jueves, mayo 07, 2015

"corea: apuntes desde la cuerda floja"

Para ser la primera vez que leo un libro del colombiano Andrés Felipe Solano, debo manifestar que me siento muy satisfecho con Corea: apuntes desde la cuerda floja (Ediciones UDP, 2015). 
En distancia, podríamos estar ante un libro de viajes, de los que nos detallan de la vida y costumbres de un país y, por ello, de una cultura, muy ajenos a quien lo visita o vive. Sin embargo, no es gratuito que en el título se nos advierta de su carácter lateral, dependiente de una mirada no atenta a las grandes diferencias, más bien esta mirada queda enfocada en las pequeñas cosas y sucesos que al final cartografían esas grandes diferencias y similitudes en los encuentros de culturas y modos de ver la vida. 
AFS nos relata un año de vida en Seúl, desde la mirada de la cotidianidad. Nos habla de la relación con Cecilia, su esposa, como también de las actividades que empieza a realizar con tal de sobrevivir. Hasta este punto, bien podría decirse que no estoy diciendo nada nuevo, puesto que vendría ser la lógica a seguir de muchos libros sobre viajes, de viajes tal y como los entendía Paul Bowles, claro está. Pues bien, lo que diferencia a AFS es la sensibilidad que insufla en su prosa, porque si hay una protagonista presente y a la vez invisible en cada uno de los capítulos del libro, capítulos que llevan los nombres de las cuatro estaciones, es precisamente su estilo, seco y cortante, con el que eleva lo que parece minúsculo a una estancia de perdurabilidad. 
Un libro como este, en otra mirada, en otra poética, hubiera llegado más rápido a la parcela del olvido, así el libro esté bien escrito. Pocas veces asistimos a un estilo que en su aparente inocencia es capaz de taladrar y sumergirnos en la incertidumbre de un autor que nos transporta a su circuito interior de inseguridades, encontrando en la escritura no la paz, pero sí la justificación para su vida y para con su poética. AFS realiza un ejercicio de asombro a través del recuento de datos e impresiones, este ejercicio de asombro a paso firme se convierte en una biografía íntima que nos permite especular, en especial a los que no lo hemos leído antes, sobre los móviles que sustentan su obra como escritor. 
Estilo y mirada en un libro que se instala como peligroso. El uso de la memoria y la reflexión, no a raudales, sino en dosis bien elegidas, retumban al lector de turno. Es decir, Corea, la de AFS, cumple un cometido que se agradece en estos tiempos de poéticas frívolas y ajustadas a las modas: incomodar al lector. 

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Publicado en Siglo XXI

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