Sentimientos subterráneos

En la edición de Caretas del pasado jueves, José Donayre reseña La chica del sótano (Norma), novela del narrador chalaco Carlos Rengifo.

Recordemos que Rengifo es también el ganador del BCR de novela 2011. Seguramente la publicación saldrá en los próximos meses.

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Desde diferentes puntos de vista, Carlos Rengifo ofrece una historia de amor y amistad entre dos adolescentes. Pero La chica del sótano no se detiene ante la maliciosa inocencia del descubrimiento de la mencionada atracción o poco le interesan las disquisiciones sobre la educación sentimental. El enamoramiento de Fabiano y Mediterránea es el emotivo entramado de una historia abyecta y sórdida que se ambienta metafóricamente bajo tierra, como alude con tanta precisión el título de esta novela.

A fin de mostrar los diversos detalles que intervienen en la construcción de una relación, Rengifo construye los espacios de acción de los protagonistas. Sin duda, el más interesante y complejo es el de Mediterránea, cuyo hogar disfuncional la ha convertido en una muchacha retraída, desconfiada y arisca. No obstante esto, Fabiano encuentra en Mediterránea una ruta para conocerse a sí mismo. Pero la respuesta a la declaración de amor se yuxtapone al doble drama que debe enfrentar Mediterránea: los miedos de su pasado y la incertidumbre de su futuro.

Con un final afortunado, pero no feliz, Rengifo no sucumbe a la tentación de arrancar románticos suspiros ni frívolas sonrisas a sus lectores. Su propuesta impone el peso y consistencia de la dura realidad: una niñez y juventud expuestas a los más viles instintos, prácticas y negocios de pornógrafos pederastas. Y en un epílogo de amplio espectro, se enfatiza que ninguna oscuridad extrema es suficientemente negativa como para destruir la esperanza.