"I know what I like"
- En tu post sobre Peter Gabriel, trataste muy mal a Phil Collins –me dijo J días atrás mientras tomábamos unas chelas en un barcito.
- ¿Pero no vas a negar que cuando Peter Gabriel abandonó Genesis, la banda entró en una etapa estéril, la huachafería hecha música? –refuté con una pregunta.
- Pueda que tengas razón, pero la gente ubica más a Phil Collins, pues. Muchos hemos crecido con su música. No te malees con un referente generacional. ¿Acaso no te gusta ninguna canción suya?
Me dieron ganas de pararme, tuve esperanzas de que sonara mi celular, cosa que así fingía una reunión de último momento. Pero nada, el cel permaneció en silencio. No tuve otra que seguir conversando con J.
- Mira, no sé si es razonable considerar a Phil Collins un referente generacional. Un cuarentón como tú debe mencionar, por cuestión de gusto, otros nombres.
- En otras palabras, ¿no te gusta nada de Phil Collins?
- Bueno, al menos un par de canciones. No te niego que el tío tiene sus cosas. “Two hearts” y “Do you remember?”, por ejemplo. (Y eso.)
- Pero parece que lo odiaras.
- No lo odio, huevas. Lo que pasa es que cuando Peter Gabriel abandonó Genesis en 1975, la agrupación debió disolverse. Pero no, Phil Collins, el baterista, aprovechó ese espacio vacío para liderar la banda. Y la cagó. Así de simple. El espíritu de Genesis era Peter Gabriel. Algo parecido pasó cuando Robert Fripp dejó King Crimson, con la diferencia de que esta banda jamás ha caído en la huachafada que Genesis sí. ¿Entiendes?
- Más o menos.
- No importa. El asunto es que no me gusta Phil Collins. Y no digo que sea un mal músico. No gustar no es lo mismo a que sea malo.
Seguimos conversando un poco más. Ya íbamos por la cuarta ronda de chelas. Y luego de media hora hablando de las lluvias con calor, me despedí.
En el taxi, rumbo a casa, me puse a pensar en Genesis. Siglos que no lo escuchaba.
Ya en la comodidad de mi habitación, busqué los discos de Genesis, los cuales me costaron encontrar porque estaban muy bien camuflados entre pósters y estuches apilados.
Escogí uno al azar. FOXTROT (1972) es el cuarto LP de la banda, y a opinión de los “conocedores”, el mejor; superior por instantes al clásico SELLING ENGLAND BY THE POUND (1973).
Antes de adentrarme en el “blanco” comienzo con el “Watcher of the skies”, leí PANZER PLASTIC de Montserrat Álvarez y TRAS LAS HUELLAS DE ITACA, la plaqueta editada por Ediciones Copé que trae una selección de poemas de Jorge Eslava y Eduardo Chirinos. Contra lo que podía esperar, lo de Montserrat Álvarez sí me gustó, y mucho.
Y ya con dosis de buena poesía, pulsé play y el disco soltó los tracks.
Un grupazo Genesis. Un genio Peter Gabriel. Y muy esforzado Phil Collins. Lo escuché dos veces seguidas.
Al rato, coloco el SELLING ENGLAND BY THE POUND.
Pues bien, hay momentos inasibles a los alcances de las palabras. Si intentara definirlo caería en una imperdonable cursilería.
De sus ocho tracks, hay uno que me llamó poderosamente, seguramente porque refleja el “momento” que vivo, que funge como un sendero luminoso que patentiza en ritmo y verso lo que se siente con desborde. “I know what I Like (In your Wardrobe)”, segundo track.
Escuchar es una cosa, ver es otra. Pero igual vale, si no te gusta el video de esta canción, pues te aseguro que en audio no te arrepentirás.
- ¿Pero no vas a negar que cuando Peter Gabriel abandonó Genesis, la banda entró en una etapa estéril, la huachafería hecha música? –refuté con una pregunta.
- Pueda que tengas razón, pero la gente ubica más a Phil Collins, pues. Muchos hemos crecido con su música. No te malees con un referente generacional. ¿Acaso no te gusta ninguna canción suya?
Me dieron ganas de pararme, tuve esperanzas de que sonara mi celular, cosa que así fingía una reunión de último momento. Pero nada, el cel permaneció en silencio. No tuve otra que seguir conversando con J.
- Mira, no sé si es razonable considerar a Phil Collins un referente generacional. Un cuarentón como tú debe mencionar, por cuestión de gusto, otros nombres.
- En otras palabras, ¿no te gusta nada de Phil Collins?
- Bueno, al menos un par de canciones. No te niego que el tío tiene sus cosas. “Two hearts” y “Do you remember?”, por ejemplo. (Y eso.)
- Pero parece que lo odiaras.
- No lo odio, huevas. Lo que pasa es que cuando Peter Gabriel abandonó Genesis en 1975, la agrupación debió disolverse. Pero no, Phil Collins, el baterista, aprovechó ese espacio vacío para liderar la banda. Y la cagó. Así de simple. El espíritu de Genesis era Peter Gabriel. Algo parecido pasó cuando Robert Fripp dejó King Crimson, con la diferencia de que esta banda jamás ha caído en la huachafada que Genesis sí. ¿Entiendes?
- Más o menos.
- No importa. El asunto es que no me gusta Phil Collins. Y no digo que sea un mal músico. No gustar no es lo mismo a que sea malo.
Seguimos conversando un poco más. Ya íbamos por la cuarta ronda de chelas. Y luego de media hora hablando de las lluvias con calor, me despedí.
En el taxi, rumbo a casa, me puse a pensar en Genesis. Siglos que no lo escuchaba.
Ya en la comodidad de mi habitación, busqué los discos de Genesis, los cuales me costaron encontrar porque estaban muy bien camuflados entre pósters y estuches apilados.
Escogí uno al azar. FOXTROT (1972) es el cuarto LP de la banda, y a opinión de los “conocedores”, el mejor; superior por instantes al clásico SELLING ENGLAND BY THE POUND (1973).
Antes de adentrarme en el “blanco” comienzo con el “Watcher of the skies”, leí PANZER PLASTIC de Montserrat Álvarez y TRAS LAS HUELLAS DE ITACA, la plaqueta editada por Ediciones Copé que trae una selección de poemas de Jorge Eslava y Eduardo Chirinos. Contra lo que podía esperar, lo de Montserrat Álvarez sí me gustó, y mucho.
Y ya con dosis de buena poesía, pulsé play y el disco soltó los tracks.
Un grupazo Genesis. Un genio Peter Gabriel. Y muy esforzado Phil Collins. Lo escuché dos veces seguidas.
Al rato, coloco el SELLING ENGLAND BY THE POUND.
Pues bien, hay momentos inasibles a los alcances de las palabras. Si intentara definirlo caería en una imperdonable cursilería.
De sus ocho tracks, hay uno que me llamó poderosamente, seguramente porque refleja el “momento” que vivo, que funge como un sendero luminoso que patentiza en ritmo y verso lo que se siente con desborde. “I know what I Like (In your Wardrobe)”, segundo track.
Escuchar es una cosa, ver es otra. Pero igual vale, si no te gusta el video de esta canción, pues te aseguro que en audio no te arrepentirás.
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