Las mejores novelas españolas (del siglo XX) de Julio Ortega
Por cuestiones de una investigación que estoy realizando, vengo buceando en la historia. Las hemerotecas ya se han convertido en mi involuntario refugio. En la búsqueda me topé, hace varias semanas, con todas las ediciones de 1999 de El Dominical, casi las paso por alto porque mi investigación poco o nada tiene que ver con temas estrictamente culturales (aunque pueda que sí), pero tuve curiosidad y me puse a leer la edición del domingo 16 de mayo, en la que puede leerse un artículo de Julio Ortega, Las mejores novelas españolas del siglo XX.
Hagamos un poco de memoria. 1999 fue año en el que no pocos diarios y revistas (en el mundo) se lanzaron a consignar lo mejor de lo mejor (o lo mejor de lo peor) de los acontecimientos políticos, culturales, deportivos, etc., del siglo que ya estaba expirando. En esa línea, El Dominical no fue menos. Y fue así que el renombrado narrador y crítico ofreció su lista (improbable) de mejores (favoritas) novelas españolas del siglo XX. En la introducción a su lista, Ortega cuenta (a manera de anécdota) que cuando propuso a sus colegas una lista similar, de las diez mejores novelas latinoamericanas del XX, encontró mucho eco y entusiasmo, estos se lanzaron al feliz ejercicio del tanteo acicateado por la agradecida memoria de lector. Como en toda lista de favoritismos (en el buen sentido de la palabra), hubo diferencias y aciertos; en lo que respecta a los aciertos, estos llegaron a seis. Sin embargo, cuando propuso la lista de las mejores novelas españolas del XX a colegas y amigos españoles, el crítico encontró más de un óbice, al punto que varios de ellos le sugirieron que lo más saludable era armar una lista, no de lo mejor, sino de lo peor.
Pues bien, Ortega no se hizo problemas. Él elaboró su lista personal de novelas españolas y se las mandó a amigos, críticos y escritores españoles para que las comentaran en unas cuantas líneas. No necesariamente tenía que ser pura loa. Su selección de las novelas yace en el siguiente criterio:
Esta lista sólo puede ser de novelas españolas de innovación, de aquellas que empiezan por poner en cuestión el modelo de género, prosiguen con la puesta en duda del lenguaje sobrecodificado, y terminan reformulando la nacionalidad. En España lo nuevo ha seguido rutas de subversión, minando la incólume noción de lo real, recusando los inflexibles códigos normativos, haciendo de la ficción una forma entusiasmada de la crisis. Cada una de estas novelas disputa la interpretación de su tiempo, y busca una (in)certidumbre del habla humanizadota. Buscan así habitar una España reconstruida como un proyecto legible.
La lista de Ortega contiene dieciséis novelas divididas en cuatro apartados. Aquí van:
Paradigmas modernos
1. Miguel de Unamuno con Niebla (1915). José Antonio Masolivier.
2. Pío Baroja con Ciclo de la Ciudad (1910 – 1920). Este ciclo está conformado por César o nada (1910), El mundo es ansí (1911) y La sensualidad pervertida (1920). Jordi García.
