9 SONGS
En mi última visita al stand de César (Pasaje 18, Polvos Azules) me llevé no pocas películas, en especial una que andaba buscando: 9 SONGS (2004) del inglés Michael Winterbottom.
Como intento seguir toda la filmografía de Winterbottom, tarea difícil puesto que tiene más de cuarenta trabajos encima, el toparme con 9S significó una buena sorpresa (sin importar el retraso), aunque no por ello esta polémica película esté entre lo mejor que conozca del director, está a años luz de la inolvidable 24 HOUR PARTY PEOPLE, por ejemplo.
Imagino que los que ya la han visto tienen una idea de lo que voy a decir a continuación… Es cierto: en esta película hay harto sexo, el erotismo queda de lado, tenemos en todo su “esplendor” muchas muestras de copulación, masturbación, fellatio, eyaculación, y como tiene que ser, en sintonía con desgarrador rock de madrugada a cargo de Franz Ferdinand, The Von Bondies, Elbow, Black Rebel Motorcycle Club, Super Furry Animals, Dandy Warhols, Primal Scream y Michael Nyman, los que nos dan un respiro del proceso emocional y sexual de sus dos personajes, Matt y Lisa.
Matt (Kieran O´Brien) es un climatólogo inglés que trabajará en La Antártida, mientras vuela sobre el interminable hielo recuerda a Lisa (Margo Stilley), la estudiante norteamericana de intercambio que conoció en un concierto de Black Rebel Motorcycle en el Brixton Academy, con quien pasó casi un año recorriendo Londres y otras ciudades, y por supuesto, tirando sin parar, como bien lo dice, de arranque, el buen y triste hombre estudioso del clima: “Cuando me acuerdo de Lisa, no pienso en su ropa, ni en su trabajo, ni de dónde era, ni siquiera en lo que decía. Pienso en su olor, su sabor. Su piel tocando la mía”.
Estamos, como puede colegirse, ante el testimonio de un enajenado que cometió el craso error, imperdonable, de fusionar el sexo y el amor con una mujer de 21 años que lo único que quería era levantarse a alguien mientras hacía suyas las letras del “Whatever Happened To My Rock And Roll” de BRM.
Lo que estaba destinado en ser un choque y fuga, se extiende en una serie de encuentros en los que Matt entrega lo que Lisa no: sus sentimientos, porque es su actitud y lo que le cuenta a ella lo que marca la incoherencia de la frase inicial con la que pretende hacernos creer que mantiene el recuerdo de la estudiante norteamericana por el hecho de haber sido muy buena en la cama con él, lo cual es cierto, pero a medida que vamos siendo testigos de las demostraciones hormonales de la pareja, nos damos cuenta de que el climatólogo es un perdido enamorado, Lisa no solo representa la intensidad sexual, sino también el amor.
Como intento seguir toda la filmografía de Winterbottom, tarea difícil puesto que tiene más de cuarenta trabajos encima, el toparme con 9S significó una buena sorpresa (sin importar el retraso), aunque no por ello esta polémica película esté entre lo mejor que conozca del director, está a años luz de la inolvidable 24 HOUR PARTY PEOPLE, por ejemplo.
Imagino que los que ya la han visto tienen una idea de lo que voy a decir a continuación… Es cierto: en esta película hay harto sexo, el erotismo queda de lado, tenemos en todo su “esplendor” muchas muestras de copulación, masturbación, fellatio, eyaculación, y como tiene que ser, en sintonía con desgarrador rock de madrugada a cargo de Franz Ferdinand, The Von Bondies, Elbow, Black Rebel Motorcycle Club, Super Furry Animals, Dandy Warhols, Primal Scream y Michael Nyman, los que nos dan un respiro del proceso emocional y sexual de sus dos personajes, Matt y Lisa.
Matt (Kieran O´Brien) es un climatólogo inglés que trabajará en La Antártida, mientras vuela sobre el interminable hielo recuerda a Lisa (Margo Stilley), la estudiante norteamericana de intercambio que conoció en un concierto de Black Rebel Motorcycle en el Brixton Academy, con quien pasó casi un año recorriendo Londres y otras ciudades, y por supuesto, tirando sin parar, como bien lo dice, de arranque, el buen y triste hombre estudioso del clima: “Cuando me acuerdo de Lisa, no pienso en su ropa, ni en su trabajo, ni de dónde era, ni siquiera en lo que decía. Pienso en su olor, su sabor. Su piel tocando la mía”.
Estamos, como puede colegirse, ante el testimonio de un enajenado que cometió el craso error, imperdonable, de fusionar el sexo y el amor con una mujer de 21 años que lo único que quería era levantarse a alguien mientras hacía suyas las letras del “Whatever Happened To My Rock And Roll” de BRM.
Lo que estaba destinado en ser un choque y fuga, se extiende en una serie de encuentros en los que Matt entrega lo que Lisa no: sus sentimientos, porque es su actitud y lo que le cuenta a ella lo que marca la incoherencia de la frase inicial con la que pretende hacernos creer que mantiene el recuerdo de la estudiante norteamericana por el hecho de haber sido muy buena en la cama con él, lo cual es cierto, pero a medida que vamos siendo testigos de las demostraciones hormonales de la pareja, nos damos cuenta de que el climatólogo es un perdido enamorado, Lisa no solo representa la intensidad sexual, sino también el amor.
Lisa está en otra, sabe muy bien que pronto deberá irse y no permite que Matt entre en su vida, tal y como puede notarse cuando este la invita a salir en el día de Acción de Gracias y ella le responde que ya hizo planes para salir con unos amigos, “te aburrirías”, rematándola con un contundente “tu cena está muy buena”.
Como todo tiene su final, y con razón en una relación basada en el sexo y los sentimientos descompensados, vale llamar la atención el sublime tributo del director a la que es para mí la mejor película de Woody Allen, MANHATTAN. Lo dicho por Lisa es un calco de Tracy (Mariel Hemingway) ante el desconcertado Isaac Davis (W. Allen).
Imagen, 9 SONGS
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