Emma Suárez
A este blog le faltaba un post dedicado a una de mis actrices favoritas. La española Emma Suárez (Madrid, 1964).
Como quien espera algo sin esperarlo, acabo de ver hace unas horas la mejor película de Julio Medem, LA ARDILLA ROJA (1993), la cual es protagonizada por Suárez. Llevaba mucho tiempo buscándola, la había visto varias veces en la filmoteca (la del Museo de Arte) y una que otra en cable, pero el último jueves, en mi natural abastecimiento de películas donde el buen César en Polvos Azules, se me ocurrió preguntarle si tenía la película justo cuando me estaba retirando. “Desde hace más de un año”, me respondió. “No jodas, y no me decías nada”. “Es que ya no me preguntabas si la tenía”, dijo César mientras me alcanzaba el dvd.
Me desperté sin sueño a las cinco de la madrugada hoy y me puse a mirar la película.
Jota (Nancho Novo) está a punto de suicidarse en una noche de verano, no puede soportar más el abandono de su novia Lisa; sin embargo, desiste de la intención de tirarse por del mirador de una playa al escuchar el sonido de una motocicleta que se dirige al mirador a gran velocidad. Jota corre a auxiliar al motociclista que yace en la arena. Al levantar el visor del casco se da cuenta de que es una mujer (Emma Suárez), él la calma hasta que llegan los paramédicos y la acompaña al hospital, en donde se hace pasar como su novio. Los médicos le comunican que Lisa, como la llama, tiene amnesia a causa del fortísimo golpe en la cabeza y le dicen también que como es un caso atípico, lo ideal es que ella se quede varios días para estudiarla. Jota se muestra de acuerdo, pero termina llevándosela del hospital. Y en una parada en la carretera deciden ir al camping La Ardilla Roja.
Pues bien, queda claro que hay una intención de mentir por parte de Jota, la que lo salva de la depresión que arrastra, pero a medida que corren las escenas, uno se pregunta quién miente a quién, puesto que la amnesia que supuestamente embarga a Lisa solo le duró horas y que en un arranque de vitalismo permitió seguirle la corriente a quien le dijo que era su novio con el que llevaba cuatro años. Ningún acto de la falsa amnésica es gratuito, como tampoco fue un acto de locura cuando se lanzó del mirador con la motocicleta, ella venía huyendo de su esposo, un infeliz llamado Felix (Carmelo Gómez), asesino del volante que en las noches arrolla a cuanta persona se le cruza en la pista, este es todo un enajenado emocional y sexual, que no duda, en una aberrante muestra de amor, ni bien la encuentra en el camping, coger una tijera y desprenderse parte de su mejilla.
Suárez hace gala de una actuación que no descansa en el histrionismo desbordado, no exagera en sus palabras, ni gestos, se desplaza con naturalidad, aun cuando su personaje es invadido por los recuerdos de Félix no es presa de la ingenuidad con “trampa” (SOBREVIVIRÉ, TU NOMBRE ENVENENA MIS SUEÑOS) que tantas críticas le ha deparado. La riqueza de este personaje es su voluntaria degradación, con el que permite confrontarse con sus temores y esperanzas (Félix y Jota), que no es otra cosa que enfrentar la peor de las batallas: la que se libra con uno mismo. Con LAR, Suárez no solo tuvo su primer protagónico, sino que terminó impregnándose en el imaginario de muchos cinéfilos, cinemeros, etc.
En cuanto a su director, pues en LAR no cae en el uso excesivo de sus recursos de siempre: el azar, los sueños, lo paranormal, los que confluyen hasta el hartazgo en buenos y regularones trabajos como VACAS, TIERRA, LOS AMANTES DEL CIRCULO POLAR y LUCÍA Y EL SEXO. En LAR es patente un apreciable equilibrio.