3. Ramón del Valle-Inclán con Tirano Banderas (1926). Gonzalo Díaz Migoyo.
Modelos de la crisis
4. Camilo José Cela con La familia de Pascual Duarte (1942). J. A. Masolivier.
5. Carmen Laforet con Nada (1945). Wadda Ríos-Font.
6. Rafael Sánchez Ferlosio con El Jarama (1956). J.A. Masolivier.
7. Luis Martín Santos con Tiempo de silencio (1962). Anna Caballé.
Ciclos de ruptura
8. Juan Goytizolo con Señas de identidad (1966). Antonio Monegal.
9. Juan Benet con Volverás a Región (1967). David K. Herzberger.
10. Luis Goytisolo con Recuento (1973). Jordi García
11. Juan Marsé con Si te dicen que caí (1973). Rosi Song.
12. Carmen Martín Gaite con El cuarto de atrás (1978). W. Ríos-Font.
Escenarios de fabulación
13. Eduardo Mendoza con La verdad sobre el caso Sabolta (1975). Enric Bou.
14. Julián Ríos con Larva (1983). Julio Ortega.
15. Antonio Muñoz Molina con El jinete polaco (1992). María Pilar Rodríguez.
16. Javier Marías con Negra espalda del tiempo (1997). Gonzalo Díaz Migoyo.
Ortega termina su artículo señalando las relaciones que hay entre estas novelas, precisando los contextos que han llevado a la natural mutación que se da en toda tradición novelística. Lo que me gusta de este artículo es su espíritu abierto: él no pretende sentenciar con un “estas novelas son las que son”, sino que destila el mensaje subliminal, a manera de invitación, a los lectores para que también armen sus listas, con el objetivo de encontrar puntos de encuentro (o coincidencia) en el gusto colectivo. Pues bien, como soy muy sensible a los mensajes subliminales, me animo a dejar constancia de las novelas españolas (del siglo XX) que me han gustado muchísimo (eso sí, sin apartados, me fío enteramente de mi tramposa memoria). Aquí van:
1. Las tres novelas de Ciclo de la ciudad de Pío Baroja.
2. Cinelandia de Ramón Gómez de la Serna.
3. Mortal y rosa de Francisco Umbral.
4. Niebla de Miguel de Unamuno.
5. La verdad sobre el caso Sabolta de Eduardo Mendoza.
6. Las máscaras del héroe de Juan Manuel de Prada.
7. Corazón tan blanco de Javier Marías.
8. Galíndez de Manuel Vázquez Montalbán.
9. La saga de El Capitán Alatriste de Arturo Pérez Reverte.
10. Crónica sentimental en rojo de Francisco González Ledesma.
11. Jardín inglés de Carlos Pujol.
12. El jinete polaco de Antonio Muñoz Molina.
13. Las apariencias no engañan de Juan Madrid.
14. Últimas tardes con Teresa de Juan Marsé.
15. Campo cerrado de Max Aub.
16. El invierno en Lisboa de A. Muñoz Molina.
Mi lista podría extenderse a más de veinte, me hubiera gustado consignar Sed de champán de Montero Glez, Fabulosas narraciones por historias de Antonio Orejudo, El viaje vertical de Enrique Vila-Matas, En la penumbra de Juan Benet etc. Y soy muy consciente que entre Ortega y yo hay una obvia diferencia cronológica, ergo, él ha leído muchísimo más. Y viendo su lista, esta me lleva a ponerme al día con algunos títulos, como Tiempo de silencio de Luis Martín Santos (esa lectura me viene resultando un placentero reto).
Imagen, Julio Ortega.
Hagamos un poco de memoria. 1999 fue año en el que no pocos diarios y revistas (en el mundo) se lanzaron a consignar lo mejor de lo mejor (o lo mejor de lo peor) de los acontecimientos políticos, culturales, deportivos, etc., del siglo que ya estaba expirando. En esa línea, El Dominical no fue menos. Y fue así que el renombrado narrador y crítico ofreció su lista (improbable) de mejores (favoritas) novelas españolas del siglo XX. En la introducción a su lista, Ortega cuenta (a manera de anécdota) que cuando propuso a sus colegas una lista similar, de las diez mejores novelas latinoamericanas del XX, encontró mucho eco y entusiasmo, estos se lanzaron al feliz ejercicio del tanteo acicateado por la agradecida memoria de lector. Como en toda lista de favoritismos (en el buen sentido de la palabra), hubo diferencias y aciertos; en lo que respecta a los aciertos, estos llegaron a seis. Sin embargo, cuando propuso la lista de las mejores novelas españolas del XX a colegas y amigos españoles, el crítico encontró más de un óbice, al punto que varios de ellos le sugirieron que lo más saludable era armar una lista, no de lo mejor, sino de lo peor.
Pues bien, Ortega no se hizo problemas. Él elaboró su lista personal de novelas españolas y se las mandó a amigos, críticos y escritores españoles para que las comentaran en unas cuantas líneas. No necesariamente tenía que ser pura loa. Su selección de las novelas yace en el siguiente criterio:
Esta lista sólo puede ser de novelas españolas de innovación, de aquellas que empiezan por poner en cuestión el modelo de género, prosiguen con la puesta en duda del lenguaje sobrecodificado, y terminan reformulando la nacionalidad. En España lo nuevo ha seguido rutas de subversión, minando la incólume noción de lo real, recusando los inflexibles códigos normativos, haciendo de la ficción una forma entusiasmada de la crisis. Cada una de estas novelas disputa la interpretación de su tiempo, y busca una (in)certidumbre del habla humanizadota. Buscan así habitar una España reconstruida como un proyecto legible.
