Las Variaciones Goldberg
Tengo la suerte de tener un gran amigo llamado Mauricio Carbajal –el mejor pianista del Conservatorio Nacional de Música-, quien de alguna u otra manera, siempre se las ingenia para brindarme alguna opción musical distinta que no solo se circunscriba a mi desenfrenado gusto por el rock sesentero y setentero. Gracias a él es que he podido conocer piezas de una gran valía personal como La catedral sumergida, de Claude Debussy, o el valorar a músicos como Mahler, Stravinsky o el cimentar aún más mi desafecto por todo lo que escuche de Brahms.
Pero algo que sí le debo y que no sé hasta el día de hoy cómo pagarle, es el haber conocido una de las piezas que no dejan de acompañarme en mis noches de insomnio –pensé que lo había superado, pero el sueño normal me duró a lo mucho una semana-, pues bien, me refiero a Las Variaciones Goldberg.
Recuerdo que Mauricio vino un día a mi casa trayendo ingente cantidad de discos, yo estaba sentado frente a la PC revisando unos artículos bajo la asesoría de Nesho, mi gato –que en paz descanse el travieso-, y él, sin ni siquiera decir Hola, me dijo que tenía que escuchar de todas maneras una joya. Dejé de lado mis quehaceres, coloqué el CD y empecé a dejarme llevar por el ritmo de los teclados. Para ese entonces, ya había escuchado otras versiones de LVG, las mismas que no me habían gustado para nada, pero la que estaba escuchando tenía algo que las demás no tenían: ofrecían un toque de pasión y entrega que hacían que la melodía se moviera como un susurro malicioso en mi sana conciencia. La versión que escuchaba era ejecutada por el pianista canadiense Glenn Glould, y por lo que me contaba mi pata, se trataba de una segunda versión ya que en 1955 Gould había grabado la primera de LVG, pero que esta tenía algunas imperfecciones, pero años después, en 1981, Gould realizó la versión que terminó por quedarse en el imaginario millones de melómanos. Así es que no lo dudé ni un instante y grabé el CD en la memoria de mi PC. Horas después Mauricio se retiró y me quedé con Nesho escuchando una y otra vez esta extensa pieza, y como una cosa lleva a otra, y para completar el Nirvana sensorial, Nesho me alcanzó un poco de la marihuana que tenía entre sus afiladas garras, en esos años teníamos provisiones que nos duraba siglos. Aquellos tiempos.
Como se sabe, hay varias historias que se tejen alrededor de la creación entre La Variaciones Goldberg y Bach, algunas nuevas han aparecido en estos años, pero yo me quedo con la que se ajusta más a una realidad literaria, o sea, mucho más exquisita y oscura, la que te permite esbozar la idea de algo que pueda plasmarse en papel.
La historia cuenta que Hermann Carl von Keyserlingk, conde de Sajonia, encargó a Bach la composición de una pieza ya que este padecía de insomnio y deseaba a cómo de lugar algún tipo de sosiego para sus noches en blanco, la misma que sería ejecutada por el clavicembalista Johann Gottlieb Goldberg (he allí el origen de cómo conocemos a estas variaciones), y Bach no tuvo otra que hacerlo puesto que este conde era una especie de mecenas que también le había ayudado en su carrera musical. Y también sumemos el detalle que el joven Goldberg era alumno de Bach. Como se ha dicho en una ocasión, esto parecía ser una especie de confabulación contra el inocente Goldberg quien tenía que soplarse las madrugadas ejecutando la pieza que llevó el nombre de "Aria con Diversas Variaciones para el Clavicémbalo con 2 manuales," pero ya nadie se acuerda de ese nombre.
Lo cierto es que mis madrugadas de insomnio las paso escuchando en repeat esta composición, prácticamente me tengo calculado el momento en el que se va a dar cada movimiento, pero eso sí, siempre bajo la ejecución de Glenn Gould puesto que si esta pieza sobrevive y sobrevivirá se debe al toque y nuevo enfoque que le dio este pianista canadiense.
Pero estoy seguro que en algún momento todos hemos escuchado parte de esta sempiterna composición. Para muestra un detalle, o mejor dicho, una pregunta con implícita respuesta: ¿se acuerdan de El silencio de los inocentes, cuando tienen enjaulado a Hannibal Lecter en un edificio de Chicago, en el que tiene muchos dibujos de Clarice sobre su mesa?
Dato aparte, durante toda la presentación de mi novela –noviembre de 2005- se tuvo a esta pieza musical como banda sonora de la misma, y mi furia casi se desata cuando uno de los presentadores –que no fue Alonso Cueto, indudablemente- me preguntó si se trataba de Richard Clayderman. No me enfurecí por el hecho que no sepa de Las Varaiaciones Goldberg sino por el haberlo confundido con un imbécil cuya música se escucha en aeropuertos, ascensores y recepciones. En fin.
Video, Glenn Gould, parte de Las Variaciones Goldberg.
Pero algo que sí le debo y que no sé hasta el día de hoy cómo pagarle, es el haber conocido una de las piezas que no dejan de acompañarme en mis noches de insomnio –pensé que lo había superado, pero el sueño normal me duró a lo mucho una semana-, pues bien, me refiero a Las Variaciones Goldberg.
