domingo, abril 19, 2015

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Un sábado normal en la librería. Tenía planeado traer algo de música para colocar en el CD Player, pero olvidé los discos en casa. Normal, no me hago problemas, me las arreglo con lo que tenga, con algo de Spotify me basta por el momento. Y no puedo evitar la desazón porque este sábado quería escuchar, en una suerte de maratón, todo The Kinks. 
A la hora del almuerzo disfruto del lomo saltado de mi mamá. Me lo vuelvo a repetir, no sé por qué no soy un gordo feliz. No lo digo por tratarse de mi madre, lo que digo bien lo pueden reforzar no pocas personas. 
Disfruto del lomo saltado y termino la tercera lectura que hago de Susan Sontag. La entrevista completa de Rolling Stone de Jonathan Cott. Cada relectura ha cimentado mi apego por esta escritora/ensayista con la que tengo una suerte de enajenación intelectual. No es por nada, pero la Sontag fue una presencia muy importante durante buen tiempo, o mejor dicho, un muy buen tiempo. Esta relectura se justifica en que debo refrescar impresiones en pos de la reseña que haré para una revista de la que no sé si seguirá, pero igual, cumplo con reseñar este libro que me ha permitido ingresar a la mente laberíntica de Sontag. 
Termino el lomo saltado, cierro el libro. Acomodo una silla en dirección al televisor de la tienda frente a la mía, porque en ese televisor veré el partido de Alianza con la San Martín. 
No sé quién ganará, pero le tengo fe a mi equipo y ruego para que no vuelva a salir a flote la cultura de la pichanga, que es el lastre blanquiazul, esa confianza en demasía de nuestros jugadores que se hace patente en los encuentros cruciales. 
Me desatiendo del partido porque llega Sixto, el detective salvaje. Sixto es un gran lector de cuentos. Solo lee cuentos. No le interesa escribir, solo leer, porque “hay mucho por leer”, dice. Sixto me pregunta por algunos cuentarios y nos ponemos a hablar de los nuevos narradores peruanos que escriben cuentos. 
“¿Para ti quién es el que mejor en cuento?”, le pregunto. 
Sixto es enfático. Pienso su respuesta, no lo pienso mucho porque Sixto tiene razón. 
“Eso ni se pregunta. Ulises Gutiérrez. Algún día será grande.”

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