sábado, abril 18, 2015

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No son días en los que me sienta bien anímicamente. Me siento en el suelo, destrozado, pero con una esperanza, al menos es lo que prefiero creer. 
Para ello, hay que cuidarse. Si estás con la depre, se debe luchar para llegar a un estado de equilibrio, solo eso, llegas al estado de equilibrio y lo demás sucede por ritmo natural. 
Me sirvo un poco de café y pienso en si es factible que salga por una salchipapa a estas horas de la noche. Desde hace tiempo que barajo la idea de ir a Mirones, en donde un restaurante prepara la mejor salchipapa que he probado en mi vida, la misma que le gana por puntos a las salchipapas del bar Munich. Pero esta idea no prospera, puesto que tengo un poco de sueño y no creo que jale hasta Mirones. Quizá en los próximos días, aunque ese “quizá” pueda que se desmorone por los golpes del desgano. 
Cerca de las once de la noche, me conecto al Face para confirmar a los dos próximos escritores invitados a Encuentros en El Virrey de Lima. Ambos me dicen que estarán y eso me deja tranquilo. Empero, cometo el error de quedarme más del tiempo pensado en el Face, porque me veo en la obligación de contestar algunos mensajes que no pensaba contestar, ese “visto” en cada mensaje me obliga a no quedar como un patán y empiezo a odiar lo que suponía odiar desde la creación del Face, ese “visto” que me aturde y que me compromete a responder cuando lo no quiero hacer es precisamente responder. 
Después de un cuarto de hora, cuando pienso que ahora sí iré a la cama, me escribe el buen Juan Diego, que me pregunta si me gusta la lucha libre de la WWE. Le digo que sí, que de niño y adolescente era muy fanático de ellas. Veía esas luchas religiosamente con mis hermanos. Aunque Juan Diego haya empezado con una generación de luchadores que privilegia la acrobacia y el riesgo, le explico y detallo sobre los luchadores que cimentaron la tradición de la lucha de entretenimiento. Le hablo de luchadores que él considera leyendas lejanas, de oídas, que no los ha visto y a quienes no quiere buscar en Youtube porque lo suyo es el efectismo de la acrobacia. El pata no entiende, le hablo del nacimiento de la tradición de la lucha de entretenimiento, de esas batallas épicas, que lo fueron, así hayan sido tan falsas como las de ahora.

2 Comentarios:

Blogger Micky Bane dijo...

No sabía que te gustaba la lucha libre de entretenimiento. Yo narró luchas en una empresa peruana. Cuando esté cerca un próximo evento te hago llegar mayores datos, por si te animas. Saludos

1:10 a.m.  
Blogger Gabriel Ruiz-Ortega dijo...

buena voz, Micky.
abrazos

G

2:23 p.m.  

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