miércoles, junio 09, 2010

Poemas de Victoria Larco


Entre los ajetreos, me doy tiempo para revisar los archivos que por distintas modalidades me llegan. De los que recibí, destaco el Victoria Larco, joven poeta trujillana de evidente talento lírico, que irá limando su voz a medida que pase el tiempo, porque de eso trata el oficio poético: hacer descansar los poemas -como los vinos-, siempre y cuando tengas la sensibilidad para estos menesteres de la sensible irracionalidad de la palabra, y vaya que Larco lo tiene.
Los interesados en mandar sus textos, tengan en cuenta que los archivos no deben pasar las 1500 palabras, pueden ser poemas, cuentos y fragmentos de novelas. No necesitas ser un autor con libro publicado. Para salir publicado los textos tienen que gustarme o parecer interesantes. Los envíos al mail que aparece en mi perfil.

...

Metodología

Si supiera lo que es caminar más que en un método clásico
como las nubes
como la luz siempre desapareciendo.

Si pudiera sacudirme la piel musicalmente para no encontrarme
desollada y perturbarme.

Me escondo y redescubro el silencio
Me obsesiona su vientre encarnado
Me seducen aún
La tristeza y la dulzura
O quizá la lujuria
Punto.

Triste descripción de los hechos

Soy el burdel donde todos se placen
El olor de la noche
el ardor del adiós
Me sumerjo entre las sombras que se aglutinan en la ventana
Y permanezco en la cama mientras la angustia se extiende sobre las sábanas.

Alegoría

Tras el viento
Como antorcha hecha cabellos
Provenientes
De las lúgubres cavernas de tu nombre
Llegaste
Amado
Soberbio
Interno
Lejano
Lleno de nada
Simétricamente
Lleno
De dulce rojo
Varado en tu lengua.

Receta

Hubo un tiempo siniestro donde el cuerpo
Era ofrecido al viento
Las manos cubrían la tarde
Y los labios
trémulo láudano
Bebían palabras extrañas
De ojos mudos
Abiertos a la noche.

La Memoria de Lluvia

A la gente no le importa
que la lluvia
le desarme los brazos
que extienda sus sombras
como una red sobre
el pavimento
ni que ruede descalza
sobre sus pieles
La lluvia cae
se agota
entre el furor de las frentes
y retiene angustias
bajo los paraguas
Mientras la gente rezume
por las aguas calle abajo
Y despega el vapor
Del silencio
con la lengua afuera
de
tanto
correr
nostalgias.

Viaje

He desaparecido
el ancla
y los trozos de cielo negro
que detenían la huida
de mis caballos de eucalipto
He desatado
la tormenta amarilla
y anidado los pájaros
que alborotan los cabellos
de mi madre
Añoro el desierto
desapareciendo tras el galope
de mi cuerpo
hecho nube de furia
como las mandíbulas
de mi padre
He envuelto
en la seda de un pañuelo
las uñas podridas
de mis abuelas
para cubrirme las heridas
cuando salte del vagón
Por no llevar billete de viaje.

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