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Mañana miércoles me espera un día largo,
seguramente pesado, para el que estoy preparando todas las armas musicales
posible, puesto que abriré y cerraré mi stand en la FIL. No me quejo de estos
días, más bien estoy agradecido y para que todo siga yendo bien, me seguiré
sacando la mierda.
Pienso en la música que llevaré mañana
mientras converso y fumo un pucho con mi amigo Paul. Paul me acaba de entregar
un poemario de un autor al que le he estado agarrando de hijo en estos últimos
días. Este autor, que también es un editor cabecero, es un mal poeta, pero
también sé que debo leer libros y no personas, me lo recalca más de una vez
este editor psicodélico. Y le doy la razón. Hay que leer libros y no personas.
Además, la literatura es como el fútbol, cada poemario es un nuevo partido, uno
nuevo contra el lector prejuicioso y el tiempo. Es así como debe verse el
oficio literario, como un partido, una suerte de ajuste de cuentas con uno
mismo. Es allí, en esa instancia, en que puedo reconocer a un autor, si este es
un escritor/poeta o un mero aspirante a creador en el uso de la palabra,
llámale posero.
Nuestra conversa se interrumpe por el
paso de veinte tanques que circulan por la Salaverry. Algo pueril como la
muestra de la fuerza castrense, se convierte en un efímero espectáculo que
llama la atención de todos los que estamos fuera de los ambientes de la feria.
Los tanques, en especial, con su paso de acero, seguramente han malogrado la
pista y malograrán más la de Brasil. A muchos peruanos les gusta este tipo de
manifestaciones armamentísticas, imagino que les hace sentirse poderosos,
olvidando sin olvidar que nuestras fuerzas armadas han perdido todas las guerras
inimaginables.
Volvemos a lo que estábamos hablando. Lo
que me gusta de Paul, y de José Miguel, que no estaba, es que editan libros
para una comunidad de lectores. A eso hay que aspirar, editar libros para una
comunidad de lectores y regalar esos mismos libros. Lo demás no solo es
negocio, sino también pura demagogia.
1 Comentarios:
"El problema, incluso el delito, es usar el poco o nulo filtro de una página que difunde temas culturales (literarios en esencia). Esto, lejos de agitar el escenario letrado, lo envilece y de la peor forma". Qué graciosos los de Lima Gris publicando un texto con una entrada así. Graciosos porque Lima Gris es una bacinica en la que varios de sus colaboradores arrojan sus antipatías personales violando una y otra vez la condición básica del periodismo: recurrir a más de una fuente, cruzar información. Y esto es lo que precisamente no se hace en Lima Gris, donde se injuria constantemente a personas honradas. O sea, cuando ellos lo hacen, está bien, si otros lo hacen, está mal?
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