PODERES SECRETOS
A fines del 2009 se presentó en la Casona de San Marcos la reedición, a cargo de la editorial huancaína Bisagra Editores, de PODERES SECRETOS, el “polémico” libro transgénero de Miguel Gutiérrez.
Recuerdo que lo devoré a inicios de los 2000 en la biblioteca del ICPNA, del centro de Lima. Este fue el segundo libro de Gutiérrez que leí, lo hice inmediatamente después de haber pasado seis horas diarias, durante ocho días, devorando LA VIOLENCIA DEL TIEMPO. (Por cierto: no me gustaba acudir a esa biblioteca, pero lo hacía porque la bibliotecaria me tenía obsesionado: alta (casi de mi talla), inteligente y con carácter, su rostro ahora me recuerda al de Tina Fey.)
Como en toda relectura, uno queda con una nueva visión del asunto: ya no lo tomo como un libro peligroso – en realidad nunca lo fue-, tal y como se decía de él en las mesas de los bares y algunos salones universitarios, puesto que se le consideraba un abierto sacrilegio a la figura del Inca Garcilaso de la Vega, en el que se detallaba, entre otras cosas, la existencia de una secta dedicada a regir los destinos culturales de Perú.
Estamos ante el mapa –susceptible de ser alterado- de lo que podría ser un gran Best Seller: uno de corte de histórico y político, ambientado en principio a fines del siglo XVI, en el que se especularía sobre la autenticidad de HISTORIA OCCIDENTALIS de Blas Valera y de las circunstancias que llevaron a Garcilaso escribir los COMENTARIOS REALES, en la que La Orden de Jesús, cuándo no, también tendría un solapado y sangriento protagonismo. Y siglos después, en pleno XX, nos toparíamos con una organización consagrada a la figura de Garcilaso, que haría gala de una omnímoda influencia en nuestro devenir intelectual y político, la que estaría en apuros al enterarse de la posible existencia del verdadero manuscrito de Valera, que en caso de comprobarse de ser genuino, dejaría sin fundamento todo el poder que esta ha ejercido por décadas. En vista del peligro, la organización convocaría a un historiador esmerado, que tendría la misión de examinar el manuscrito, sin saber que su vida y sus sueños académicos estarían condicionados a dejar satisfechos sí o sí a los garcilasistas…
Creo que aún no se ha dicho, y si ya se dijo, pues no lo escuché (o leí): PS es un libro metaliterario. No tengo duda alguna de ello. En la primera parte tenemos la exposición de “un escritor” sobre el Inca Garcilaso de la Vega y Blas Valera. En la segunda, “este escritor” explica cómo sería el argumento de su novela titulada “Poderes secretos”. O sea, estamos ante un discurso sobre los mecanismos internos de la ficción.
Como el día de la presentación, para variar, llegué tarde, solo pude escuchar las palabras de Miguel Gutiérrez. El autor hizo énfasis en su admiración por Garcilaso de la Vega, pero que ante todo era un escritor con la libertad de poder especular.
Indefectiblemente PS no es lo mejor de Gutiérrez, pero es también una irrefutable muestra de su inmenso talento, envidiable imaginación y voracidad lectora.
Imagen, portada
10 Comentarios:
Donde se consigue el libro?
Imagino que en las librerías, no? Fijo que en El Virrey del centro de Lima.
G.
A Cueto no le gustara el post Gaby
sacalo!!!!!!!!!!!!!!!! es por tu bien!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
¿De qué habla el imbécil de las 11 y 41?
G
Hola, Gabriel:
A la luz de la lectura de Poderes Secretos, ¿cómo ves la influencia de Antonio del Busto y su magisterio sobre la cohorte de historiadores jóvenes que pululan por ahí? Muchos de ellos incluso intentan copiarle el acento español del s. XVI que ostentaba el viejo barranquino en sus sesudas clases en La Católica.
