sábado, diciembre 02, 2006

Comentario sobre Rosa de los vientos, de Héctor Ñaupari

No conozco personalmente al poeta Héctor Ñaupari, toda referencia que tengo de él viene a través de amigos y conocidos, pero sí conozco su poesía, o mejor aún, conozco en especial un poema que lo habré escuchado más de un millón de veces: Sur. Lo habré escuchado tanto que hasta llegué a pensar que solo había escrito ese poema. Pero en fin, vayamos a la última entrega de este poeta que fue integrante del grupo poético más posero y sobrevalorado de la década pasada: Neón.

Pero eso sí, hay que reconocer que algunos ex integrantes de Neón tienen el mérito de haberse sabido marketear a través de críticos-amigos, críticos-pateros y críticos-canjeables, quienes de todas maneras tienen que rebuscar y resaltar las virtudes líricas de estos poetas que viven exclusivamente para cumplir su deseo de trascendencia.

Con Desde el sótano del crepúsculo puede percibirse el interés de Ñaupari por el tópico de lo erótico, esto se dejaba notar en algunos poemas –no logrados-, pero al leer esta última entrega me doy con la agradable sorpresa de que Ñaupari ha logrado superar, y con creces, los intentos fallidos que se dejaron ver en el mencionado libro.


Lo alucinante de Rosa de los vientos es notar la posibilidad que me brinda al poder rastrear tradiciones líricas de temática erótica que me deja satisfecho puesto que el despliegue verbal de Ñaupari descansa en una tradición anclada en la contemplación y reflexión del acto amoroso dentro de la relación matrimonial, demostrando la buena comunión que nace de la fusión entre lo hormonal y lo espiritual. Para esto el poeta se vale metáforas, aunque termina perdiéndose en conceptos soterrados que restan intensidad a los muy buenos comienzos de no pocos poemas.

Algo que no me gusta de este libro es el prólogo, hay mala vibra. Para todos es evidente que el prologuista (un "célebre" blogger-poeta-novelista-crítico-ex librero-ex periodista-graffitero de paredes de baño-agente literario de incautos poetas jóvenes de provincia) aprovecha la oportunidad para lanzar sus clásicos ataques de resentimiento, ejemplito: ...y a su versión intelectual, travestida y equívoca, encarnada en cierto feminismo rabioso y “ferial... En fin, gracias como esta se pueden notar en no pocas líneas. Es realmente asqueroso porque este multifacético escritor se da el gustazo de refocilarse en sus complejos; total, él no pierde, pero lo que sí termina perdiendo es el libro mismo puesto que ese prólogo no termina su cometido, que es el resaltar las evidentes virtudes de RDLV.

Pero más allá de estos disparates, Rosa de los vientos es un buen poemario que apuesta por un tema poco explorado en nuestra poética reciente, y Ñaupari lo aborda partiendo desde la libertad que yace en el conocimiento de las fuentes de las que es un aprovechado deudor, en ningún momento cae en lo grotesco de lo explícito. Tenemos que tener en cuenta que el tópico erótico -el que coge Ñaupari, en especial- no es algo fácil de abordar, para esto se necesita pulir bastante, trabajar mucho en el concepto -sin expresarlo en el poema (he allí lo difícil)- ya que su fuerza descansa, ante todo, en la idea, no en lo sensorial ni en la experiencia vacua.

En RDLV hay más de tres poemas verdaderamente antologables; pero eso sí, para la próxima, el vate tiene que dinamitar su ego y ser más autocrítico ya que varios versos merecían un soberano tijeretazo.

1 Comentarios:

Anonymous Anónimo dijo...

muy transparente el poemario!!

10:12 p.m.  

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