La lista de Ortega contiene dieciséis novelas divididas en cuatro apartados. Aquí van:
Paradigmas modernos
1. Miguel de Unamuno con Niebla (1915). José Antonio Masolivier.
2. Pío Baroja con Ciclo de la Ciudad (1910 – 1920). Este ciclo está conformado por César o nada (1910), El mundo es ansí (1911) y La sensualidad pervertida (1920). Jordi García.
3. Ramón del Valle-Inclán con Tirano Banderas (1926). Gonzalo Díaz Migoyo.
Modelos de la crisis
4. Camilo José Cela con La familia de Pascual Duarte (1942). J. A. Masolivier.
5. Carmen Laforet con Nada (1945). Wadda Ríos-Font.
6. Rafael Sánchez Ferlosio con El Jarama (1956). J.A. Masolivier.
7. Luis Martín Santos con Tiempo de silencio (1962). Anna Caballé.
Ciclos de ruptura
8. Juan Goytizolo con Señas de identidad (1966). Antonio Monegal.
9. Juan Benet con Volverás a Región (1967). David K. Herzberger.
10. Luis Goytisolo con Recuento (1973). Jordi García
11. Juan Marsé con Si te dicen que caí (1973). Rosi Song.
12. Carmen Martín Gaite con El cuarto de atrás (1978). W. Ríos-Font.
Escenarios de fabulación
13. Eduardo Mendoza con La verdad sobre el caso Sabolta (1975). Enric Bou.
14. Julián Ríos con Larva (1983). Julio Ortega.
15. Antonio Muñoz Molina con El jinete polaco (1992). María Pilar Rodríguez.
16. Javier Marías con Negra espalda del tiempo (1997). Gonzalo Díaz Migoyo.
Ortega termina su artículo señalando las relaciones que hay entre estas novelas, precisando los contextos que han llevado a la natural mutación que se da en toda tradición novelística. Lo que me gusta de este artículo es su espíritu abierto: él no pretende sentenciar con un “estas novelas son las que son”, sino que destila el mensaje subliminal, a manera de invitación, a los lectores para que también armen sus listas, con el objetivo de encontrar puntos de encuentro (o coincidencia) en el gusto colectivo. Pues bien, como soy muy sensible a los mensajes subliminales, me animo a dejar constancia de las novelas españolas (del siglo XX) que me han gustado muchísimo (eso sí, sin apartados, me fío enteramente de mi tramposa memoria). Aquí van:
1. Las tres novelas de Ciclo de la ciudad de Pío Baroja.
2. Cinelandia de Ramón Gómez de la Serna.
3. Mortal y rosa de Francisco Umbral.
4. Niebla de Miguel de Unamuno.
5. La verdad sobre el caso Sabolta de Eduardo Mendoza.
6. Las máscaras del héroe de Juan Manuel de Prada.
7. Corazón tan blanco de Javier Marías.
8. Galíndez de Manuel Vázquez Montalbán.
9. La saga de El Capitán Alatriste de Arturo Pérez Reverte.
10. Crónica sentimental en rojo de Francisco González Ledesma.
11. Jardín inglés de Carlos Pujol.
12. El jinete polaco de Antonio Muñoz Molina.
13. Las apariencias no engañan de Juan Madrid.
14. Últimas tardes con Teresa de Juan Marsé.
15. Campo cerrado de Max Aub.
16. El invierno en Lisboa de A. Muñoz Molina.
Mi lista podría extenderse a más de veinte, me hubiera gustado consignar Sed de champán de Montero Glez, Fabulosas narraciones por historias de Antonio Orejudo, El viaje vertical de Enrique Vila-Matas, En la penumbra de Juan Benet etc. Y soy muy consciente que entre Ortega y yo hay una obvia diferencia cronológica, ergo, él ha leído muchísimo más. Y viendo su lista, esta me lleva a ponerme al día con algunos títulos, como Tiempo de silencio de Luis Martín Santos (esa lectura me viene resultando un placentero reto).
Imagen, Julio Ortega.
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