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Pensaba pasar la noche del sábado en
casa, encerrado hasta el lunes y así ahorrarme todas las manifestaciones huachafas
que ocurrirían el domingo. Mas recibí una llamada de Jessica, que me dijo que
requerían de mi presencia, esa presencia que me lleva a solucionar problemas
colectivos.
Volví a ducharme y me alisté para ir al
centro.
Primero fui donde “Hombre sabio”,
conversé un toque con él. De allí me encaminé a solucionar el impase, a
escuchar y proponer salidas para el grupo congregado que me esperaba. Escuchaba
y hablaba, y cuando se tenía que hablar grueso, hablaba grueso. El cel comenzó
a vibrar. Era “El caminante”, que estaba con “Jeremy” en Polvos Azules
comprando películas. “El caminante” me mandó un mensaje de texto, preguntándome
cuál era la película que me debía para comprármela. No recordaba el título de
la película. Le dije que lo llamaría en unos minutos.
Cuando lo llamé había pasado más de una
hora. “El caminante” y “Jeremy” se encontraban en un chifa de Alfonso Ugarte.
Eran las 9 de la noche.
Fui al encuentro de los Zepitas. En el
trayecto me topo con Jacqueline, una de las mujeres más corajudas y luchadoras
que conozco. Ella se encontraba haciendo unas compras en Metro y me dijo que
tenía para rato. Le digo que yo estaba yendo donde unos patas y que volvería a
darle el alcance. Se lo dije por cumplir, porque no pensaba regresar.
Me encuentro con los Zepitas y Ángel,
que ya estaban dando cuenta de generosos platos de chifa. Tomo asiento y pido
el clásico chaufa especial más una Coca Cola personal. Los Zepitas habían
estado de compras y les pido que me enseñen sus adquisiciones. Me alegra, no lo
niego, que ahora sepan comprar, que privilegien más el olfato lector, eso se
podía deducir de títulos como Submundo,
Novela con cocaína y Meridiano de sangre. Los Zepitas ya no
son los que conocí, hace tres años, ahora son lectores maduros a quienes les
interesa por sobre todas las cosas las lecturas exigentes. A Ángel le hablo de
la importancia de Hijo de Jesus de
Denis Johnson, libro que le pasé hace un par de semanas y que ya ha terminado
de leer.
Le pregunto a “Jeremy” por “Cachetada
Nocturna”, específicamente por la fecha en que será publicada su novela
ganadora del Copé. Confiamos en lo que podría significar esta novela para la
actualidad de la narrativa peruana, “Cachetada” es la voz. Además, los ojos del
mundo literario están atentos a lo que los Zepitas vayan a hacer.
Los Zepitas se han ganado un culo de
enemigos, pero sé que saldrán airosos, talento y lecturas les sobra para
regalar, sobre todo a los bebés de “Chalina suicida”, que como buenos miran por
encima del hombro lo que vienen haciendo los Zepitas, que en los próximos días
darán más de una sorpresa. Conozco a los bebés de “Chalina” y cuando los vea
les voy a aconsejar, primero, que empiecen a vivir, que liberen todo ese odio
gratuito y envidia, en sí justificada, por medio del sexo, que a todas luces
les hace falta. En fin, solo eso con los “Chalina Kids”, suave para empezar.
Aprovechando que tenía al grupo reunido,
a excepción de “Mr. Chela”, a quien Ángel inmortalizó en un video que grabó con
su celular la noche del viernes, un video en el que “Mr. Chela” aparece en el más
completo estado de gracia, hecho que lo hizo dormir todo el día sábado.
Nos quedamos conversando más tiempo del
que pensaba, porque vino Lérida, amiga del “Caminante”, que me cayó muy bien por su
naturalidad y jovialidad.
Cerca de la medianoche me despido de
ellos, que se van en dirección a la Plaza Bolognesi. En cambio yo me dirijo por
Alfonso Ugarte hasta Uruguay, en donde no solo me vuelvo a encontrar con
Jacqueline, sino también con Valderrama, su esposo. Nos quedamos conversando y
los acompaño de regreso a Quilca, en donde me encuentro con “Niño Goyito”, “Chamán”
y el popular “ADN”.
Me llama la atención, no me sorprende
ver a centenares de puntas bebiendo en la vereda, pero sí me llama la atención
que muchas puntas rockeras se dirijan a Caylloma. ¿Habrá un concierto?, me
pregunto. Esa pregunta es la que se mantiene en mi cabeza, mientras bebemos
algunas cervezas en el restaurante de la “Señora Cienfuegos”. La pregunta
consigue una respuesta lógica al ver a Roldán con su novia. Roldán me dice que
sí, que hay tres conciertos en Caylloma. No lo pienso mucho, en un toque me
daré una vuelta, al menos entraré a uno de esos conciertos. Después de media
hora me dirijo a los lugares de las tocadas. La tocada del Salón Imperial es la
que me seduce más. Me dispongo a entrar, pero “Niño Goyito” y “ADN” me pasan la
voz. Están discutiendo y quieren que yo sea la voz autorizada a poner en orden
sus dudas y crisis existenciales. Pero antes de escucharlos, me interesa saber
por qué al popular “ADN” le dicen “ADN”. Me lo imagino, pero quiero saber la
versión oficial, su versión.
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