Hace unos días me pasaron la voz de un historiador (gracias, Javier Gárvich) llamado Luis Guzmán Palomino (cantuteño), de quien estoy leyendo "Historia de los Incas: Luchas dinásticas y guerras de panacas", y sinceramente, es otro lote: hace hincapié en las contradicciones internas en el Incario entre dinastías y panacas, las luchas intestinas y la ausencia de unidad nacional (un estado multinacional y sobre todo clasista) frente a la invasión española.
Hasta donde se la escuela capitaneada por los llamados hispanistas deniega el complot ibérico iniciado por Pizarro cuando encarga al cura Yépez envenenar el vino con arsénico ya desde Panamá y les invita trago a los de Atahuallpa, desencadenando terribles diarreas, borrachera e intoxicación generales. No habría entonces tal épica, valentía ni hidalguía como pretendía el Pizarro reencarnado Antonio del Busto.
Coincido contigo en que PS es un ejercicio metaliterario, no exento de una brillantez literaria inusitada en un libro que denominas acertadamente transgénero, infravalorada por la crítica oficial. También lo leí de un tirón, desgraciadamente lo presté y nunca me lo devolvieron.
Saludos
Rafael Inocente
Hola, Rafael
De José Antonio del Busto solo he leído la biografía de Pizarro, la de 2 tomos editada por Copé. Y destaco en él su gran pasión por una figura de nuestra historia de por sí muy polémica.
Sé que hablar de Pizarro trae no pocas muecas, sobre todo cuando se le confiere un aura de gran conquistador. En este sentido lo hecho por del Busto no debe ser soslayado -me refiero a su trabajo y no a los papagayos que lo citan de palabra mas no de texto- ya que es el material por el cual debe compararse con el de otros, como el del profesor cantuteño que nombras. Es así como debe cruzarse información, de texto a texto, dejando de lado apasionamientos y posturas (de las que sean) en busca de una verdad, por más dolorosa que esta resulte.
En cuanto a Poderes secretos, pues sin ser lo mejor de Gutiérrez, es una pequeña joya. Una de las cosas que me preguntaba en la relectura era el por qué de su ninguneo. No noté ningún peligro, tal y como se le pintaba en los noventa, por ejemplo. Creo que hubo mucho aire ceremonial en cuanto su valoración. Algo me dice que Gutiérrez se divirtió escribiéndolo.
Ha pasado el tiempo prudencial para que la crítica empiece a darle otra mirada, menos ideologizada y libre de sentimientos menores. Poderes secretos es un libro a comentar, reseñar.
Saludos
Gabriel
Gabriel:
Reconozco la erudición del señor del Busto, un Pizarro redivivo, reconozco también su apasionamiento y disciplina, fundamentales para cualquier investigador; intenté leer esa biografía del Pizarro, recuerdo que por esos días le dio una pataleta al soberbio José Antonio cuando retiraron el monumento ecuestre de su admirado y astuto extremeño de una plaza del centro de Lima en el 2006 y más pudo mi genio: dejé el libro a medias, algo que no me sucedió por ejemplo con Breve Historia de los Negros.
Luego he leído cosas sueltas de él, están vivas en mi memoria las ocasiones que lo ví en La Punta, conferenciando a un auditorio pletórico de analfabetos engalonados vestidos de blanco (¡almirantes Grau y Túpac Yupanqui!), genéticamente traumados por los chilenos, recuerdo cuando se colaba para embarcarse en el Humbdoldt rumbo a la Antártida, desembarcando incluso a biólogos y oceanógrafos que iban a estudiar la mar del Continente Helado y recuerdo también lo que me contaban amigos, primos y uno de mis hermanos acerca de la actitud de encomendero de la Colonia en sus clases y mejor ahí la dejo.
Es que se me resulta intragable que un señorón que afirma que "...el Perú tiene hoy, debido a la presencia de Pizarro, los siguientes hechos: su descubrimiento; su nombre; su ingreso a la Historia, a la Geografía y a la Cronología modernas; su territorio mayoritario; la Amazonía; las principales ciudades; la Cultura Occidental; la lengua española; la religión cristiana; el mestizaje; la nación en su momento; y la Cultura Peruana”.
