DFW
Luego de mi trabajólica sesión de investigación en la hemeroteca de la Biblioteca Nacional –ando a la caza de crímenes pasionales de las dos primeras décadas del siglo XX-, bajé a la cafetería por una Coca Cola y un pie de limón. Me puse a responder algunos correos electrónicos, en uno de ellos un amigo me preguntaba si le podía prestar mi ejemplar de LA BROMA INFINITA, de David Foster Wallace. Le respondí que no tenía LBI. Y en menos de un minuto recibo otro mail de este amigo, que me decía que pensaba que lo tenía, y no tardé en responderle que leí ese suculento e iluminador ladrillo gracias a las gestiones de un conocido que me lo dio para que lo leyera en el curso de quince días, de paso le di indiqué el lugar en donde lo podía comprar, aunque eso sí, debía estar dispuesto a secar la billetera ya que el ejemplar cuesta 189 soles, ni más ni menos.
Regresando a casa, estuve pensando en DFW. Todo un paranoico de los detalles, como puede verse, por ejemplo, en ENTREVISTAS BREVES CON HOMBRES REPULSIVOS y sus kilométricos pies de página. En fin. Sin duda alguna, leerlo y releerlo sigue siendo una gratificante experiencia, como lector me llevó a sentir la conocida máxima de José Lezama Lima. Seguramente para otros habrá sido fácil abordarlo.
Lo que sí temo es que empiece a hablarse más de su suicidio que de su obra. Aunque ese temor ya es lamentablemente una realidad. Ojalá me equivoque.
Pues bien, buscando en Youtube encontré lo que para mí es la referencia en video más completa que se tenga de DFW. En la extensa entrevista que verán, si gustan, el escritor, considerado a la fecha el más representativo de su generación, hace alarde de un envidiable nivel cultural, cultural y literario, aunque eso sí, no me gustaron sus opiniones sobre los hijos de Dumas Stephen King y Tom Clancy. No importa, a los tocados por el duende se les perdona todo.
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