seditas y desatados
Bueno, nuestra intelectualidad es lo
máximo. Si alguna vez queremos ver ejemplos de coherencia en su dimensión sin
atenuantes, solo habría que fijarnos en nuestros indignados de las redes
sociales.
Claro, se puede criticar las fallas de
nuestro sistema judicial, cuestionar por qué Ollanta Humala y Nadine Heredia
han sido sentenciados a prisión preventiva, cuando Alan García y Alejandro Toledo
aún siguen libres. En este sentido, vale el reclamo de nuestros filósofos y
revolucionarios de las redes, y queda en la población pensante y de buena
voluntad ejercer todo tipo de presión para que los criterios de justicia se
cumplan para todos, no solo para los menos sinvergüenzas.
Pues bien, ¿alguien en su sano juicio
sería capaz de aseverar que Humala y Heredia son inocentes de los cargos que
les acusan? Apliquemos el sentido común y no nos prestemos a los sinuosos
discursos legales, que como tales pueden brindar presunción de inocencia hasta
en gentuza como “Caracol”.
Pongámonos serios y aferrémonos a los
principios que se proclama defender. Partiendo de esta base, no nos toparíamos
con tanto intelectual barato que pretende conducir hacia los terrenos del hueveo
un hecho evidente, como acabo de ver en Gustavo Faverón y “Chibolín”. Al menos
el primero no olvidó tomar su agüita de azahar y por ello se muestra sedita en
su discurso tras el fallo del juez Richard Concepción; en cambio el segundo,
fiel a su estilo de la indignación estratégica, se desata, se le cruzan los
chicotes una vez más en su esperado show para la platea ávida de diversión.
No me alegra lo de Humala y Heredia, por
el contrario, me apena lo que esto significa para el país. Nuestros últimos
presidentes vienen siendo acusados de corrupción y lo ideal es reflexionar
sobre este daño moral que se ramifica en cada uno de nuestros ámbitos como
sociedad, daño que vemos hasta en los llamados mentores de la superioridad
moral, porque me pregunto, y más allá de este fallo de la prisión preventiva:
¿no creen que es hora de dejar los ánimos amicales e ideológicos de lado cuando
sobre Humala recaen acusaciones sobre violación de derechos humanos, más aún
cuando vienen apareciendo cadáveres (eso: cadáveres) que refuerzan la leyenda
negra del ex “Capitán Carlos”? Ojalá algún día el sedita y el desatado puedan decir
algo al respecto. Hacerse el desentendido con un asesino no es moco de pavo,
muchachones.
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