jueves, marzo 02, 2017

eip / salvador del solar

En más de una ocasión me he mostrado sumamente crítico con la institución Editores Independientes del Perú (EIP). Detallar mis reparos, al menos en este post, sería una pérdida de tiempo. Sin embargo, esta vez sí sintonizo con lo que piden mediante una carta abierta a Salvador del Solar, el Ministro de Cultura del Perú.
Como es de conocimiento público, el Ministerio de Cultura ha anunciado la conformación de una Comisión Consultiva para elaborar la Política Nacional de Cultura proyectado para el bicentenario nacional. Estamos ante una iniciativa que debemos saludar y deseamos que su anuncio se vea representado en la acción de su voluntad y que no yazca en los terrenos de los entusiasmos.
Sin embargo, basta ver los nombres de quienes conforman esta Comisión, y sin dudar de sus capacidades profesionales, para darse cuenta de que estamos a un grupo humano demasiado sesgado, identificado con las problemáticas nacionales que representan, mas estas no son parte de la problemática principal que debería combatir este ministerio.
En tal sentido, lo que pide el EIP tiene mucho sentido, y restando su (involuntario) demagógico pedido que sitúa en el mismo rubro editorial al cine y la música, debemos subrayar que esta Comisión tiene que contar con un representante del sector editorial. Se sobreentiende un representante que goce de la anuencia de los que conforman el circuito editorial en general, como también de la extensión que se desprende de este, es decir, libreros, librerías e instituciones privadas y estatales dedicadas al fomento de la lectura.
Sorprende, pues, que Salvador del Solar no haya reparado en esta ausencia. Si entendemos la problemática cultural nacional, no será difícil hallar su antídoto, así suene a canto de guerra: solo la promoción de la lectura podrá rescatar a este país del calamitoso nivel cultural que muchos peruanos, por ejemplo, como los de la nueva generación, exhiben sin el más mínimo empacho de vergüenza. Y sorprende doblemente que esté escribiendo al respecto puesto que sé, y lo sé porque me consta, que Del Solar es un lector para nada esporádico. Es decir, no hablo de una persona divorciada de la lectura y la cultura como sí lo fueron sus antecesores en el cargo Jorge Nieto Montesinos y Diana Álvarez-Calderón, que llegaron a esa cartera ministerial por compensaciones políticas y recomendaciones personales (Álvarez Calderón, a saber, fue la apuesta de Vargas Llosa) y que por tal motivo tuvieron el desempeño que exhibieron; el primero, incapaz de luchar contra la corrupción de la Biblioteca Nacional, haciendo oídos sordos a los reclamos justificados de su ex director Ramón Mujica; y de la segunda, bueno, poco o nada se puede decir de la amiga de nuestro Nobel de Literatura, tan desconectada de la realidad, más concentrada en aparentar eficiencia sin percatarse de que su gestión estaba marcada por la frivolidad y la incompetencia. 
Es obvio. La Comisión Consultiva necesita contar con un representante del sector editorial. Y la razón es muy simple: la base de la cultura es la lectura. Cualquier opinión contraria es mera monserga de gestor cultural esclavo de las calculadoras. Por este solo motivo, apoyo la carta abierta del EIP, la misma que pueden leer aquí.

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