viernes, junio 26, 2015

314

Me despierto temprano y busco entre los DVD´s una película protagonizada por Matt Damon y dirigida por Paul Greengrass. Green Zone o conocida entre nosotros como La ciudad de las tormentas. Antes de verla, me pongo a releer cien páginas de Quemar los días, el inmenso libro de memorias del no menos inmenso James Salter. 
No sé por qué me interesó volver a una película que tratara sobre la mentira del estado gringo al justificar la invasión a Irak bajo el pretexto de que Husein escondía armas químicas. Quizá se deba a que últimamente he barajado la posibilidad de releer algunas novelas de espionaje y política ficción, que para ser sincero, no frecuento desde hace mucho tiempo. Por ahí puede venir este interés súbito por todo lo relacionado al espionaje y la política internacional. 
Termino de ver la película de Greengrass y me fui a la sala en donde prendí la Laptop. Además, puse en el cd player el Fear of Music de Talking Heads. Respondo algunos mensajes y redacto algunos textos que debo presentar en el curso de la mañana. Pensé que iba a demorar más de la cuenta, pero a las nueve de la mañana ya estaba libre de lo que tenía que hacer. En mi sala tengo una pequeña mesa dedicada exclusivamente a colocar las publicaciones que me llegan. Me pongo a revisarlas y me animo por Los vivos y los muertos de Joy Williams, del que he venido escuchando y leyendo buenas referencias. También vuelvo a ver en Youtube los goles de Guerrero ante Bolivia. E imagino el ánimo que habrá en el país el lunes cuando la selección se enfrente a la de Chile por el pase a la final de la Copa América. Pienso en mis amigos chilenos, en Diego, Camila, Antonio, Felipe, Alejandra, Rodrigo, Claudia. Pienso también en que sus ánimos no coinciden con la estupidez local. Si ambas selecciones se sacan la mierda, pues bien, que se saquen la mierda, con patadas y metidas de mano incluidas. Y que allí quede.

0 Comentarios:

Publicar un comentario

Suscribirse a Comentarios de la entrada [Atom]

<< Página Principal