sábado, enero 26, 2008

Lynda

Hay dos formas de levantarse el sábado en la mañana: con una pesadez producto de la juerga que empezó el viernes en la noche, o con mucha soltura gracias a un sueño profundo. Lo ideal es combinar estas dos formas (entre muchas, claro está) para recibir de buena gana a la soleada mañana.

Pues esto me ocurrió hace unas horas. No hay nada que se iguale al hecho de abrir los ojos totalmente relajado y ganarle un partido más al insomnio que me persigue desde los 14 años.

Me puse a leer otra novela de Juan Madrid, “Nada que hacer”, a responder algunos mails, a escuchar música y a zappear por los canales de cable.

Mientras tomaba mi taza de café “edulcorado” con ron, descubrí algo que no sé por qué se me estaba pasando. Me gustan no pocos programas del cable, pero no le había prestado mucha atención al canal 52, TCM, en el cual se transmiten series de TV de antaño. Viendo en su programación encontré S.W.A.T, El superagente 86, La dimensión desconocida, El túnel del tiempo y, por supuesto, La mujer maravilla.


(En el canal 35, Retro, están Los Magníficos, El hombre nuclear y El auto fantástico.)

Es obvio que antes de la llegada del cable, muchos pasábamos horas de horas viendo estas series. Son parte de nuestro imaginario infantil. Y está claro también que estas no le llegan ni a los talones a las de ahora. Un capítulo de 24, Dr. House, Prison Break o Californication se lleva de encuentro a temporadas enteras de las series arriba mencionadas.

Pero de gustos y diferencias no trata este breve post.

El gran motivo del post es Lynda Carter. Verla a las 10 de la mañana como La mujer maravilla es una auténtica bendición, porque más allá de que estamos ante una mujer bellísima, en lo personal siempre voy a sentir una inclinación rendida por las mujeres de carácter. Y Lynda es una de ellas, bajo todo punto de vista.

Tampoco quiero decir que Lynda era una buena actriz, para nada.

Recuerdo muy bien que no tenía mucha predilección por La Mujer Maravilla, pero siempre me llamó la atención, LMM tenía un “algo”, un magnetismo que no se reducía a sus vueltitas donde abandonaba su careta de Diana Prince…

Para quienes no la recuerden, aquí va un video de la serie, con la clásica vueltita y zafándose de un par de mañosos.



(Viendo bien el video, pues estoy convencido de que si esta mujer hubiese nacido en los setenta, fácilmente destronaba a Pamela Anderson de Baywatch.)

Pueda que algunos la tengan presente por su papel casi protagónico en la película “I Posed For Playboy”, en la que dejó sentada, para variar, su condición de mala actriz.

Quizá esté siendo un poquito malo con ella. Y a medida que escribo este post hasta pienso que Lynda puede pertenecer a esa gran gama de buenas actrices que no tuvieron la suerte de que se les adjudiquen papeles idóneos. A veces la belleza juega muy malas pasadas. Por ejemplo: Cybill Shepherd.

Pero también están de las otras, de aquellas que aprovecharon la suerte de un rol preciso. Ejemplo: la gran Debra Winger, quien tuvo un paso fugaz como La Chica Maravilla, pero evidentemente ese fue un error de juventud.

Pese a todo, si quieres volver a ver a Lynda Carter, o si jamás has escuchado de ella, pues hay una solución: sábados y domingos en la mañana. Consulta tu revista de cable.

Imagen, Lynda Carter.

3 Comentarios:

Anonymous Anónimo dijo...

Muy interesante el recuerdo de la Wonder Woman. Pero se te pasó la mano.

2:59 p.m.  
Anonymous Anónimo dijo...

Tienes razón, la Carter es más que la Anderson.

9:19 p.m.  
Blogger Unknown dijo...

Para mi, la mujer mas hermosa que he visto en mi vida, voy enamorado platonicamente de ella como 37 años, desde que tenia 10.
No se si actuaba bien o mal, pero toda la semana esperaba para verla.
Saludos

12:46 p.m.  

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