martes, noviembre 12, 2013

En la yugular 6

          ¿Ciencia ficción peruana?
¿Narrativa fantástica peruana?
Sin duda, hay narrativa de ciencia ficción y narrativa fantástica Made in Perú.
De alguna u otra manera, soy testigo directo del interés que viene generando lo fantástico y la ciencia ficción entre los lectores peruanos. Además, cada vez es posible ver a más narradores apostando por estos registros. Pero de alguna u otra manera, también ubico a los que lucran con el discurso de lo fantástico, en especial. Lucran tanto que a como dé lugar quieren hacer su nicho en la literatura peruana, escribiendo de una tradición exaltando los ripios y, en el colmo de la ignorancia mezclada con arrogancia, dictaminando como buenos la muerte del realismo.
Pero de esto hablaré mucho más adelante, en otro post.
Mientras tanto, quisiera pasar revista a un par de publicaciones que me han acompañado en los últimos días. Libros que se leen en movimiento y que te permiten acceder a un mayor panorama de lo que es hoy en día la narrativa peruana, la escrita en tiempo real, por decirlo de algún modo.
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Por un lado, tenemos Los viejos salvajes de Carlos de la Torre.
Novelita que tuvo una mención honrosa en la cuarta edición del Premio Cámara Peruana del Libro de Novela Breve 2012. Novelita que indudablemente merece más suerte de la que tuvo.
De la Torre es un narrador a la vieja usanza. Me explico: es uno de argumento y personajes. Lo suyo no es el estilo, menos la estructura, cumpliendo esta un propósito básicamente funcional. Tenemos pues a Rick González, un experimentado piloto que a sus sesenta años se gana la vida como un mercenario. Su campo de operaciones es Greedo 1, una galaxia que es el punto de paso a La Unión Republicana Indoeuropea y la federación latina. En este contexto, González lucha por sobrevivir. A pesar de tener el alma atravesada por la desazón y la frustración, se mantiene firme en sus ideales, cree en la amistad, en la lealtad, hasta en la posibilidad de formar una familia.
Pero el autor cae ante los baches que le generan ciertos personajes poco trabajados, estereotipados en demasía. Baches que son superados cada vez que González vuelve a escena. A pesar de ello, De la Torre se las ingenia para mantenernos atentos; es que el secreto, que no es algo tan secreto, yace en que su escritura no es esclava de la ambición, lo que único que se pretende aquí es relatarnos una historia, nada más.
Leyendo Los viejos salvajes me fue imposible no asociarla a las novelas de ciencia ficción en la onda de Asimov, Bradbury y Clarke. Es decir, podría ver la novela como un tributo a esa semilla que ha formado a miles de lectores y a cientos de escritores de ciencia ficción en el mundo.
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La otra publicación es el cuentario Cacería de espejismos, de Pedro Novoa.
Digamos que estamos ante un narrador en franca proyección. He leído sus novelas Maestra vida y Seis metros de soga y no tengo más que aplaudirlo por su oficio. Novoa es un narrador que sabe mirar, que sabe escuchar, muy atento a los detalles. Novoa es pues un radar, un satélite de sensaciones y humores. En su poética hay esquina y calle.
Sin embargo, y lamentablemente, este cuentario se dinamita solo.
Cuentos muy bien escritos. Cuentos muy bien estructurados. Cuentos con personajes bien perfilados. O sea, cuentos correctos, demasiado correctos, que no necesariamente tenemos que enmarcar en los terrenos de la literatura.
Leía el libro en cuestión y en más de un momento especulaba. ¿Qué pasó con el narrador fulgurante que leí en sus novelas? Pensé en la libertad creativa. Ningún escritor tiene que ser esclavo de un solo registro, pero si decides salirte de uno que dominas y exponerte en otro que no, saltan las falencias y con mucha más fuerza, peor que con un autor novato.
Aquí no se trata de estructurar y saber escribir y presentar desenlaces sorprendentes.
La clave es dominar el registro.
Los relatos del presente volumen son como aviones en pleno carreteo, se supone que en algún momento tienen que despegar, pero el carreteo sigue y cuando piensas que el avión despegará, se detiene. Y no te queda otra que cerrar el libro con desazón, porque sin duda esperabas mucho más de Novoa.

 
Detalle a tomar en cuenta: me acabo de dar cuenta de que los cuentos que conforman la presente publicación fueron escritos antes de que Novoa publicara sus dos reconocidas novelas. Es decir, textos que son una antesala, por decirlo de alguna manera, a lo mejor de su producción, la que más de uno celebra.

3 Comentarios:

Anonymous Anónimo dijo...

Puede ser interesante a su vez plantear una historia anticiencia ficción como la de Fresan en Al Fondo Hay Cielo, en ella, ironiza con el hecho de tener que saber algo de ciencia o dominar el género de ciencia ficción para hablar del tema.

2:34 p.m.  
Anonymous Anónimo dijo...

hey Gab, mira lo que dice Paul Guillén
ahora caigo en la cuenta que un blogger peruano hablo mal de un narrador y quedo finalista del romulo gallegos, ahora hablo mal de otro escritor y la gran carmen balcells quiere representar a este escritor, estoy cruzando los dedos para que el blogger hable mal de mi pq parece que da buena suerte jajaajaj

12:44 a.m.  
Blogger Gabriel Ruiz-Ortega dijo...

bueno, Guillén solo recoge el yara y no me voy a picar por ello. pero lo que sí me sorprende es que chibolín crea que soy una suerte de amuleto de la suerte -ni te imaginas quién me pasó el dato-, cosa que me halaga porque he nacido con buena estrella. ahora, deseo que le vaya bien a chibolín, por eso voy a reseñar "Hudson, el redentor", a ver si de esa manera se venden más ejemplares que en todas las presentaciones -casi 80- que hizo del libro.
Saludos
G

11:42 a.m.  

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