huir
Hace un par de semana vi una película
que bien haríamos en buscar en el circuito alternativo: Get Out (2017) de Jordan Peele. Entre tanta basura que nos ofrece
la cartelera local, esta película significó una luz, aunque solo durara un par
de semanas en salas limeñas. Algunos amigos, cuyas recomendaciones tomo en
cuenta, me hablaron bien de la película, al punto que uno de estos la calificó
de “obra maestra caleta”.
Por ello, fui, la vi, pero ante todo, la
disfruté. Es cierto que no es una obra maestra, pero es muy cumplidora como
historia y fiel a la simplicidad de las leyes narrativas. En su sencillez
descansa su mayor mérito, del mismo modo sus desaciertos.
Peele nos presenta al fotógrafo Chris (Daniel
Kaluuya) y Rose (Allison William), que conforman una feliz pareja interracial.
Llevan cinco meses de relación y nada parece alterar el amor y cariño que se
profesan. Pero Rose presentará a Chris a sus padres, lo que genera ciertos
reparos iniciales en él. La pregunta se justifica: ¿cómo reaccionarán ante el
novio negro el neurocirujano Dean Armitage (Bradley Whitford) y la psiquiatra
Missy Armitage (Catherine Keener)? Pero Rose despeja sus dudas, no tiene nada
de qué preocuparse.
Una vez en la casa de campo de los
Armitage, las cosas para Chris pasan de la recepción cordial al maltrato
emocional. Para tal fin, colaboran el hermano de Rose, Jeremy Armitage, los
empleados negros de la casa y, en especial, la llegada de los invitados a una reunión anual organizada por los Armitage, de la que Chris y Rose deciden
participar pese a que no tenían idea de la realización de la misma.
Como indicamos líneas atrás, Peele se
muestra fiel a la sencillez lineal. Sus personajes centrales no pudieron estar
mejor definidos: Chris, Rose y Missy cumplen sus roles en su función simbólica:
la víctima, la manipuladora y la líder de una organización criminal de tintes
nazis, cuyo fin es buscar la perfección física, detalle que nos recuerda a Los ríos de color púrpura de Mathieu
Kassovitz.
Deducimos que Peele se asume como un
aventajado primerizo, puesto que es posible detectar influencias, pensemos en
Kubrick, Carpenter y Lynch, como bien indicó Federico de Cardenas. Sin embargo,
Peele no entrega una película tributaria, sabía que su historia no podía
prestarse a una plasticidad interpretativa, ni mucho menos aspirar a una
epifanía partiendo de ellas. En otras palabras, todo lo que podía transmitir Get Out lo consigue en los cotos de su
argumento, por ello, no nos sorprende que el presente trabajo sea una historia
cerrada, ajena del final abierto. Es precisamente en esta intención que vemos
lo mejor de la película, como la violenta liberación de Chris, y también sus
baches, relacionados con el apuro por cerrar la historia sin dejar cabos
sueltos.
Hablamos de una película de divertimento,
sí, pero una signada por su inteligencia. Una película que no tima al
espectador y que nos hubiese gustado que goce de mayor tiempo de exhibición.
Pero tampoco podemos pedir mucho, y no solo por la conveniencia comercial de
las salas de cine, sino también porque a estas alturas es difícil encontrar
espectadores (no necesariamente cinéfilos) que sepan apreciar una película
divertida bien contada. Pero lo mejor, lo que importa a fin de cuentas es que Get Out nos ubica en el radar a Peele,
un director al que tendríamos que anotar sus señas.
2 Comentarios:
En realidad la traducción del titulo al español es el siguiente: Huye, o también podríamos agregar signos de exclamación y tener un sentido más adecuado de la película: ¡Huye!
así es
por eso no entrecomillo el título del post
G
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