemos de sobra plumas de gran alcance, pero estas solo prefieren perfiles y reportajes a media caña. Cada cierto tiempo nos encontramos con textos muy bien escritos pero sin ambición totalizadora, como si existiera falta de arrojo a la hora de embarcarse en un gran proyecto de investigación. ¿Acaso la realidad peruana no es lo suficientemente sucia como para intentar algo parecido a lo que Meneses en Sexo & Poder? ¿Acaso en Perú no pasa nada que no sea digno de escribir?
La única publicación peruana de no ficción que se me viene a la mente, sin duda por su grandeza y patente perdurabilidad: Muerte en El Pentagonito de Ricardo Uceda.
4 Comentarios:
Pero Uceda ya ha sido cuestionado por el semanario Hildebarnt en sus trece con el asunto de Sosa.Pese a su participación fujimontesinista, Umberto Jara se lleva las palmas, sin ser gran cosa, en sus libros Ojo por ojo, Historia de un aventurero y el libro de los rehenes de la embajada de Japón. Uceda, en suma, se me cayó. Ni que decir de Titinger, Vilela y otros que hacen extrañar a Thorndike.
Edgardo Pallarderi
Hola Gabriel
¿Te dopas cuando escribes?
me encanta tu blog
besos
Cathy B.
Muy interesante el giro más personal que está dando tu blog. Un abrazo desde Barcelona
Enrique Vila-Matas
Gracias, Enrique.
Abrazos desde Lima.
Gabriel
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