Roberto Fontanarrosa (1944 - 2007)
Son las 4 a.m. del viernes. Terminé de releer algunas páginas de esa peligrosa novela de Martin Amis, Dinero. Me puse a revisar algunos blogs y me topé con este post en Puente Aéreo.
Cuando se menciona a Fontanarrosa mis recuerdos me remontan a los 16 años cuando un amigo de adolescencia, gran aficionado a las historietas, me prestó un tomo con todas las peripecias de ese "cara de bebe" iconoclasta de Boogie el aceitoso. También Fontanarrosa me lleva al que quizá haya sido el único momento de mi vida en el que me haya portado como un patán con una mujer, cuando sentados en la mesa de un restorán, le mostré a una amiga la edición de Alfaguara de todos los cuentos completos del legendario rosarino, y ella, aficionada a la historieta, se puso a revisar el libro, y al no encontrar ilustraciones descalificó sin dudar una publicación de más de 500 páginas, ante ese acto, le dije que salía un toque a comprar una cajetilla de cigarros, lógicamente que no regresé. Perdón a la distancia. A veces nuestro fanatismo nos hace cometer tropelías de las que luego uno se arrepiente.
He revisado varios diarios que dan cuenta de la triste noticia, como es de esperarse, no pocos sienten su partida. Me quedo con la reflexión final de Gustavo Faverón a raíz de lo que dijo una vez Fontanarrosa en una entrevista:
"Yo llego a escribir de fútbol porque me gusta el fútbol, no porque me guste la literatura. Me gusta la literatura, sí, pero me gusta más el fútbol". Hay algo profundamente inteligente en esa frase: en ella hay una razón moral que entiende el arte como celebración de la vida. Todo en Fontanarrosa tenía que ver con eso; y eso lo hacía tan genuino.
Y de mi parte, les dejo este corto video de ese gran creador que nos acaba de dejar. Me hubiese gustado subir uno de mayor duración pero este ofrece una mejor resolución.
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