Recuerdo que Mauricio vino un día a mi casa trayendo ingente cantidad de discos, yo estaba sentado frente a la PC revisando unos artículos bajo la asesoría de Nesho, mi gato –que en paz descanse el travieso-, y él, sin ni siquiera decir Hola, me dijo que tenía que escuchar de todas maneras una joya. Dejé de lado mis quehaceres, coloqué el CD y empecé a dejarme llevar por el ritmo de los teclados. Para ese entonces, ya había escuchado otras versiones de LVG, las mismas que no me habían gustado para nada, pero la que estaba escuchando tenía algo que las demás no tenían: ofrecían un toque de pasión y entrega que hacían que la melodía se moviera como un susurro malicioso en mi sana conciencia. La versión que escuchaba era ejecutada por el pianista canadiense Glenn Glould, y por lo que me contaba mi pata, se trataba de una segunda versión ya que en 1955 Gould había grabado la primera de LVG, pero que esta tenía algunas imperfecciones, pero años después, en 1981, Gould realizó la versión que terminó por quedarse en el imaginario millones de melómanos. Así es que no lo dudé ni un instante y grabé el CD en la memoria de mi PC. Horas después Mauricio se retiró y me quedé con Nesho escuchando una y otra vez esta extensa pieza, y como una cosa lleva a otra, y para completar el Nirvana sensorial, Nesho me alcanzó un poco de la marihuana que tenía entre sus afiladas garras, en esos años teníamos provisiones que nos duraba siglos. Aquellos tiempos.
Como se sabe, hay varias historias que se tejen alrededor de la creación entre La Variaciones Goldberg y Bach, algunas nuevas han aparecido en estos años, pero yo me quedo con la que se ajusta más a una realidad literaria, o sea, mucho más exquisita y oscura, la que te permite esbozar la idea de algo que pueda plasmarse en papel.
La historia cuenta que Hermann Carl von Keyserlingk, conde de Sajonia, encargó a Bach la composición de una pieza ya que este padecía de insomnio y deseaba a cómo de lugar algún tipo de sosiego para sus noches en blanco, la misma que sería ejecutada por el clavicembalista Johann Gottlieb Goldberg (he allí el origen de cómo conocemos a estas variaciones), y Bach no tuvo otra que hacerlo puesto que este conde era una especie de mecenas que también le había ayudado en su carrera musical. Y también sumemos el detalle que el joven Goldberg era alumno de Bach. Como se ha dicho en una ocasión, esto parecía ser una especie de confabulación contra el inocente Goldberg quien tenía que soplarse las madrugadas ejecutando la pieza que llevó el nombre de "Aria con Diversas Variaciones para el Clavicémbalo con 2 manuales," pero ya nadie se acuerda de ese nombre.
Lo cierto es que mis madrugadas de insomnio las paso escuchando en repeat esta composición, prácticamente me tengo calculado el momento en el que se va a dar cada movimiento, pero eso sí, siempre bajo la ejecución de Glenn Gould puesto que si esta pieza sobrevive y sobrevivirá se debe al toque y nuevo enfoque que le dio este pianista canadiense.
Pero estoy seguro que en algún momento todos hemos escuchado parte de esta sempiterna composición. Para muestra un detalle, o mejor dicho, una pregunta con implícita respuesta: ¿se acuerdan de El silencio de los inocentes, cuando tienen enjaulado a Hannibal Lecter en un edificio de Chicago, en el que tiene muchos dibujos de Clarice sobre su mesa?
Dato aparte, durante toda la presentación de mi novela –noviembre de 2005- se tuvo a esta pieza musical como banda sonora de la misma, y mi furia casi se desata cuando uno de los presentadores –que no fue Alonso Cueto, indudablemente- me preguntó si se trataba de Richard Clayderman. No me enfurecí por el hecho que no sepa de Las Varaiaciones Goldberg sino por el haberlo confundido con un imbécil cuya música se escucha en aeropuertos, ascensores y recepciones. En fin.
Video, Glenn Gould, parte de Las Variaciones Goldberg.
10 Comentarios:
Es una bella pieza de la cual hay una hermosísima versión en piano del chileno Claudio Arrau.
hola, gracias por el interesante dato sobre esta pieza majestuosa, soy de Ecuador y no he logrado conseguir el disco interpretado por este maestro canadiense, podrias mandarme una copia a mi e-mail? dadidnereida@hotmail.com
gracias y suerte.
paso...el clásico chibolo google...q todo lo ve todo lo sabe ya fue este floro...."ay me moleste x q lo confundio con clayderman" IT SO FUCKING GAY
Este Goldberg me lo encuetro ya hasta en la sopa, a ver si averiguo de que va.
(para el inbécil anónimo de antes)
No tienes ni puta idea de música sogillipollas, si, anda, pasa de esto y no metas tus narices de ignorante total en estos temas. Sigue escuhando tus gupos de mierda que solo saben hacer quintas y octabas seguidas y encima tocarlas como si estubieran cagando.
Para la rareza de las 12 y 31: si no te gusta el post, pues pasa de largo, es triste hacerse el irónico ocultándose en el anonimato.
De acuerdo con José Vicente Pardo, pero modere su lenguaje para la próxima. ¿ok?
G.
Te amo Gaby.
Eres un sobrado, te estuve pasando la voz en Nébula y no me hiciste caso. ¿Ya no te acuerdas de mí?
Besitos
Así te llamas o Gina D es tu apelativo de batalla?
En estos dos últimos meses no he pisado Nébula.
G.
Hay una increíble transcripción (con su correspondiente grabación) de éstas bellas Variaciones Goldberg para guitarra de 8 cuerdas que hizo el guitarrista József Eötvös. Si pueden encontrar o comprar el disco, se las recomiendo ampliamente. Saludos.
En mi opinión esta sobrevalorada la versión de Glenn Gould por su carácter apasionado. He oido en directo la versión de Daniel Baremboin y me gustó mucho más. Tb la de Wilhelm Kempff es mucho más serena.Tengo que escuchar la de Claudio Arrau que propone Daniel. La música de Bach como siempre buenísima. Saludos.
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