547
Me despierto temprano y busco un
Playlist de Grand Funk Railroad, aunque DK me ha pasado uno de Kevin Ayers, y
de Ayers no escucho nada en buen tiempo, pero sí hubo una temporada que
recuerdo mucho, cuando lo escuchaba con José Carlos, mientras caminábamos por
San Borja, hablando de todo mientras fumábamos marihuana. Nuestras conversas
entonces venían pautadas por las letras de Ayers. Caminábamos mucho, siempre de
mañana. Hablo pues de una época en que ambos trabajábamos desde casa, antes de
que las inevitables responsabilidades se hicieran presentes. Esas caminatas
vienen a mi memoria por el Playlist que me envía DK.
Luego, me preparo el desayuno, algo
simple, un par de manzanas y café. Ahora sí, comer sano, y olvidar en algo el
sabor de la rica salchipapa que comí el domingo en San Miguel, la que por
momentos se me antojó como un placer interminable. Entonces, prendo la Laptop y
abro el archivo sobre la migración que vengo escribiendo, el cual acabaré en
media hora. Este texto me ha traído muchos dolores de cabeza, una pesadez
emocional que coqueteaba con el más aplastante aburrimiento. Este texto lo acepté
por el tema de la migración, del que puedo decir varias cosas, es decir, puedes
presupuestar el tiempo de su escritura, pero poco puedes hacer cuando te invade
un contexto distinto al que estás acostumbrado, contexto que debes enfrentar
del saque, no dejar que madure.
El ensayo sobre la migración lo acabo
más rápido de lo que pensaba. Entonces, me aboco a los detalles de la
presentación de la tercera edición del poemario más conocido de Carlos Germán
Belli en Sur. Ojalá más poetas locales fueran como él, mientras más grandes, más
sencillez. Pero bueno, sé que es difícil pedir sencillez de grande a los que no
pasan del estado cucaracha.
0 Comentarios:
Publicar un comentario
Suscribirse a Comentarios de la entrada [Atom]
<< Página Principal