Imagen, Emma Suárez
Como quien espera algo sin esperarlo, acabo de ver hace unas horas la mejor película de Julio Medem, LA ARDILLA ROJA (1993), la cual es protagonizada por Suárez. Llevaba mucho tiempo buscándola, la había visto varias veces en la filmoteca (la del Museo de Arte) y una que otra en cable, pero el último jueves, en mi natural abastecimiento de películas donde el buen César en Polvos Azules, se me ocurrió preguntarle si tenía la película justo cuando me estaba retirando. “Desde hace más de un año”, me respondió. “No jodas, y no me decías nada”. “Es que ya no me preguntabas si la tenía”, dijo César mientras me alcanzaba el dvd.
Me desperté sin sueño a las cinco de la madrugada hoy y me puse a mirar la película.
Jota (Nancho Novo) está a punto de suicidarse en una noche de verano, no puede soportar más el abandono de su novia Lisa; sin embargo, desiste de la intención de tirarse por del mirador de una playa al escuchar el sonido de una motocicleta que se dirige al mirador a gran velocidad. Jota corre a auxiliar al motociclista que yace en la arena. Al levantar el visor del casco se da cuenta de que es una mujer (Emma Suárez), él la calma hasta que llegan los paramédicos y la acompaña al hospital, en donde se hace pasar como su novio. Los médicos le comunican que Lisa, como la llama, tiene amnesia a causa del fortísimo golpe en la cabeza y le dicen también que como es un caso atípico, lo ideal es que ella se quede varios días para estudiarla. Jota se muestra de acuerdo, pero termina llevándosela del hospital. Y en una parada en la carretera deciden ir al camping La Ardilla Roja.
Pues bien, queda claro que hay una intención de mentir por parte de Jota, la que lo salva de la depresión que arrastra, pero a medida que corren las escenas, uno se pregunta quién miente a quién, puesto que la amnesia que supuestamente embarga a Lisa solo le duró horas y que en un arranque de vitalismo permitió seguirle la corriente a quien le dijo que era su novio con el que llevaba cuatro años. Ningún acto de la falsa amnésica es gratuito, como tampoco fue un acto de locura cuando se lanzó del mirador con la motocicleta, ella venía huyendo de su esposo, un infeliz llamado Felix (Carmelo Gómez), asesino del volante que en las noches arrolla a cuanta persona se le cruza en la pista, este es todo un enajenado emocional y sexual, que no duda, en una aberrante muestra de amor, ni bien la encuentra en el camping, coger una tijera y desprenderse parte de su mejilla.
Suárez hace gala de una actuación que no descansa en el histrionismo desbordado, no exagera en sus palabras, ni gestos, se desplaza con naturalidad, aun cuando su personaje es invadido por los recuerdos de Félix no es presa de la ingenuidad con “trampa” (SOBREVIVIRÉ, TU NOMBRE ENVENENA MIS SUEÑOS) que tantas críticas le ha deparado. La riqueza de este personaje es su voluntaria degradación, con el que permite confrontarse con sus temores y esperanzas (Félix y Jota), que no es otra cosa que enfrentar la peor de las batallas: la que se libra con uno mismo. Con LAR, Suárez no solo tuvo su primer protagónico, sino que terminó impregnándose en el imaginario de muchos cinéfilos, cinemeros, etc.
En cuanto a su director, pues en LAR no cae en el uso excesivo de sus recursos de siempre: el azar, los sueños, lo paranormal, los que confluyen hasta el hartazgo en buenos y regularones trabajos como VACAS, TIERRA, LOS AMANTES DEL CIRCULO POLAR y LUCÍA Y EL SEXO. En LAR es patente un apreciable equilibrio.
Imagen, Emma Suárez
2 Comentarios:
Muy bella sin duda fue la tal Emma Suarez. Esa foto es reveladora de su ternura y belleza.
Igual la vi hace años en la Filmoteca de Lima, y aunque alguna vez vi su programación en cable, nunca alcance a volver a verla...que buen dato el de buscarla en polvos...buscare tambien otras de Medem aunque se dice que esta es la mejor!!! Yo sin ver otras, creo q esta es una de las mejores que he visto.
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