cuando no se condena
Hasta el momento, tres muertos dejan las
protestas en Venezuela. Como ya se indicó en este blog, y para aquellos que aún
no lo sepan, las protestas en dicho país están criminalizadas. Pero el pueblo
venezolano ya no está dispuesto a soportar más vejámenes de la dictadura de
Maduro, porque este sujeto ya se quitó la careta. Quien defienda esta dictadura
refleja no solo un patente grado de ignorancia, también una visión moral de la
vida que haríamos bien en cuestionar.
Anoche, mientras regresaba a casa,
caminando por la Av. Arequipa, me topé con una manifestación en la embajada
venezolana. La manifestación, conformada por peruanos, estaba a favor de lo que
consideran un gobierno democrático, el cual lucha contra las prácticas oscuras
del imperialismo. Para ser un testigo privilegiado del momento, me adentré en
los islotes humanos. El discurso era prácticamente el mismo. A un par de
manifestantes, aprovechando que les pasé mi encendedor, les pregunté por los
presos políticos venezolanos. Ellos, mujer y hombre, de no más de un cuarto de
siglo, comenzaron a hablarme pestes de Lilian Tintori, que por su culpa este
país soberano y respetuoso de las libertades viene sufriendo de mala prensa.
Felizmente, dijeron su barrabasada mientras prendían sendos puchos.
Me alejé de la protesta, con el mismo
paso cansino que llegué a ella. En los audífonos escuchaba una selección
personal de Yo la Tengo y veía en la pantalla del cel las noticias. Me fijaba
en especial en las posturas de quienes espero una postura clara en cuanto a lo
que ocurre en el país de los tepuyes. Pero nada, se me presenta la misma
tibieza discursiva, el infaltable hueveo digresivo que les impide desmarcarse,
aunque sea en el verbo, de una dictadura. Lo veo no solo en los líderes
locales, sino también en extranjeros, lo que sustenta cada vez una certeza, que
nos lleva a dejar de lado la lado la sospecha razonable: el chavismo financió
campañas como las de Podemos. En cuanto al contexto local, me apena cada vez
más Verónika Mendoza. ¿Por qué quemar una carrera política a causa del temor de
condenar lo condenable? Su campaña presidencial fue una de las más modestas, si
me dicen que su candidatura no recibió ni un solo dólar, lo creo. Pero esto es insuficiente
para no tenerla en el punto del señalamiento. Su campaña no se benefició
del chavismo, pero quizá ella sí.
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