Es decir, toda esa hez por la que el Perú es hoy un remedo de nación, una nación inviable como les gusta llamarnos a ciertos embajadores de Torre Tagle, debemos aplaudirla: desde el nombre "Perú" y el supuesto "mestizaje" que se reduce al quechuañol y al catolicismo hipócrita que sobreviven, los apellidos impuestos al paisanaje en bautizos masivos por encomenderos genocidas igual que Pizarro, pasando por la cocina hoy astutamente revalorada por la burguesía nativa gracias al empeño del cusqueño Acurio, hasta las gotitas de sangre peninsular que por ahí deben quedar en algunos endogámicos.
Perdóname, Gabriel, pero tienes razón, hablar de Pizarro resulta jodido.
Mejor sigamos deleitándonos con esas sectas casi esotéricas que aún defienden la cruz con la espada y que tan bien prefigura el piurano Miguel Gutiérrez en Poderes Secretos, magnífica obra que hoy pones en vitrina.
Cordialmente,
Rafo
PD: Loco, sinceramente tú crees que para un muchacho que ha crecido en los arenales de Manchay, en las selvas de Amazonas, en las breñas de Huancavelica o en el altiplano aimara Pizarro es una figura de nuestra "Historia"?
Rafo
Rafael: creo que hay que centrarnos en un aspecto: en la obra, así de simple.
No me consta lo que dices de Del Busto. En mi caso hago todo lo posible por separar obra y persona, me quedo con lo primero y he sido coherente haciéndolo. Por ejemplo, en uno de mis recuentos -no el del 2009- consigné un libro como uno de los mejores en su rama y eso que el autor se había portado como un miserable conmigo, le jodía harto que a ritmo de pichanga hiciera de Revuelta una editorial importante, al punto que le escribió a un autor que iba a ser publicado en Revuelta (de la que felizmente estoy desligado por cuestiones éticas y morales - tengo pruebas contundentes al respecto-), diciéndole cosas tipo "GRO no tiene calidad moral, saca tu libro de Revuelta que yo hablo con X (editor de la transnacional A) o sino con Y (ed. de la transnacional B) para que te publiquen", si ese imbécil era su amigo por qué esperó a que lo anunciara en mi blog como un autor a editarse y no le dio antes la chance de luchar en buena lid la posibilidad de llegar a la editorial A o B. Sabiendo que ese sujeto se había portado así, separé los aspectos y no mezclé sentimientos a la hora de valorar su libro.
Cuento esto porque noto en tu comentario que estás mezclando las cosas. Lo que finalmente quedará -y al parecer por mucho tiempo- es la obra de Del Busto como tal, si fue o no un buen tipo es algo que la verdad no me interesa -¿o acaso dejaría de leer A SANGRE FRÍA por el hecho de que T. Capote era un miserable como persona? ¿o me gustará más la obra de Monterroso porque el tío era un pan de Dios?-
Los dos tomos de la biografía de Pizarro me dieron otra imagen, otra dimensión que permitió enriquecer mi concepto sobre él, partiendo de lo innegable: que Pizarro era un asesino, pero también un ser humano lleno de incoherencias como tú Rafael o como yo.
Nos guste o no, Pizarro es un personaje de nuestra historia. Y la mejor manera de abordarlo es a través de los libros, como dije: crucemos información y que cada quien saque sus conclusiones.
Se nos ha enseñado tan mal nuestra historia -y hablo a distintos niveles- que no creo que a un muchacho promedio le interese Pizarro, mucho menos la historia del Perú, salvo contados casos obviamente.
En cuanto a Poderes secretos -motivo medular del post- le di una lectura más literaria, resaltando precisamente su espítitu metaliterario, del que poco o casi nada se ha dicho, hasta donde sé.
Gracias por comentar.
Ss
G.
Loco, sinceramente tú crees que para un muchacho que ha crecido en los arenales de Manchay, en las selvas de Amazonas, en las breñas de Huancavelica o en el altiplano aimara Pizarro es una figura de nuestra "Historia"?
Bueno, tu tampoco eres nada para mí.
:)
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