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Han sido más de diez días de feria,
arduos y satisfactorios, que me dejan la alegría pero también la
responsabilidad de seguir asentando el proyecto de Selecta Librería.
La Feria Ricardo Palma terminó el
domingo, pero ayer lunes fue el día más complicado, el de la desinstalación.
Toda instalación y desinstalación siempre será complicada. Ahora, con algunas
ferias encima, uno adquiere la suficiente maña, quizá sin que uno se dé cuenta
hasta el mismo instante en que ves que las cosas comienzan a seguir su curso
natural. Claro, en el proceso es inevitable que te canses, pero ya no como en
las otras ocasiones, en donde solo anhelabas meterte a la ducha cuanto antes
para ponerte a dormir tu sueño eterno, sedado por la rica María.
Pese a lo ocupado que me encontraba en
los días de feria, no dejé de leer. Al respecto, y sé que podría sonar a
ingenuidad de mi parte, me sorprende que más de un conocido, que también
circula en el circuito literario, sean como profesores, gestores culturales,
editores, libreros, y claro, como los infaltables narradores y poetas, tengan
esa costumbre, pésima por demás, de decir que no tienen tiempo para leer.
Vengo escuchando esa excusa desde hace
tiempo, pero esa excusa no es más que un pésimo barajo de su evidente
desinterés por la lectura. Veo esa excusa en quienes se supone no debería ver,
pero en los que sí (en prejuiciosa teoría), no, más bien, leen y se dan maña
para leer. No les interesa la participación activa, solo leer y de esa manera
abrir sus perspectivas de la vida. En este segundo grupo puedes encontrar
nuevas miradas de autores de los que creías que ya sabías todo, como aquel
economista que me brindó una nueva visión de los relatos de Ventura García
Calderón.
Este economista hace lo que yo, en otras
palabras, hacemos lo que todo amante de la lectura debería hacer: aprovechar el
tiempo, no perder el tiempo. La autopromoción virtual está haciendo de nuestros
“preclaros” hombres de letras unos analfabetos funcionales.
3 Comentarios:
Muy cierto. Es increíble cómo pierde el tiempo en Facebook esta generación, autopromocionandose sobándose entre ellos.
En tu caso, digamos ¿Puedes leer una novela haciendo interrupciones cada 15 minutos?
uando estoy fuera de casa, llevo conmigo libros de no más de 200 páginas, preferentemente novelas y cuentarios.
lo ladrillones los dejo para mi casa.
y sí, se puede, la costumbre permite que te concentres.
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