341
Muchas
personas se quejan del frío, no niego que no haga frío, pero mi organismo ha
hecho de mí un hombre caluroso que detesta el calor. Hace unas horas, mientras
veía una película sobre mujeres dedicadas al ballet, sentí mucho calor,
demasiado. Esta sensación la había estado sintiendo desde días antes, pero lo
de esta madrugada sí fue el arribo a lo insoportable. Siempre tengo calor, pero
nunca antes lo he sentido de esta manera, que hizo que me desnudará y tratará
de dormir así.
Hay pues una anécdota sobre Cabrera
Infante, que no pudiendo contener la furia que le deparaba el silencio, desafío
al frío londinense y se quitó la ropa para escribir el primer borrador de Mapa dibujado por un espía, en donde
diría lo que hasta ese momento no se podía decir de la represión castrista en
Cuba. Obviamente, mi desnudez no obedecía a arranques literarios, aunque me
puse a escribir varios textos, intercalándolos. En esa situación estuve durante
un par de horas, ayudado y protegido por la voz de Bob Dylan. A eso de las
cinco volví a arroparme y me puse a releer a Cabotín, en especial sus crónicas
y artículos literarios.
Un grande Cabotín. Un grande que debe
salir de los predios de la academia e insertarse en el imaginario de los
lectores peruanos. Circula en algunas librerías Obras reunidas de Cabotín, magnífico trabajo de Miguel Ángel Rodríguez
Rea sobre esta suerte de escritor total. Lo de Cabotín no solo fue el
periodismo, también la novela, el cuento, la poesía y el teatro. En novela,
tiene una que es toda una delicia: Cartas
a una turista.
“Volvamos a Cabotín”, me repetía y es lo
que pensaba mientras venía en el Metropolitano, listo para hacer funcionar
ahora así la librería. Cruzando la Plaza San Martín, aún con la epifanía de los
artículos de este escritor modernista peruano, me acordé de llamar a mi amigo
Paul, para preguntarle cuándo podría tener más libros de su editorial, porque Izquierda Unida de Alvarito se ha
agotado, literalmente voló ese poemario que no es una maravilla poética, pero
que sí está muy bien y del que sí puedo recomendar su lectura. Así juega este
pechito: lee libros, no personas, no importa qué cosas sean sus autores.
0 Comentarios:
Publicar un comentario
Suscribirse a Comentarios de la entrada [Atom]
<< Página Principal