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Un par de personas, uno muy amigo mío y
el otro a quien aprecio por su generosidad e inteligencia, discuten por el
Face.
Me apeno y deseo que solucionen sus diferencias.
Como no quiero deprimirme por cuestiones
relativamente ajenas a mí, me desconecto del Face sin antes rescatar la idea
que originó esa lamentable discusión.
La idea: después de algunos años,
estamos siendo testigos de una eclosión narrativa que no debemos dejar de
prestar atención.
La única manera de aprovechar esta
eclosión es leyendo precisamente los libros que dan vida a esta eclosión. No
hay otra, no debemos dejar de pasar la oportunidad, porque esta ola de buena
racha volverá a la nada más temprano que tarde.
Como bien señalé en algunos posts
anteriores, por lo que se viene publicando en cuanto a narrativa, bien
podríamos tener más de un entusiasta y justificado balance literario de fin de
año, que como tal, no nos debe emocionar más de lo normal. Por eso hago
hincapié en que hay que aprovechar el contexto, ganarle la partida a las
mentiras que seguramente nos traerán los grandes sellos y los círculos de poder
literario en los próximos meses.
Hasta hace no poco no sentíamos este
inusitado entusiasmo por lo que se viene publicando, en donde tenemos a los
narradores llamados mayores como Ampuero (Tambores
invisibles), Cueto (La piel de un
escritor) y Gutiérrez (Hacia una
narrativa sin fronteras: narrativa peruana del Siglo XXI) que literalmente
brindan cátedra sobre los entresijos del oficio narrativo y de lo clave que es
para este la pasión por la lectura; como también el afianzamiento de narradores
provenientes de la década pasada como Yushimito, Ángeles, Gamboa, Thorndike,
Pimentel, Roldán, Pacheco, Mazeyra y García Falcón, que, sin exageración,
vienen marcando la hora con lo que vienen publicando (sin duda, con más de uno
de los mencionados tengo discrepancias, discrepancias que yacen en el parecer
literario, en gustos de poéticas).
Claro, hay otras voces del decenio
anterior que persisten y que aún no la hacen, no consiguen la legitimidad literaria
porque equivocaron el camino, pues el relacionismo/lustrabotismo/besamanismo
jamás será el camino en el sendero literario, sendero literario que resulta ser
toda una mierda al momento de poner las cosas en su lugar. El poder académico,
la foto histórica, la influencia en prensa y el sobonismo en las reseñas no son
parcelas del sendero literario, sino de la Otra Literatura, que por ratos es
engañosa, porque así esta se presente como la ricura de la fiesta a la que
todos quieren sacar a bailar y flirtear en pos de una noche de sexo salvaje,
pronto será puesta en evidencia por el lector, sea entrenado, entusiasta y
hasta primerizo, que no se obnubila con el ruquerío.
4 Comentarios:
Aún no lees "La literatura en Alaska" de Cristhian Briceño? De hacerlo con atención creo que también estaría en tu podio.
en el post hice referencia a los escritores mayores y a los narradores que vienen de la década anterior.
si no me equivoco, Briceño, que es un muy buen escritor, apareció después del 2010.
ahora, pienso en hacer otro post, ojalá breve sobre los escritores aparecidos en esta década y no creo que nombre a más de 5. veremos qué pasa.
Saludos
G
Hay dos autores que no son jóvenes, como cueto o ampuero, pero que siguen publicando nuevos libros: calderon fajardo y higa.
claro, CCF e Higa siguen publicando, demostrando oficio, pero en el post, al momento de mencionar a Ampuero, Cueto y Gutiérrez, lo hago en relación a sus libros sobre literatura, que están muy buenos.
Saludos
G
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