El candidato de la corrupción

Considero conveniente reproducir en su integridad el post Remember Kouri, del blog Asuntos internos, administrado por el periodista de investigación Ángel Páez.

Como sabemos de sobra, los peruanos sufrimos de desmemoria. Muy fácil nos olvidamos de los que en su momento le hicieron muchísimo daño a nuestro país, tanto en lo económico como en lo moral.

Por esa razón debemos estar atentos contra todos aquellos que se beneficiaron de la maquinaria corrupta fujimontesinista y que ahora quieren pasar como abanderados de la eficiencia y las buenas maneras, cuando lo cierto es que jamás dudaron en entregarse a las marañas putrefactas de la dictadura en pos de favores personales, en clara muestra de incoherencia que los revela como lo que son: miserables seres humanos de alma chiquita.

El candidato a la alcaldía de Lima Alex Kouri debe creer que los limeños somos huevones, pienso. ¿Qué puedo pensar de un tipejo que solicitó una reunión secreta con el nefasto asesor Vladimiro Montesinos, con el fin de que le ayude a su primo hermano en un juicio con cargos de narcotráfico? Nada bueno, obviamente

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Son las 7 y 30 de la noche del nueve de septiembre de 1998. El comandante general de la Marina, Américo Ibárcena Amico, y el alcalde del Callao, Alex Kouri Bumachar, ingresan en la “salita” del Servicio de Inteligencia Nacional (SIN). Esta vez la reunión la pidió Kouri por intermedio de su amigo el almirante Ibárcena, figura central de la organización criminal del asesor presidencial. Un primo hermano de la autoridad chalaca está involucrado en un grave caso de narcotráfico y pretende salvarlo. Montesinos arregló la cita clandestina entre los primos Kouri para arreglar el asunto, para que el delito quede en familia.

El autor sugiere escuchar como fondo musical “The Godfather Theme Song”, de Nino Rota, para tener una mejor comprensión de la siguiente historia. Revisar este video.

Al momento de presentarse Montesinos, Ibárcena abandona el lugar. Una vez solos, Montesinos le dice a Kouri: “El muchacho está acá. Yo me voy a retirar. Converse con él unos 15 ó 20 minutos, digamos”. El burgomaestre expresa su conformidad y Montesinos se va de la “salita” del SIN. De pronto surge de la puerta una persona con los brazos abiertos.

“¡Primo!”, le dice con evidente alegría a Kouri. Se trata de Fernando Félix Kouri Cahuas. En ese momento se encontraba preso por el delito de narcotráfico. Alex Kouri le solicitó a Montesinos que lo llevaran al SIN para entrevistarse con él. Quería conversar con él sobre su situación para organizar su defensa, pero sin que nadie lo supiera. Fernando Félix había sido detenido el cuatro de septiembre y se encontraba recluido en los calabozos de la Dirección Antidrogas.

“¡Cómo estás Félix! ¿Qué tal? Siéntate”, le dice Alex Kouri, quien sabía perfectamente que no era legal que un detenido por un grave delito como tráfico de drogas fuera trasladado a las instalaciones de “La Fábrica”, la sede del SIN. Por eso apeló a Montesinos, porque sabía que era el único que le podía hacer el favor. “Ya sabes que esta situación es muy delicada”, refiere el alcalde porteño a su primo: “No quería que se hiciera público el caso. (…) Somos pocos los que sabemos. Queremos lo mejor para ti, ¿de acuerdo?”, le dice.

Que Kouri violaba la ley lo revela el siguiente diálogo cuando el burgomaestre le dice falsamente a Fernando Félix Kouri que se encuentra en un establecimiento policial antinarcóticos. El primo le responde que no sabía nada porque lo habían sacado clandestinamente de su encierro.

“Aquí estamos en medio de la unidad de drogas”, miente Kouri.

“Yo ni sé. Me han traído con los ojos vendados”, contesta Fernando Félix Kouri. Evidencia irrefutable de que se trataba de una operación coordinada entre Montesinos y Kouri. En efecto, durante el juicio por este caso, el 28 de mayo del 2004, el jefe de la Dirección Antidrogas, general PNP (r) Dennis Del Castillo Valdivia admitió que Montesinos le ordenó que llevase al primo del alcalde a la “salita” del SIN.

