Mondo Trasho

La semana pasada me di una vuelta por Polvos Azules. Por cuestiones de horario no había podido ir con la frecuencia de hasta hace unos meses. Y como era de esperarse, la visita fue más que gratificante.

Fui con un pata fanático de películas de horror. Y cuando de buenas películas se trata, la voz es, sí o sí, caminar al Pasaje 18, en donde se encuentra el stand Mondo Trasho.

En Mondo Trasho encontramos a César y a su asistente Santos. Ambos enfermos de cine, conocedores a ultranza de las más rebuscadas caleturas. Revisar durante horas sus catálogos puede resultar una adicción, no por nada este stand es una referencia indiscutible para todo aquel que quiere nutrirse de películas, de las buenas, de las que obviamente quedan en las trampas de la memoria.

Reconozco que alguna vez he sentido impaciencia al ver que otra persona revisaba determinado catálogo que me interesaba, como si a propósito se demorara sabiendo que yo a su lado esperaba sin esperar, en fin, son cosas que ocurren entre cinéfilos, y acepto que no pocas veces también me he demorado a propósito por el mero gusto de joder.

Cuando fui con mi pata fanático de las películas de horror, este encontró lo que buscaba, cosa que hasta ese entonces le había resultado difícil, en especial cuando quieres abordar la tradición del horror por periodos. Y como últimamente estoy viendo muchos documentales, me abastecí de un par que no demoré en ver ni bien regresé a casa.

En fin, muchas cosas, y muy buenas, pueden decirse de Mondo Trasho; por lugares así vale pues sortear los peligros de la calle, el ruido del tráfico, el engañoso frío; se trata, indiscutiblemente, de un refugio en el que impera buen gusto cinematográfico.