Ellroy
James Ellroy es un autor a quien estoy leyendo y releyendo en estos días. Hay un suceso personal que es narrado en su libro Destino: La Morgue, uno de sus últimos libros en el que el escritor hace gala de un estilo telegráfico que se ha dejado notar en otros libros suyos pero que en este adquiere un toque de inmisirecorde desgarro, en DLM puede verse el backstage de la génesis de la totalidad de las novelas ellroyianas. Creo que nunca he sabido de escritor alguno, o persona alguna, que haya desnudado tanto sus traumas en novela alguna o en cualquier forma artística. Como se sabe, todo escritor se vale de una variopinta gama de experiencias, pero siempre he creído que existe un pudor natural, eso se deja notar en casi todo lo que he leído;pero en Ellroy esto parece no existir: la manera cómo se valió de la violación y muerte de su propia madre terminó dándole fuerza a la novela –la mejor para muchos- La Dalia Negra.
Prometo escribir un poco más de este escritor que me fascina –el tiempo no me ayuda en estos días-, pero quiero dejar constancia de que si llegué a leer con fruición a Raymond Chandler –completito- se debe a un documental que se transmitió por un canal de cable en el que James declaraba que en su caótica juventud vivió una temporada en un hotelucho lleno de arañas, en donde todo el día paraba fumando marihuana, esnifando coca (qué suerte) y leyendo hasta el hartazgo todas las novelas que de Raymond Chandler fueran publicadas.
En fin, espero que no demore mucho la llegada de la versión cinematográfica de La Dalia Negra. Así es que aprovecho también en dejarles el fragmento de un documental que hiciera Benoit Cohen en claro tributo a Ellroy. Muy bueno, realmente.
Prometo escribir un poco más de este escritor que me fascina –el tiempo no me ayuda en estos días-, pero quiero dejar constancia de que si llegué a leer con fruición a Raymond Chandler –completito- se debe a un documental que se transmitió por un canal de cable en el que James declaraba que en su caótica juventud vivió una temporada en un hotelucho lleno de arañas, en donde todo el día paraba fumando marihuana, esnifando coca (qué suerte) y leyendo hasta el hartazgo todas las novelas que de Raymond Chandler fueran publicadas.
En fin, espero que no demore mucho la llegada de la versión cinematográfica de La Dalia Negra. Así es que aprovecho también en dejarles el fragmento de un documental que hiciera Benoit Cohen en claro tributo a Ellroy. Muy bueno, realmente.
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