“COMO PRIMO Y COMO ABOGADO”

Fernando Félix Kouri fue detenido al ser descubierto cuando desde España enviaba dinero a una banda en Lima que le proveía de cocaína. La estrategia de Kouri para librar a su primo de la acusación de tráfico internacional de droga era que Félix Kouri reconociera únicamente que era consumidor de narcóticos y delatase a quien lo abastecía de los estupefacientes. El alcalde conocía la ley porque le adelanta a su familiar que recibiría al menos 10 años de carcelería por el delito que había perpetrado.

“Responde lo siguiente: en el Perú, ¿quién te abastece? (…)”, le pide el alcalde al atribulado familiar: “No quiero alarmarte, pero como primo y como abogado, por los volúmenes de droga que han encontrado (los policías), te están imputando (la compra de) bienes del narcotráfico. (…) Esto te va a implicar a ti no menos de 10 años (de cárcel)”.

El burgomaestre presiona para que colabore con la justicia, recordándole que le estaba haciendo un favor.

“Yo puedo señalar que estoy conversando contigo. Es una deferencia”, dice Kouri. Una deferencia con nombre propio: Vladimiro Montesinos. ¿Cómo pagó Kouri el favor que le hizo Montesinos? No lo ha dicho el ahora aspirante a la alcaldía provincial de Lima.

“IDENTIFICA A TODOS ESOS HUEVONES”

Kouri instruye a su primo qué hacer para zafarse de la acusación.

“La única fórmula que yo veo, para que tú puedas exceptuarte (del proceso), es acogiéndote a un beneficio diciendo: señores, soy un consumidor y se la compro (la droga) al señor tal. (Esto es) para obviar la investigación”, le aconseja.

“Yo no quiero 10 años preso, hermano”, dice el acongojado Fernando Félix Kouri.

“No, nadie quiere eso”, le asegura Alex Kouri.

“Te voy a pedir un favor: yo quiero que tú entres totalmente a un apoyo abierto a la policía. Quiero que identifiques a ese concha de su madre que vende la coca. ¿Entiendes?”, argumenta Kouri con lenguaje florido y añade: “Vamos a ordenar un poco las ideas. Primero, eres un consumidor, no un traficante. Segundo, quiero que identifiques a todos los huevones que están poniendo la coca, ¿sí?”.

A Fernando Félix también le preocupaba que su caso llegase a los medios de comunicación. Fiel al estilo del jefe de la mafia del fujimorato, el alcalde le dice que ese no es ningún problema: “Aquí no hay ninguna prensa. A mí no me interesa la prensa. Tú eres mi hermano, tú eres mi primo y estamos para darnos la mano”, le garantiza Alex Kouri.

Mario Puzo, el inolvidable autor de El Padrino, no podría haber imaginado una mejor frase para su personaje Vito Corleone. El detalle es que lo que aparece en el “vladivideo” no es ficción. Es algo que ahora Kouri no quisiera recordar porque dice mucho de su conducta no pública.

Del diálogo se entiende que ni el propio Alex Kouri estaba convencido de la inocencia de su primo, pero le extendió la mano.

“Créeme que yo no soy narcotraficante, nunca he traficado”, asegura Fernando Félix.

“Nadie piensa que lo seas. Pero tú comprenderás que si la policía encuentra los volúmenes que han encontrado ellos, obviamente tienen la convicción de que lo puedes ser”, dice Kouri para ubicar a su primo.

Poco después, se escucha una voz que llama a Fernando Félix Kouri para abandonar el lugar y hace su ingreso Montesinos. El primo debe retornar al centro de reclusón. El tiempo se había agotado.

“LA FAMILIA ES LA FAMILIA”

Kouri le dice a Montesinos que la familia quiere que Fernando Félix se declare drogodependiente y por lo tanto inimputable.

“Eso no, jamás”, recomienda el jefe de facto del SIN: “Yo sé cómo es la mecánica. Yo soy abogado y he visto casos de esta naturaleza”. Montesinos decía la verdad, Hablaba con conocimiento de causa: tenía experiencia como defensor de narcotraficantes. Entre sus clientes se contaba el poderoso capo colombiano Evaristo Porras Ardila, en los años 80.

“Es un primo hermano y la familia es la familia hasta que uno muere”, sentencia Kouri, como repitiendo una profética frase de Don Vito. Pero estaba hablando con Montesinos.

El 13 de abril del 2000, cuando todavía reinaba el asesor Vladimiro Montesinos, Fernando Félix Kouri salió de la cárcel con libertad condicional, un año y siete meses después de la reunión clandestina en el SIN entre su primo el alcalde del Callao y el jefe de facto del SIN.

Tenía razón Alex Kouri: la familia es la familia.