viernes, julio 07, 2017

indulto / cerrar

Mientras espero la hora de la marcha contra el posible indulto a Fujimori, me pongo a revisar un texto que escribí días atrás y que en las próximas horas publicaré.
Queda claro que un indulto a Fujimori sería no menos que un retroceso para el país, pero más que analizar su aciaga posibilidad, presto atención a su causa. En este sentido, muchos privilegiados de la educación y la cultura tendrían que aceptar su culpa por la dejadez y la soberbia que los llevó a subestimar una fuerza política compuesta de millones de peruanos a la espera de un despertar. Este despertar lo acabamos de ver meses atrás con la hija del dictador y posiblemente a futuro con el menor de los Fujimori. Joda o no: la gente ama a Kenji. Solo hay que caminar por las calles para corroborarlo. 
No se aprovechó, cuando se pudo, la oportunidad de socavar el discurso fujimorista y ahora somos infelices testigos de su renacimiento, expresado en ese bestialismo carente de formas para el diálogo. Podría parecer exagerado y hasta excluyente, pero en mi experiencia personal no he conocido a fujimorista alguno que pueda calificar de inteligente, por el contrario, todos ubicados a años luz de la cultura y el pensamiento. Por eso, ante la dejadez de los años, ahora tenemos que salir a las calles a protestar contra lo que podría ser la mayor mancha moral en nuestra historia republicana, cuando la solución está a la vista, avalada y protegida por la constitución: cerrar el congreso.

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