nervio e intimidad
En cierta ocasión, conversando con uno
de mis mejores amigos, este me preguntó qué le hacía falta a la narrativa
peruana actual. Antes de responderle, le dije que estoy de acuerdo en que la
narrativa peruana del nuevo siglo se anuncia auspiciosa. No era para menos: durante
su primera década tuvimos una eclosión por demás llamativa, especialmente en el
periodo 2004 – 2007, en el que fuimos testigos de cuentarios y novelas que nos
hicieron albergar la esperanza de que entre sus autores se germinaba una obra
maestra. Sin embargo, no imaginé que ese anhelo se diluyera por completo en la
siguiente década. Y no solo eso: siguieron apareciendo muchísimos escritores, que
en cuestiones de trabajo formal y mundo temático distaban de lo alcanzado por
sus pares del decenio anterior, salvo excepciones a subrayar que mencionaremos
en otra ocasión. Entonces, luego de este breve repaso, pasé a responder la
pregunta de mi amigo: a la narrativa peruana última le falta suciedad. Y cuando hablo de suciedad no me refiero a las variantes
del realismo sucio, por cierto.
Ocurre que uno de los peores males de
los autores peruanos del nuevo siglo es su apego por la limpieza formal,
además, el problema se repotencia cuando se hace de esta naturaleza básica una
virtud. Y otro mal: el autor peruano cuida mucho su mundo interior, no exhibe
lo que debería, como si escribiera con el temor a ser víctima de un
ajusticiamiento moral. Considero que de superarse este par de aspectos, podríamos
llegar a leer lo que esperamos desde la década anterior.
En este sentido, nos gratifica leer un
cuentario como Una calma aparente (Animal
de Invierno, 2017) de Christian Solano. Nos enfrentamos al tercer libro del
autor, aunque tengamos en cuenta que sus dos títulos anteriores, Almanaques (2014) y Motivos de fuerza mayor (2015), estaban inscritos en los terrenos
de la microficción, en los que dejó constancia de su mirada. En esta ocasión
Solano no solo testimonia la confirmación de esta mirada, sino también
despliega su mérito mayor: su arrebatado mundo interior.
Solano no nos ofrece una propuesta
distinta a las ya recorridas. Por el contrario, transita por los terrenos de
nuestro realismo narrativo y en base a él impone madurez, tan necesaria para
estas historias signadas por el hartazgo vital, la frustración sentimental y la
crisis existencial. Apelando a un estilo claro y ajeno a los efectismos de los
malabares del lenguaje, conduce la suciedad
de su mirada en los ocho cuentos que componen el volumen. Somos parte de su
verosimilitud, hasta en el cuento más débil, Parque de Las Leyendas, que como idea de historia ofrecía mucho,
pero que adoleció de mayor descanso, o maceración, en sus circuitos.
En cuentos como Familia, Love will tear us apart,
Paradero inicial, Los patinadores del espacio, Primera vez, Periodo de prueba y el homónimo de la publicación, Solano transmite
en la miseria moral de sus personajes y en las distintas voces de las que hace
uso. Solano no imposta, es más bien un fiel esclavo de su oído y del mundo que
conoce. Con sus personajes recorremos en combis y taxis una Lima de entre siglos,
siendo testigos de excepción de su furia interna y de su resignación a convivir
con sus desgracias cotidianas, como una familia disfuncional, un matrimonio
acabado, un mal enamorado, una mujer que humilla, un cuñado interesado, amigos
que solo son tales en lo nominal y demás maravillas. En este sentido, asistimos
a una galería de personajes que son héroes de sí mismos.
Líneas atrás hice hincapié en la madurez
del autor. Si UCA es dueña de una
factura literaria pocas veces vista en la narrativa peruana del nuevo siglo, se
la debemos a la experiencia vital de su hacedor, pero llevada a manifiesto
literario bajo el mandato de la espera. De nada sirve esta experiencia si la
canibalizas como si fuera café instantáneo y peor si la publicas. Los libros no
tienen que ajustarse a ningún tipo de apuro. Por esta razón, UCA destierra a Solano de esa engañosa
categoría de promesa y lo confirma como un autor más que atendible de la
narrativa peruana actual.
Y para terminar, la siguiente
sugerencia: le pido al editor del libro que haga el siguiente cintillo, estoy
seguro de que no solo expresará la sensación/convicción de este eventual
lector: “Si tu sueño es casarte, este libro te hará desistir de semejante error”.
…
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